viernes, junio 02, 2006

Muchas manos para una mano

Por Freddy Pérez Pérez

Lidiel vino al mundo con una sindactilia congénita (unión de dos dedos) en su mano izquierda.
Aunque el problema tenía respuesta médica en Cuba, pues el sistema de Salud Pública dispone de suficiente potencial científico para cualquier patología, la deformación no dejaba de preocupar a los padres del menor.
Cuentan sus progenitores, el licenciado en Economía Alcides Hidalgo Jorge y Alina Rosales Blanco, residentes en el poblado de Cayamas, Río Cauto, provincia de Granma, que su hijo fue sometido a esa intervención quirúrgica el 20 de abril último y evoluciona satisfactoriamente.
“El niño, argumenta su papá, estuvo ingresado varios meses en el hospital Frank País, de Ciudad de La Habana y el pediátrico Orlando de la Concepción y de la Pedraja, de Holguín, sin que se lograra ese propósito,
Anhelado desde el mismo nacimiento, pues cada vez que penetraba al salón de operaciones aparecían las crisis de asma, debido a la alergia que hacía, por rechazo a los olores fuertes.”
Pero el matrimonio no se dio por vencido y quiso “probar suerte” en el hospital pediátrico Mártires de Las Tunas, y tanto los bronquios del infante de nueve años de edad, como las manos y el talento cómplices de los ortopédicos Fernando Reyes Bauzá, Hilario Peribáñez, Margarita Tejeda Rodríguez y el especialista Osbel Torres Romero, hicieron realidad, con mucha pasión, amor y entrega profesional, las aspiraciones de la familia, de no tener esa constante inquietud en el hogar.
Por fortuna, en el Pediátrico de Las Tunas no se resistió a los agentes contrarios a su asma, porque la operación fue ambulatoria, sin la necesidad de un ingreso, como en los tratamientos anteriores...
“Viviremos eternamente agradecidos de la labor tan humanitaria llevada a cabo por este valioso y abnegado grupo de profesionales de la Salud, que saben poner su ética médica y su decoro al servicio de la humanidad, igual que lo hizo la brigada médica cubana Henry Reeve en Paquistán, la Misión Barrio Adentro en la hermana República Bolivariana de Venezuela y en otras partes del mundo o de nuestro país.” exterioriza Alcides, visiblemente emocionado. No es para menos.
Tanto en el proceso de intervención quirúrgica primero y posteriormente en el período de convalecencia del infante, sus padres reconocen el cuidado esmerado que ofrecen los trabajadores del “Mártires de Las Tunas” a los pacientes y acompañantes en las consultas, el confort de la institución del MINSAP, la modestia de su colectivo en la prestación de los servicios, pues “no hemos escuchado ni una sola queja en las visitas realizadas.”
El pueblo, del cual somos parte, dice el agradecido granmense, selecciona y avala los buenos ejemplos que hemos querido distinguir en las páginas de 26 , por la utilidad de la virtud que enaltece a este conjunto de hombres y mujeres de batas blancas, con su actuar desinteresado, el prestigio y la imagen del sistema de Salud en esta provincia hermana...
Lidiel Hidalgo Rosales quiere se karateca y ortopédico, quizás ahora incentivado por lo que han hecho por él los especialistas de esa rama de las ciencias médicas.
Este muchacho, alumno de la escuela primaria Enrique Moreno, es inteligente, ágil, despierto e intranquilo, como millones de cubanos semejantes a él. Es un afortunado de nuestro proyecto social, solidario desde temprana edad con los hijos de otras patrias: La humanidad, al decir de José Martí.
Y lo confirma ese gesto, cuanto más el robusto educando se adentra por estos días entre consulta y consulta en las páginas del libro Los niños del infortunio, del escritor y poeta bolivariano Tarek William Saab, con sus poemas y narraciones olorosos a muerte, a tragedia, a espanto y desolación, dejadas por el sismo de octubre último, que destruyó a una parte de Paquistán, y la solidaridad fue tan alta como el Himalaya.
La lectura y acaricia de las imágenes de ese texto, quizás conduzcan al menor Lidiel a colegir que las distancias geográficas e idiomáticas se acortan, lo mismo para los menores paquistaníes Muna, Bicharat, Mohamed Fiaz, Bizema, Amma, Mahmud... o los amiguitos de su escuela o similares de la mayor de las Antillas, que viven la fortuna de poder aspirar a la conquista de sus propósitos...
El miércoles último, le fue retirado el vendaje a Lidiel, para comenzar los ejercicios de Fisioterapia, declaró el ortopédico Fernando Reyes, pues la mano recobró la normalidad tras la operación, “para que el niño y su familia continúen aplaudiéndoles a la vida.”

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