miércoles, agosto 07, 2013

Tres décadas dándole forma al periódico 26



Por Luis Manuel Quesada Kindelán (Eco Tunero)
Para Elmer Almaguer Paneque, un viejo trabajador ya jubilado, quien desandó medio Cuba en diversas actividades antes de anclar su vida en el periódico 26 de la capital tunera, diseñar y formatear durante más de 30 años esa publicación, constituyó la mayor experiencia de su vida.
-"Y mire que yo he transitado por diferentes lugares, en mis 70 años de existencia", me dijo, dibujando una picaresca sonrisa, para de inmediato expresar algo que reiteró a lo largo de nuestra amena conversación: "Pero te repito, no creo merecer este honor que me hace Ecotunero de incluirme entre tantos compañeros valiosos que aparecen en este sitio".
Para él, quien es una persona sencilla, modesta al extremo y laborioso trabajador, la huella que dejó en el semanario tunero, no fue más que un humilde aporte a la obra, que tiene muchos héroes anónimos.
-"Yo ni soñaba, que un día me vería en un colectivo periodístico, sentado frente a una mesa de dibujo, enmarañando pliegos de papel, hasta dejar listo el formato del periódico, aunque parecía que mi destino era estar entre el estruendo de un ingenio azucarero, acompañado de golpes de martillos y el característico ruido de las antorchas de soldar, los tornos y otros equipos".
Y es cierto, porque Elmer, nativo del barrio rural de San Martín, en el municipio tunero de Jesús Menéndez, ubicado a unos 60 kilómetros al norte de la capital provincial, antes de su ingreso a "26" en 1979, recorrió un largo camino en la Asociación de Jóvenes Rebeldes y el Servicio Militar, como alfabetizador y alumno del Instituto Politécnico de Rancho Boyeros, en La Habana y el de Santiago de Cuba, donde se graduó en fundición de metales y plantillería.
-"De esa etapa, recuerdo con mucho agrado mi ingreso a las brigadas de alfabetizadotes, la permanencia en Puriales de Caujerí, zona montañosa de la oriental provincia de Guantánamo, hasta que culminó la Campaña con la erradicación del analfabetismo en Cuba y la asistencia al acto del 22 de diciembre de 1961 en la Plaza de la Revolución, donde estuve junto a Fidel".
Luego vendría para Elmer Almaguer Paneque, una intensa vida laboral, que comenzó en el central azucarero "Nicaragua", de la actual provincia de Holguín, que continuó en la fundición del Ministerio del Azúcar, ubicada en la oriental ciudad de Manzanillo y durante diez años (1969 -1979) en la fundición del coloso azucarero "Antonio Guiteras" al norte de la provincia de Las Tunas.
Ya en esa última fecha, la familia se había trasladado a residir en la capital tunera y él necesitaba buscar aquí un nuevo centro donde trabajar.
-"Entonces me enteré que en el periódico "26" estaban buscando un formalista, y me dije: bueno, eso NO puede ser tan difícil como dibujar y hacer las plantillas de piezas, que aprendí en los Institutos y que apliqué durante mucho tiempo. Fui, me sometí a las pruebas y obtuve la plaza"
Puede decirse, que de manera fortuita, Elmer entró en el mundo del periodismo, del cual se enamoró, como suelen hacer los pintores y escultores cuando ven su obra terminada y que la gente la recibe con agrado.
Cuando cumplió 60 años, decidió jubilarse, pero solo resistió un mes la vida de jubilado y regresó a su puesto de formatista, hasta que en el 2009, con 66, dejó definitivamente el oficio, para dedicarse al merecido descanso y permanecer más tiempo con la familia.
No obstante, como todos los que se han acogido a ese derecho, mantiene su condición de miembro de la Unión de Periodistas de Cuba y participa en las actividades de su delegación de base y de la organización en la provincia.
Así son muchos de nuestros colegas, quienes desde funciones importantes, pero muchas veces anónimas, contribuyen a que nuestros medios puedan transmitir con la mayor calidad artística el mensaje impreso, radial, televisivo o en los sitios digitales.
De ellos continuaremos hablando.

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