Las Tunas, Cuba.- La selección cubana venció a Japón 6 X 3 en el último juego del grupo A, correspondiente al III Clásico Mundial de Béisbol, pero aunque llega invicta a la segunda ronda, tendrá que sacar a relucir toda su potencialidad si quiere obtener el boleto a la ciudad estadounidense de San Francisco.
Con lo visto en el domo de Fukuoka, se confirmó que la artillería de Víctor Mesa está bien ajustada al pegarle con relativa facilidad a los mejores lanzadores nipones con sus 10 cohetes, incluidos los bambinazos de Yasmani Tomás y Alfredo Despaigne, en la foto, mas el pitcheo volvió a mostrar lagunas, especialmente entre algunos relevistas que no encuentran su real forma, como en el caso del zurdo tunero Darién Núñez, completamente divorciado de la zona de strike.
Coincido con varias opiniones acerca de que para Cuba el verdadero clásico comienza este viernes, jueves para nuestro país por la diferencia horaria, cuando enfrente, en el inicio de la segunda ronda en Tokío, al muy difícil equipo de Holanda, prácticamente el mismo que lo venció dos veces en la Copa Mundial de Panamá-2011 y muy recientemente en un tope preparatorio celebrado en Taipei.
La tarea se complica porque en esta fase se jugará por el sistema de doble eliminación o lo que es lo mismo, que aquel plante que pierda dos veces deberá recoger las maletas y regresar a casa, Estoy convencido de que la novena tricolor está en condiciones de pasar la prueba, pero necesita que sus relevistas alcance su máximo rendimiento frente a rivales de mayor rango, especialmente los tulipanes quienes, al parecer, le ha tomado la medida.
Para conseguir el objetivo de estar entre los cuatro grandes es preciso que los apagafuegos trabajen con la seguridad del zurdo Norberto González, algo que no pudieron conseguir, hasta ahora, Vladimir García, Raicel Iglesias, Alexánder Rodríguez y Darién Núñez, encargados de cubrir la retaguardia de los principales abridores, dígase Ismel Jiménez, Freddy Asiel Álvarez, Wílber Pérez, Danny Betancourt y Yánder Guevara.
La defensa se comporta bien y es un elemento que puede ayudar considerablemente a los lanzadores, solo que estos necesitan reducir al mínimo los indefendibles pelotazos y bases por bolas. Un ejemplo claro de ello es que los tres corredores japoneses que anotaron en el noveno capítulo del último choque en Fukuoka entraron en circulación por boletos.
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