lunes, mayo 09, 2011

Lindo día junto a mi madre







Este domingo 8 de mayo, Día de las Madres, fue un lindo día, lleno de felicidad y buenos momentos junto a mi querida viejita, Fe Cruz Utra, y mis cinco hermanos: Blanca Fe, la única hembra de la cosecha, Francisco (Paquito), Luis Orlando (Llina), Valentín (Tin) y Amado (Pochola)
Durante una luminosa jornada, sin muchos regalos o falsas lisonjas, con el corazón henchido, conversamos, recordamos pasajes de la vida de la familia, cantamos a coro canciones viejas y del momento, brevemente interrumpidas por llamadas telefónicas o visitas, todas para testimoniar cariño y respeto por mi querida viejita de 87 años.
Y en medio del festejo, con lágrimas en los ojos, lamentó la falta de su compañero en la vida, mi padre, Juan Batista, su único hombre, desaparecido físicamente hace ya 26 años, al tiempo que manifestó la inmensa satisfacción de tener junto a ella a sus seis retoños, el mayor tesoro de su existencia.
Cuánto significa para mi y mis cinco hermanos haber compartido este día con la que nos dio la vida, esta mujer extraordinaria que supo luchar codo a codo con su compañero para que no solo tuviéramos los recursos materiales para crecer sanos, sino la guía espiritual, esa que nos permitió avanzar por el camino del respeto y el buen proceder, única manera de ser útiles a la sociedad.
Pero fue un día especial, porque de igual manera rendí tributo a mi esposa, Humberta Albuerne Batista, la madre de mis hijos, compañera en la vida desde hace más de 43 años, quien me ayudó a formar dos verdaderos tesoros nombrados Norge Luis y Noyde Emilio Batista Albuerne.
Fue grato en grado superlativo testimoniarle el cariño y el respeto inmensos que siento por mis nueras, verdaderas hijas, Rosa Elena Polanco Santana, la esposa de Norge y Yunicet Valenciano Mecías, la esposa de Noyde, quienes respectivamente me regalaron a dos adorables nietos, Lucía Laura y Alejandro.
Días como estos engrandecen la existencia de los seres humanos cuando son capaces de regalar amor y ternura a la persona más linda y más importante del mundo, a la madre, lo más sublime de nuestras vidas, la única capaz del sacrificio mayor por sus hijos, de perdonarle todo con tal de traerlo a su regazo y acunarlo aunque sus cabellos sean ya tan blancos como los suyos.
La vida pasa, la muerte llegará algún día irremediablemente, pero mami siempre es la misma: linda, fuerte, exigente, pero cariñosa. Las fotos que acompañan estas reflexiones son una muestra de ello. En una mi vieja aparece con la lozanía de sus 15 primaveras y en la otra, ya privada de la visión, mirando a sus hijos con los ojos del alma, este precioso domingo 8 de mayo, ¡con toda la belleza de sus 87 años!


Etiquetas: Día de las Madres, Las Tunas, Cuba, hermoso Domingo de Mayo, homenaje a mi madre, esposa y nueras, la madre, lo más sublime, momentos felices, , el recuerdo de mi padre, canciones a coro

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