La repentina enfermedad de nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, lo ha obligado a la adopción de diferentes medidas encaminadas a garantizar la marcha de todas las tareas que afronta el país, entre ellas la de delegar en el General de Ejército, Raúl Castro Ruz y otros compañeros del Partido Comunista y el Gobierno, la dirección de puntos claves del país, aunque de manera provisional, hasta su restablecimiento.
El Comandante de todos los cubanos sabe que `por la amenaza permanente del imperialismo y sus satélites, nuestro país debe mantener la unidad y continuar adelante con la batalla de ideas y todos los proyectos energéticos, de salud y de educación, no solo en el ámbito nacional, sino por su repercusión en Améerica Latina y el mundo subdesarrollado, donde el internacionalismo cubano lleva la luz de la alfabetización y siembra la esperanza de que un mundo mejor es posible.
Sabe Fidel que los enemigos están atentos y que creen dentro de su odio ciego hacia nuestro pueblo que si él faltara físicamente, todo estaría perdido para la Revolución Cubana. Pero también sabe que este proceso no es de un hombre, es la convicción de todo un pueblo que aprendió a querer y a respetar su historia, y que está dispuesto a dar hasta la última gota de sangre en defensa de las conquistas de su socialismo, de su sistema en el que impera la justicia social, porque se basa en el precepto martiano de construir una Patria con todos y para el bien de toso.
El Comandante en Jefe confía en los cuadros que le rodean y sobre todo sabe que el pueblo le responderá siempre, como le respondió en los momentos más difícles en la historia de la Revolución y como ha respondido ahora: Desde la punta de Maisí, hasta el Cabo de San Antonio, los cubanos respondimos como un solo hombre en apoyo a su proclama. Mientras él se recupera de su enfermedad, todas las tareas marcharán de manera inalterable y los enemigos tendrán que replegarse ante el empuje de una nación entera, convencida de que le asiste la razón para la victoria.
Fidel es mucho Fidel y no es porque pensemos que será eterno, no. Es un mortal que, en su momento, desaparecerá físicamente, pero no será ahora, no se darán ese gusto los enemigos. Se va a recuperar pronto y se mantendrá aún por muchos años en el timón de esta nave que con el nombre de Granma y un puñado de valientes en su vientre, desembarcó hace casi 50 años por los manglares de Las Coloradas, en la actual provincia de Granma y que hoy surca los mares tempestuosos del comienzo del siglo XX!, pero crecida, tripulada por más de 11 millones de cubanos, dispuestos a dar la vida por una Patria Libre.
Y no se equivoquen aquellos que creen que en Cuba la Revolución terminará con la eventual desaparición física de Fidel. Ese gran hombre que ha trascendido en la historia por su extraordinaria capacidad política, humana y revolucionaria, es solo el gestor de esta gran obra que lleva adelante el pueblo cubano. Nuestro líder puede morir cuando le llegue su momento, pero no dejará de estar siempre entre nosotros. Su ejemplo es inmortal y sus ideas de justicia y redención serán eternas. El socialismo en Cuba llegó para quedarse y no es casual que la proclama emitida desde su lecho de enfermo, citara la frase inolvidable del Che: ¡Hasta la victoria siempre!
Es por eso que sentí el más absoluto desprecio y un sentimiento de lástima hacia aquellos sietemesinos, de los grupitos de gusanos y mafiosos refugiados en el cubil de Miami., cuando mostraban la euforia de los cobardes, dispuestos a celebrar, celebrando ya, por la enfermedad de nuestro Comandante en Jefe. ¿De qué están hechos esos resentidos que cada vez son menos en esa sucia ciudad floridana? De lo peor que pueda nadie concebir. ¿Qué se puede esperar de esa fauna asquerosa que después de jurar un cariño inmenso al pequeño Elián González, mientras lo tuvieron secuestrado con fines políticos, y después pedían al “señor” que hiciera caer el avión en el cual regresaba felizmente a Cuba, junto a su padre?
Algunos festejan la enfermedad de Fidel porque sueñan con su muerte. ¿Y saben por qué? Porque no pudieron con él en cientos de planes elaborados para asesinarlo. Y porque no tuvieron ni tienen el coraje para venir a recuperar sus propiedades y privilegios. Y aquellos que hicieron el alarde de desembarcar por Playa Girón en 1961; los “valientes” soldados de la Brigada 2506, se rindieron en masa ante el pueblo miliciano y se transformaron en presuntos cocineros, para tratar de evadir la justicia revolucionaria. Muchos, la mayoría, merecieron el pabellón de fusilamiento, pero como Fidel es mucho Fidel, se decidió cambiar esa mercancía de tan poca calidad, por una buena cantidad de alimentos y medicinas para el país.
Aquí todavía habrá Fidel para rato y cuando le llegue la hora definitiva, los compañeros que asuman la dirección del país tendrán todo el apoyo del pueblo para continuar la obra hermosa y justa, a la que ha dedicado su vida. Esta tierra de héroes y patriotas sin par, jamás se doblegará, ni aceptará el irrespeto a su soberanía. Si Cuba es agredida, cada habitante del país será un soldado y que quede claro, nadie se va a rendir. ¡Nadie1
MI BEATRIZ, BACHILLER Y ADULTA
Hace 7 meses
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