El béisbol está de luto
A todos nos sorprendió la triste noticia: el destacado técnico tunero de béisbol, Reynaldo Sabido Monteagudo, falleció víctima de un infarto del miocardio, cuando cumplía sus labores en el centro de entrenamiento José Octavio Bello González.
Pocos días atrás, en medio de la Serie Nacional de segunda categoría (Liga de Desarrollo), el técnico, el amigo entrañable, me hablaba con optimismo del futuro del pitcheo en la provincia. ¿Cómo pensar que ya la muerte le acechaba?
Sabido, quien debutó de lanzador en la Serie Nacional número 19, a las órdenes de Alfredo González, decidió no continuar en esa función y, en su condición de graduado de la especialidad de béisbol en la Escuela de Profesores de Educación Física (EPEF), de la provincia de Holguín; inició una exitosa carrera como entrenador.
Un estudioso del área de pitcheo, llegó a ser muy reconocido en esta tarea y luego de trabajar con los lanzadores en el equipo de Las Tunas junto a Fránger Reynaldo; recibió la responsabilidad de dirigir en la Serie Nacional número 31.
Su capacidad para aglutinar voluntades le permitió conseguir el mejor resultado del equipo de aquí hasta aquel momento, cuando la etapa de clasificación comprendía solo 48 juegos en cada zona por separado: 26 victorias y 21 derrotas (con un partido suspendido), pese a lo cual no pasó a la siguiente fase.
En las series provinciales dirigió a los equipos de los municipios Colombia y Las Tunas, y con este último consiguió dos coronas consecutivas en el Torneo Nacional de Clubes Campeones en los años 2000 y 2001.
Su última incursión en el puente de mando de un conjunto fue en la temporada de este año del llamado béisbol de segunda categoría, con un renovado Cañeros que no clasificó, pero cumplió el objetivo de foguear a los noveles jugadores que conforman el futuro relevo de la selección mayor de la provincia.
Este consecuente revolucionario, militante del Partido y trabajador ejemplar, cumplió misión internacionalista en Angola y en cuatro oportunidades brindó ayuda técnica al béisbol de Italia, con resultados muy satisfactorios.
Con solo 51 años de edad, Reynaldo Sabido deja un enorme vacío en la estructura técnica del béisbol cubano. Las Tunas ha perdido a un puntal en el trabajo de un área tan importante como la de los lanzadores.
La ejemplar trayectoria de este inolvidable compañero y amigo fue cortada por tan repentina enfermedad en plena labor, cuando daba continuidad a la preparación de los más jóvenes serpentineros de la provincia. La familia del béisbol está de luto.
A todos nos sorprendió la triste noticia: el destacado técnico tunero de béisbol, Reynaldo Sabido Monteagudo, falleció víctima de un infarto del miocardio, cuando cumplía sus labores en el centro de entrenamiento José Octavio Bello González.
Pocos días atrás, en medio de la Serie Nacional de segunda categoría (Liga de Desarrollo), el técnico, el amigo entrañable, me hablaba con optimismo del futuro del pitcheo en la provincia. ¿Cómo pensar que ya la muerte le acechaba?
Sabido, quien debutó de lanzador en la Serie Nacional número 19, a las órdenes de Alfredo González, decidió no continuar en esa función y, en su condición de graduado de la especialidad de béisbol en la Escuela de Profesores de Educación Física (EPEF), de la provincia de Holguín; inició una exitosa carrera como entrenador.
Un estudioso del área de pitcheo, llegó a ser muy reconocido en esta tarea y luego de trabajar con los lanzadores en el equipo de Las Tunas junto a Fránger Reynaldo; recibió la responsabilidad de dirigir en la Serie Nacional número 31.
Su capacidad para aglutinar voluntades le permitió conseguir el mejor resultado del equipo de aquí hasta aquel momento, cuando la etapa de clasificación comprendía solo 48 juegos en cada zona por separado: 26 victorias y 21 derrotas (con un partido suspendido), pese a lo cual no pasó a la siguiente fase.
En las series provinciales dirigió a los equipos de los municipios Colombia y Las Tunas, y con este último consiguió dos coronas consecutivas en el Torneo Nacional de Clubes Campeones en los años 2000 y 2001.
Su última incursión en el puente de mando de un conjunto fue en la temporada de este año del llamado béisbol de segunda categoría, con un renovado Cañeros que no clasificó, pero cumplió el objetivo de foguear a los noveles jugadores que conforman el futuro relevo de la selección mayor de la provincia.
Este consecuente revolucionario, militante del Partido y trabajador ejemplar, cumplió misión internacionalista en Angola y en cuatro oportunidades brindó ayuda técnica al béisbol de Italia, con resultados muy satisfactorios.
Con solo 51 años de edad, Reynaldo Sabido deja un enorme vacío en la estructura técnica del béisbol cubano. Las Tunas ha perdido a un puntal en el trabajo de un área tan importante como la de los lanzadores.
La ejemplar trayectoria de este inolvidable compañero y amigo fue cortada por tan repentina enfermedad en plena labor, cuando daba continuidad a la preparación de los más jóvenes serpentineros de la provincia. La familia del béisbol está de luto.
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