domingo, diciembre 26, 2010

El adiós a un grande entre los grandes


Las Tunas, Cuba.- El hecho ocurrió a más de 900 kilómetros de aquí, pero como en todo el verde Caimán Antillano, millones de compatriotas estábamos presentes en alma y corazón, junto a Pedro Luis Lazo, el rascacielos de Cuba que, en su querido estadio Capitán San Luis, de Pinar del Río, recibió el merecido homenaje por su retiro oficial del béisbol activo.
Fue una ceremonia cargada de emociones. Yo, que he tenido el honor de entrevistarlo, de conversar con él en más de una ocasión, sentí como si el corazón fuera a salírseme del pecho; porque este mocetón, alegre, grande en el terreno y extraordinario en su condición de ser humano, se ha ganado el cariño y el respeto, no solo de sus compatriotas, sino de los aficionados de todo el mundo.
Cuando se hable de lanzadores de talla extra, formidable en todos los sentidos, en los 136 años de historia del béisbol cubano, el nombre de Pedro Luis Lazo, debe aparecer entre los primeros, algo de extraordinaria significación, por la gran cantidad de luminarias del box aportadas por la Mayor de las Antillas, en los más exigentes circuitos, incluidas las Grandes Ligas de Estados Unidos.
Si brillante fue el paso por 20 ediciones de nuestras series nacionales en las que estableció la marca de más victorias con 257, qué decir de su labor internacional que incluyó cuatro Juegos Olímpicos (Atlanta-96, Sydney-2000, Atenas-2004 y Beijing-2008) y dos clásicos mundiales, en el primero de los cuales, ganó frente a República Dominicana, para catapultar a la novena tricolor a la discusión del título ante Japón.
Por su carisma, su entrañable amor a la Patria, a la cual no traicionó pese a las ofertas millonarias de los mercaderes del béisbol; por esa sempiterna alegría que lo caracteriza y, sobre todo, por esa entrega total a su camiseta, muestra del respeto infinito a su pueblo, a su afición; es tan merecido este extraordinario reconocimiento a Pedro Luis Lazo.
Allá, bien lejos, pero muy cerca para mi, volvieron a unirse dos gigantes del béisbol cubano, Pedro Luis Lazo y Osmani Urrutia, quien después de haber recibido a su amigo entrañable cuando le tocó decir adiós el pasado año, viajó hasta la princesa de Cuba, para unirse en un abrazo de dos atletas que son, por derecho propio, símbolos y paradigmas de las nuevas generaciones de peloteros.
Desde este pedazo del indómito oriente cubano, envío el abrazo sincero y el deseo de los mayores éxitos en las tareas futuras a un verdadero gigante, a la expresión legítima del deporte revolucionario. Felicidades campeón, amigo, hermano.

Etiquetas: Pedro Luis Lazo, retiro del béisbol activo, pelota, Cuba, Pinar del Río, Osmani Urrutia, Las Tunas, deporte

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