Las Tunas, Cuba.- Tras el dramático desenlace frente a Holguín que llevó a
Villa Clara a poder defender la corona que está en su poder y con Matanzas a la
cabeza, este jueves comienzan los play off de semifinales en la edición 53 de
la Serie Nacional de béisbol en ésta, la Mayor de las Antillas.
Con tres equipos clasificados, el cuarto debía definirse en el último duelo
entre leopardos de Villa Clara y cachorros de Holguín. El primero, con el serio
compromiso de no quedarse fuera de la fiesta de postemporada en su condición de
campeón defensor, para lo cual precisaba solo de una victoria y el segundo,
obligado a buscar la barrida con el acicate de estar en casa, apoyado por su
entusiasta afición.
Los demás enfrentamientos finales carecían de trascendencia, salvo la
posibilidad de que los leones de Industriales pasaran al segundo lugar si
barrían a los piratas de la Isla de la Juventud y los cocodrilos de Matanzas
hicieran lo mismo de anfitriones con los tabaqueros de Pinar del Río. De hecho
toda la atención la tenía lo que ocurriera en el estadio Calixto García, de la
Ciudad de los Parques.
La ‘’bronca’’ comenzó el domingo. Con Norge Luis Ruiz en la lomita, los
holguineros ya celebraban el primer golpe por su ventaja de 4 X 0 en el noveno
capítulo y un out en la pizarra, pero su estrella debió abandonar el box al
completar los 100 lanzamientos reglamentarios y los relevistas se desmoronaron
hasta permitir la igualada de los Leopardos.
Parecía que las derrotas en el final de los juegos anteriores en Matanzas
tendrían una versión local, mas tampoco pudo el taponero visitante, Diosdany
Castillo. En el final del noveno episodio, Máikel Cáceres dio jit, pasó a
segunda por sacrificio de Yordan Manduely y luego de boleto intencional a
Yúnior Paumier, Yordanis Samón, disparó cohete al izquierdo para que los
visitantes quedaran tendidos al campo.
Los Cachorros seguían con vida y ratificaron sus intenciones en el choque
del lunes, cuando volvieron a imponerse, gracias a jonrones de Guillermo Avilés
y Raudelín Legrá, este último de Grand Slam para marcar las cinco carreras
necesarias, mientras que Yusmel Velázquez, el abridor y el zurdo Rodolfo Sorís,
de relevo, dejaron en blanco a la artillería anaranjada. La decisión se quedó
para la última fecha.
Muchos, con toda razón, pensaron que Holguín iba a dejar fuera de la fiesta
al mismísimo campeón defensor, pero otros, entre ellos yo, pensamos que los
locales no tenían el pítcher idóneo para semejante prueba y que las
deficiencias que aún se observan en el joven Yaicel Sierra, no podían con la
calidad y experiencia del refuerzo derecho de Sancti Spíritus, Ismel Jiménez,
muy dominante en sus más recientes apariciones.
Y así fue. Sierra salió muy duro, con envíos por encima de las 90 millas y
sacó el primer capítulo sin dificultades, pero en el segundo apareció su
enemigo letal, el descontrol, debió buscar la zona quitándole a sus envíos, por
lo que fue bateado y admitió cuatro
carreras decisivas, porque Ismel Jiménez se presentó intransitable, además de
que capitalizó la ansiedad de los bateadores locales que se cansaron de tirarle
a rompimientos en zona mala, con la única excepción de Dánel Castro, quien le
ligó sencillo y doble.
En definitiva, el pitcheo holguinero admitió ocho carreras, mientras que a
Ismel Jiménez le marcaron una sucia en siete innings y el cerrador Yoandi
Fernández, que lo hizo muy bien, debió soportar un jonrón con bases limpias de
Lerys Aguilera en el final del noveno. Otra vez Villa Clara logra su pase a la
postemporada ‘’por los pelos’’, pero ojo, porque a la hora cero puede repetirse
la película de la campaña anterior, cuando los favoritos no pudieron con las
garras de los Leopardos.
Este jueves arranca la semifinal por el llamado Palacio de los Cocodrilos,
el estadio Victoria de Girón, de Matanzas, donde el mejor equipo de la
temporada, hasta ahora, sale de amplio favorito para imponerse en la serie de
siete juegos, de los que deben ganarse cuatro si se quiere ir a la discusión
del título y el viernes debutará la otra ‘’pareja de la fiesta’’ en la Vega del
‘’Capotán San Luis’’ donde los tabaqueros de Pinar del Río esperan por los
leones de Industriales.
A pesar de lo que algunos piensan y apuestan por Cocodrilos y Leones, yo
considero muy parejos estos duelos, los cuales deben constar de no menos de
seis partidos cada uno. Y si me apuran un poco, como se dice en buen cubano, le
doy mi voto a Leopardos y Tabaqueros, porque son equipos de mucha tradición, de
gran combatividad y, no lo duden, tienen armas suficientes para convertirse en
los principales protagonistas de la temporada.
En definitiva, los ocho conjuntos que participaron en la segunda fase del
calendario clasificatorio, fueron encabezados por los cocodrilos de Matanzas,
con balance de 57 triunfos y 30 reveses, a cinco rayas de los tabaqueros de
Pinar del Río (52-35), a seis de los leones de Industriales (51-36), a siete de
los leopardos de Vila Clara (50-37), a nueve de los cachorros de Holguín
(48-39) a 15 de los cazadores de Artemisa (42-44) a 17 de los piratas de la
Isla de la Juventud (40-46) y a 21 de la aplanadora de Santiago (36-51)
Después de lo visto, es necesario hacer un público reconocimiento a los
cachorros de Holguín, que regresaron al concierto de los ocho mejores y a base
de garra, combatividad y entrega absoluta le dieron un gran colorido al evento,
a los cazadores de Artemisa que, en solo tres temporadas como equipo en la
máxima categoría lograron un inesperado sexto escalón y a los piratas de la
Isla de la Juventud, municipio con menos habitantes que algunas ciudades de
otras provincias, volvieron a meterse en
el grupo de vanguardia.
Y unas últimas líneas para la decepcionante exaplanadora de Santiago. Yo no
me equivoqué cuando afirmé que pese a clasificar entre los ocho de la segunda
fase, los alumnos de Luis Danilo Larduet no tenían fuerza para dar pelea,
porque las victorias no se consiguen solo con tradición, historia o apoyo de la
afición, a esos ingredientes se debe añadir la “salsa” de combinar la
experiencia con la juventud, la unidad, la entrega de cada hombre en el
objetivo común y, por supuesto, la calidad integral en los tres factores
fundamentales del juego.
Santiago sigue siendo Santiago, no lo niego, pero creo que no ha tenido una
buena política de renovación, especialmente en el pitcheo. En una palabra, la
aplanadora fue perdiendo piezas claves y no tuvo los “mecánicos” capaces de
reparar unas e “inventar” otras para cambiarlas a tiempo, por eso no serán pocos
los años que necesite esta montañosa provincia para regresar a los planos
estelares. De corazón lo digo, ojalá me equivoque.
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