domingo, agosto 28, 2011

En este mundo caótico el derecho está al revés

A pesar de la constante desinformación, las mentiras, la demagogia y la prepotencia, son millones de personas las que conocen que, en este mundo caótico e impredecible, el derecho está completamente al revés, gracias a la complicidad de las organizaciones internacionales, encabezadas por las Naciones Unidas.
¿Cómo puede hablarse de derecho internacional, de esfuerzos por alcanzar el equilibrio y la paz para el planeta si el Consejo de “Seguridad” de la ONU se ha convertido en el promotor de las guerras y el saqueo de las riquezas de países con gobiernos legalmente constituidos, a favor de Estados Unidos y otras potencias aliadas?
La propia ONU ha pisoteado reiteradamente su famosa Carta, en la cual se establece, como letra muerta por supuesto, que fue creada para lograr un mundo de paz y justicia, basadas en el respeto mutuo, la solidaridad y la igualdad de derechos para todas las naciones que la integran.
El mundo tuvo una corta luna de miel con la ONU, porque en el inicio de la década del 50 del pasado siglo, la guerra de Corea marcó cuál sería el futuro de los países subdesarrollados y cómo una nueva y refinada forma de colonialismo, caracterizada por el chantaje y la fuerza, iba a mantener la hegemonía de las antiguas metrópolis, con una sola excepción, la de Estados Unidos, cuya economía se fortaleció de manera extraordinaria, gracias a la destrucción de Europa en las dos conflagraciones universales.
Las antiguas 13 colonias del Imperio Británico, pasaron a ser el país más poderoso del planeta, el cual tomó las riendas de la economía, inundó la Tierra de dólares y, a través del chantaje nuclear, puso y mantiene de rodillas a sus aliados de Europa. La existencia de la Unión Soviética y el campo socialista fue lo único capaz de garantizar la bipolaridad hasta el comienzo de los años 90 de la vigésima centuria.
Hoy, el caótico mundo unipolar hace posible que, en medio de la mayor crisis en la historia del capitalismo, Estados Unidos, endeudado hasta los tuétanos, hundido en los problemas sociales que crea la desigualdad absoluta, sobre todo entre los inmigrantes, pueda sobrevivir como parásito de la economía del resto de las potencias, plegadas a sus designios de manera lacayuna e incondicional.
Es por eso que, a los ojos del mundo, la OTAN es, en la práctica, el brazo armado de la ONU, cuyo Consejo de Seguridad (¿?) apoyó las ilegales guerras contra Iraq y Afganistán, y la más reciente en Libia, donde se violó la resolución 1973 que estableció una zona de exclusión aérea para proteger a la población civil, la cual devino una verdadera masacre de personas inocentes en apoyo a grupos opositores a un gobierno legítimo.
Francia, Inglaterra, Estados Unidos e Italia, fundamentalmente, usaron a la ONU para tratar de eliminar a un firme puntal del nacionalismo árabe como Muamar Al Gadafi, apoderarse de sus riquezas (petróleo, agua, oro) y de paso fomentaron la subversión interna en Siria, cuyo gobierno también constituye un estorbo a sus planes de conquista en el Medio Oriente.
A este paso y con total anuencia de la ONU, las naciones del Tercer Mundo, especialmente las que poseen grandes riquezas naturales, están en riesgo de ser blanco de los bárbaros de la era contemporánea, acostumbrados a pisotear las supuestas igualdad y democracia. Nada, que en este Planeta, contaminado y triste, el derecho está al revés.

miércoles, agosto 24, 2011

Carlos E. Villamar, fundador de la Unión de Periodistas de Cuba



A los 48 años de fundada la Unión de Periodistas de Cuba en este territorio, solo seis de los pioneros se mantienen en el terruño y siguen entre nosotros. He tenido el honor de publicar las vivencias de cinco de ellos y hoy, les ofrezco las experiencias de quien tuvo un gran protagonismo en el nacimiento de la prensa revolucionaria: Carlos Enrique Villamar Cedeño.
Lo visité en su hogar del reparto Aguilera, en la zona oeste de la ciudad de Las Tunas y confieso que viví momentos de gran emoción al escuchar la narración que, con satisfacción evidente, me contó este hombre de 76 años, corresponsal y reportero gráfico voluntario del semanario El Trabajador, iniciador de la prensa de nuevo tipo el 17 de mayo de 1963, bajo la dirección de Rosano Zamora Padín (Gallo)
“Mi profesión era dulcero, pero por ser aficionado a la fotografía, en 1962, la dirección de las Organizaciones Revolucionarias (ORI) en el municipio de Victoria de Las Tunas, me dio la tarea de integrar el grupo de Propaganda en la función de fotógrafo, razón por la cual me vinculo al naciente movimiento de corresponsales voluntarios obreros.
“En 1963 se crean las condiciones para dar vida al primer periódico de la Revolución en Las Tunas. El compañero Rosano Zamora (Gallo), secretario de la Comisión de Orientación Revolucionaria (COR) me incorporó al grupo y fue así como, desde su nacimiento, fui reportero gráfico y corresponsal de
aquella publicación que marcó una época decisiva en el periodismo de nuestro país”
Con palabras sentidas y una satisfacción muy grande reflejada en su rostro, Villamar me repasó aquellos días fundacionales y recordó la creación de la primera delegación de la UPEC, en la cual se anunció que todos los corresponsales se convertían en miembros efectivos de la naciente organización y cómo meses más tarde recibieron el carné oficial.
En la conversación le pregunté cuándo había regresado a su condición de dulcero y con una sonrisa franca me aseguró que ese oficio siempre lo ha acompañado, lo mismo que la afición por tirar fotos:
“Durante 1963 hasta mediados de 1964 estuve trabajando en los trajines de la prensa: fotoreportero, corresponsal del noticiero Vanguardia de la entonces emisora Radio Circuito (hoy Victoria), el semanario El Trabajador y el diario oriental Sierra Maestra, pero luego pasé a laborar de Maestro en la dulcería La Crema. Al fundarse ese mismo año la Empresa de la Industria Alimenticia en la entonces Región Tunas-Puerto Padre, soy ascendido a Tecnólogo de la misma.
“No me desentendí de las tareas de propaganda y seguía de corresponsal de los medios de prensa en la región y posteriormente del Territorio Tunas, a partir de 1971, cuyo primer secretario del Partido fue el Comandante Faure Chomón Mediavilla. Claro, poco a poco me fui alejando porque las tareas de mi cargo de dirección me limitaban bastante”
En su larga trayectoria revolucionaria, Carlos Villamar, combatiente de la lucha clandestina en el Movimiento 26 de Julio, fundador del Partido, los CDR y las Milicias Nacionales, siempre ha tenido presente su condición de periodista y, jamás, dejó de participar en las actividades propias de su querida UPEC, cuyo carné conservó hasta hace pocos años, cuando lo perdió fortuitamente junto con otros documentos.
Me pidió permiso, se incorporó, penetró en una de las habitaciones de la casa y regresó con dos verdaderas joyas, de un valor extraordinario: Un platón de loza alegórico al Centenario del Natalicio de nuestro José Martí, de los que se vendieron para recaudar fondos para la lucha contra Batista y un álbum de fotos de su participación en la Misión Internacionalista en Angola de enero a noviembre de 1976.
Intercambiamos decenas de anécdotas: Él narró pasajes de la guerra y yo indagué sobre los lugares donde estuvo para confrontarlos con los que visité entre octubre de 1982 y septiembre de 1983, cuando cumplí tareas de reportero y locutor en el semanario Verde Olivo en Misión Internacionalista y el Programa en Idioma Español de la Radio Nacional de Angola; ocasión en la cual tuve la posibilidad de conocer 12 provincias de aquel hermano país.
Villamar se acogió a la jubilación en 1995, cuando dirigía la actividad de producción de dulce y pan en la provincia de Las Tunas. Y desde entonces fundó una dulcería en calidad de Trabajador por cuenta propia, en la cual mantiene, junto a su esposa, hijos y demás familiares, la tradición cualitativa emanada de alrededor de seis décadas de experiencia.
En esta visita que recordaré siempre, este revolucionario sin tacha me contó una anécdota de la lucha clandestina que, por su singularidad y alta significación comparto con ustedes, queridos lectores:
“El movimiento clandestino estaba muy compartimentado. Yo pertenecía a una célula de la Escuela de Comercio, donde había otras dos, pero desconocidas para mi hasta después del triunfo. Allá por el año 1957, recibí la orden de uno de los jefes en Puerto Padre, para que contactara a un compañero llamado Aníbal Ponce en la ferretería La Campana, quien debía entregarme 12 libras de pólvora negra.
“Me presenté a preguntar por Aníbal Ponce. Poco después, con el rostro desencajado, apareció mi padre a conocer quién lo solicitaba por su nombre de guerra y la sorpresa fue mayúscula, cuando le informé que el mío era Guarina. Tras explicar el propósito de mi misión, el viejo, que no salía del asombro, me dijo: ‘Pero Carlos Enrique, tú estás en esto’ y yo le respondí ‘Y usted, Carlos Manuel, no está en esto también’ De esa manera uno y otro supo que estábamos en el mismo bando, en el de los luchadores por la libertad y la justicia, por la definitiva independencia de la Patria”
En la despedida, este hombre sencillo, revolucionario a carta cabal, después de darme un abrazo al cual correspondí de todo corazón, me dijo: “No dejes de poner que estoy muy agradecido de la dirección provincial de la UPEC por las constantes invitaciones a todas sus actividades y que yo seré un miembro activo de la organización mientras viva. ¡Qué no se te olvide, hermano!”.
















































sábado, agosto 06, 2011

Inseparables: La vida y la muerte






















En muy pocos días he sentido los encontrados sentimientos de alegría y tristeza, como para reafirmar que la vida y la muerte son inseparables para el ser humano en su andar por los caminos que tiene trazados desde el momento en que abre los ojos al mundo luego de emerger del vientre materno.

La vida nos depara acontecimientos de todo tipo. Unos de satisfacción y regocijo, otros que te oprimen el pecho y te arrancan pedazos del alma, que producen heridas imposibles de cicatrizar; pero para los cuales es necesario prepararse porque son y serán inevitables.

La familia que comencé a formar hace 44 años ha tenido que transitar por unos y otros momentos, solo que hasta ahora, no había recibido el golpe más duro y avasallador, pese a que llegó precedido de una alegría reconfortante, llena de luz, portadora de una ternura infinita. Un sol resplandeciente iluminó nuestra existencia y poco después, como para ratificar la única verdad absoluta, la muerte nos tendió su manto negro, cargado del más profundo de los dolores.

El 27 de julio, en el hospital materno González Coro, de la capital cubana, llegaba al mundo una niña preciosa que recibió de nombre Adriana, segundo retoño de mi hijo, el Doctor Noyde Batista y su compañera en la vida, Yunicet Valenciano, acontecimiento esperado con avidez por toda la familia y, especialmente, por su hermanito mayor, Alejandro.

La noticia colmó de felicidad a la familia toda, pero sobre todo a mi esposa, Bertha Albuerne y a mí. Era tanta la alegría de mi compañera en la vida que, sin tener aún la posibilidad de verla, pregonaba a todos, con orgullo infinito: “Mi nieta nueva es preciosa” Y con la palabra “nueva” dejaba claro que también lo es la primera nieta, Lucía Laura, fruto divino del matrimonio de nuestro primogénito, el cantautor Norge Batista y su esposa la Licenciada en Enfermería, Rosa Elena Polanco.

Deseosa de abrazar a su nuera y a su nieta recién nacida, mi querida vieja esperaba ansiosa por un viaje a la capital, con el objetivo supremo de recibir atención especializada debido al progresivo deterioro de su salud. La vida fue cruel, especialmente con ella y, de forma sorpresiva y alevosa, la privó de la felicidad de acoger en su regazo a la tierna figura de Adriana; al tiempo que dejó a sus seres queridos sin su amada presencia.

El 2 de agosto en horas de la tarde, se trasladó a la casa de Lidya, una de sus hermanas, para estar junto a ella el día 3, fecha en que celebraría su cumpleaños. Cuando estaban reunidos por la celebración, Bertha se sintió mal, poco después recibía atención en un policlínico cercano y dada la complejidad de los síntomas, remitida de inmediato al hospital general Ernesto Guevara, de la ciudad de Las Tunas.

Bajo el cuidado de profesionales muy competentes, éstos llegaron a la conclusión de que era necesario someterla a una intervención quirúrgica, la cual ejecutaron en horas de la madrugada del jueves 4 de agosto. Encontraron una peritonitis provocada por acumulación de líquido en el abdomen, además de deterioro circulatorio a causa de su hábito de fumar e insuficiencias renales y hepáticas. ¡Poco o nada podía hacerse!

Comenzó la angustiosa espera, mientras se recuperaba de los efectos de la anestesia. Al parecer, solo abrió sus lindos ojos para contemplar el mundo por última vez, porque exhaló su postrer suspiro aproximadamente a las 4:00 de la tarde, para dejar a los suyos sumidos en el mayor desconsuelo y el corazón desgarrado por el más profundo de los dolores.

Bertha tenía 63 años de edad, cumpliría 64 el venidero 3 de noviembre y compartió su vida conmigo durante 44, aniversario que acontecería el próximo 23 de septiembre, ¡Toda una vida juntos en la construcción de una familia de la que estamos y estaremos orgullosos! No fue un matrimonio perfecto, no; pero siempre nos unió el amor a nuestros hijos, padres y hermanos, más fuerte infinitamente que las desavenencias posibles, presentes en mayor o menor medida en toda pareja.

La amé profundamente desde el mismo día en que la conocí y, a mi manera, no siempre de la forma más justa, lo reconozco con honda tristeza, la amaré mientras exista, su recuerdo estará conmigo eternamente, como permanecerá en mis dos hijos que la adoran por su condición de madre paradigma de preocupación y amor incomparable por sus retoños.

Aún cuando tengo que asumir la tristeza lacerante que nadie pueda imaginar, cuando por ley de la vida debí contemplar su vuelo hacia la eternidad, puedo asegurar que en mi nido permanecerá, por siempre, ¡mi linda paloma roja!