Si hace unos días sentí temor ante la noticia por la intervención quirúrgica a que fue sometido el querido presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ahora estoy feliz por el animoso encuentro que sostuvieron en La Habana, el cual confirmó que sus pueblos y todos los oprimidos de la Tierra, los tienen listos para continuar guiándolos en la lucha por un mundo mejor.
Las imágenes del feliz encuentro recorrieron el mundo y aunque no faltaron seguramente aquellos enemigos que se molestaron porque ambos se observan saludables y optimistas, la verdad es que la inmensa mayoría de los habitantes de este Planeta rebozaron de alegría al contemplarlos como lo que son, paradigmas de la justicia y la equidad.
Cuando en el mundo los defensores a ultranza del capitalismo mundial, asesinan a civiles inermes o sus fuerzas represivas apalean sin compasión a personas desarmadas que se manifiestan pacíficamente para evitar que los ricos sean más ricos y los pobres, más pobres; reconforta que Chávez y Fidel, los seguidores de Bolívar y Martí, estén en condiciones de seguir avanzando por la integración para que las naciones del Bravo a La Patagonia y las del Caribe, puedan conformar, de una vez y por todas, Nuestra América.
Estoy feliz y optimista, porque en medio de las sombras que tratan de propagar los enemigos de la humanidad, este encuentro de Chávez y Fidel es un rayo de luz que alumbra y fortalece la disposición de los pueblos del sur a detener las tinieblas.
Las imágenes del feliz encuentro recorrieron el mundo y aunque no faltaron seguramente aquellos enemigos que se molestaron porque ambos se observan saludables y optimistas, la verdad es que la inmensa mayoría de los habitantes de este Planeta rebozaron de alegría al contemplarlos como lo que son, paradigmas de la justicia y la equidad.
Cuando en el mundo los defensores a ultranza del capitalismo mundial, asesinan a civiles inermes o sus fuerzas represivas apalean sin compasión a personas desarmadas que se manifiestan pacíficamente para evitar que los ricos sean más ricos y los pobres, más pobres; reconforta que Chávez y Fidel, los seguidores de Bolívar y Martí, estén en condiciones de seguir avanzando por la integración para que las naciones del Bravo a La Patagonia y las del Caribe, puedan conformar, de una vez y por todas, Nuestra América.
Estoy feliz y optimista, porque en medio de las sombras que tratan de propagar los enemigos de la humanidad, este encuentro de Chávez y Fidel es un rayo de luz que alumbra y fortalece la disposición de los pueblos del sur a detener las tinieblas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario