domingo, mayo 28, 2006

El síndrome de la impotencia

Las últimas e infames mentiras contra mi Comandante en Jefe, se estrellaron como siempre en su posición diáfana y de principios, con la cual demostró, una vez más, que se trata de una cínica campaña de la administración yanqui, escudada tras la supuestamente prestigiosa revista Forbes, probada vocera de una minoría explotadora, de marcado corte fascista, que pretende dominar al Planeta.
Si hay un gobernante en el mundo de hoy con austeridad, sencillez y entrega total al servicio de su pueblo con absoluto desinterés, ese es mi Comandante, es el hombre que nació en cuna dorada, pero las riquezas de su familia fueron de las primeras en ser entregadas al estado revolucionario, establecido a partir del primero de enero de 1959.
Toda la vida de mi Comandante ha sido ejemplo de austeridad, ejemplo de claridad en el manejo de los fondos bajo su responsabilidad, desde que, centavo a centavo con el sacrificio personal y el de sus entrañables compañeros, recaudaron el dinero para comprar las armas necesarias en el objetivo de asaltar los cuarteles, Moncada, de Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, aquella Gloriosa Mañana de la Santa Ana, en 1953, para no permitir que el Apóstol muriera en el año de su centenario.
¿Cómo acusar a mi Comandante de poseer 900 millones de dólares si una de las primeras medidas que adoptó al llegar a La Habana en 1959 fue reducir el salario de los Ministros, incluido el suyo?, ¿Cómo puede lanzarse al mundo esa falacia, si Fidel ha entregado a los Museos prácticamente todas las cosas de valor que ha recibido en sus casi 80 años de existencia?
La mentira es tan colosal, que tras la respuesta viril y argumentada de Fidel, los editores de Forbes y especialmente el señor Bush y los acólitos que le rodean quedaron mudos. ¿Qué van a contestar, si no pueden probar la existencia de alguna cuenta de al menos un dólar a nombre de mi Comandante?
Fidel es rico, sí; pero su riqueza es moral, su fortuna es el cariño entrañable de su pueblo, es la satisfacción de que, bajo su dirección, Cuba no solo ha soportado el bloqueo y la más feroz guerra económica, sino que se desarrolla en muchos campos, principalmente en el científico-técnico, en la salud pública, en la educación, en el turismo y en el deporte, por citar unos pocos ejemplos.
Claro, que mi Comandante no necesita defenderse de esa execrable agresión a su persona y a todo su pueblo, porque cosas como esas solo pueden ser aceptadas por mentes calenturientas y principalmente por la ultraderecha que gobierna hoy en Estados Unidos y, por supuesto, aquellos que nacieron por equivocación en este país, falsos patriotas que sueñan con recuperar sus privilegios de la época, desterrada definitivamente, en la cual los gobernantes títeres se arrodillaban para lamer la bota del amo yanqui.
De acuerdo con la ecuación matemática realizada por Forbes en el caso de mi Comandante, a quien acusa de ser el Amo de Cuba, dueño de las utilidades alcanzadas por diferentes empresas de Patrimonio Nacional, ¿a cuánto asciende la fortuna del señor Bush, el más fraudulento inquilino en la historia de la Casa Blanca, empezando por la farsa electoral que lo llevó al poder?
Hay otros ejemplos que no vale la pena repetir, de políticos enriquecidos a la sombra del erario público en todas partes del mundo y cuya fortuna a costa del hambre y la miseria de sus pueblos es muy fácil de probar. Ah, pero había que acusar a Fidel. ¿Por qué?
La respuesta es sencilla. En casi medio siglo, desde que llegó el Comandante y mandó a parar, lo han intentado todo por destruir la obra que él representa, conquistada por un pueblo entero que, siguiendo su ejemplo, ni se rinde ni se vende. Ni bloqueos, ni acciones terroristas de todo tipo, incluidos más de 600 intentos por asesinarlo, ni invasiones como la de Girón, ni amenazas de guerra nuclear como cuando la llamada Crisis de Octubre. Han fracasado y fracasarán, principalmente porque estamos unidos, como un solo hombre y las ideas son inmortales.
El odio visceral, la rabia que los corroe, la impotencia que los embarga ante el ejemplo de un pueblo pequeño pero digno; heredero de las mejores tradiciones de lucha representadas por Céspedes, Maceo, Martí, Máximo Gómez, Mella, Villena, Guiteras, Chibás y Fidel; los lleva a este tipo de agresión mediática, al amplificar por el mundo una mentira de marca mayor. Pero igual mordieron el polvo de la derrota, ante la respuesta de mi Comandante, no en su defensa, sino desmintiendo la farsa y acusando a los verdaderos ladrones.
Y el síndrome de la impotencia crecerá para quienes insisten en la idea de acallar a los pueblos del mundo. Ataques similares continuarán y se van a producir seguramente contra gobernantes de la talla de Hugo Chávez, Evo Morales, Néstor Kichner, Lula da Silva…Sus criminales intenciones, sin embargo; se estrellarán contra la conciencia de los desposeídos del mundo, quienes responden hoy a la voz inolvidable de Ernesto Che Guevara, cuando dijo: “Esta gran humanidad ha dicho basta y ha echado a andar”.
De eso se trata, señores imperialistas

No hay comentarios: