Las Tunas, Cuba.- La edición 54 de la Serie Nacional de Béisbol comenzará
este domingo 21 y como ha ocurrido en los últimos años, aficionados y
especialistas dan de favoritos a los mismos equipos, aquellos que
tradicionalmente ocupan los lugares de privilegio, sin embargo, yo mantengo el
criterio de que, otra vez, la paridad será la característica fundamental de
nuestro clásico.
Estoy de acuerdo con la mayoría que apuesta por la superioridad teórica de
equipos como Pinar del Río, Matanzas, Industriales, Villa Clara, Santiago y
Ciego de Ávila, pero no se pueden descartar nóminas que se han fortalecido,
especialmente en el pitcheo, como Artemisa, Las Tunas, Granma, Camagüey y
Mayabeque. ¡Ojo con eso¡
Después de analizar detenidamente las nóminas de los 16 conjuntos, he
llegado a la siguiente conclusión: No hay tanta diferencia como ven algunos,
entre los favoritos de siempre y los considerados débiles a los cuales yo
prefiero catalogar de menos fuertes. Hay aspectos en que estos últimos tienen
más capacidad que los tradicionales.
Industriales es el equipo que, con ese nombre, más títulos ha obtenido en
la historia de las series nacionales. Sigue teniendo una buena nómina, pero el
béisbol en la capital pasa por una baja evidente en las últimas temporadas
debido a que, en mi opinión, es causada
por un mal manejo de sus potencialidades teóricas.
Todos recordamos la gran conmoción vivida en la capital cuando se decidió
por la dirección de la pelota en Cuba eliminar a Metropolitanos. Se alegaba que
era injusto por la densidad poblacional de La Habana, la gran cantidad de
jugadores que dejarían de participar en la Serie Nacional y que se perderían
por esa causa.
¿Qué pasó, entonces? En primer lugar, no fue capaz la dirección del béisbol
en la capital de darle oportunidad de jugar una o dos temporadas más que le
hubiera permitido su forma física a un verdadero hombre-récord como Enrique
Díaz y a permitir que otros atletas de Metropolitanos, de calidad y juventud,
marcharan a otras provincias, mientras en Industriales, aparecían figuras
inferiores por sus resultados o lo que es peor, se “importaran” figuras de
otros territorios del país.
La prueba más clara de la actuación errónea de los que dirigen el béisbol
en la capital es lo ocurrido en la última temporada. Es válido que por razones
de salud de Lourdes Gourriel padre, la familia debió trasladarse a La Habana,
eso se entiende, pero la realidad es que el compromiso de darle cabida en la
nómina azul a los tres hermanos espirituanos, no fue acertada.
Nadie duda que Yulieski Gourriel constituyó un refuerzo notable para la
defensa en el cuadro azul y aumentó la capacidad ofensiva, pero Yunieski, un
excelente defensor de la pradera central, por su pobre bateo ya no era regular
con los Gallos, por lo que el veloz Robeisy Ramírez se adueñó de esa posición,
la que solo cedió después de una grave lesión, en tanto Lourdes hijo, apenas
comienza en la máxima categoría, es talentoso, pero su historia está por
escribir.
Desde mi punto de vista, esta situación privó a Industriales de contar con
Irait Chirino, quien en su momento fue el mejor primer bate de nuestro béisbol,
de un bateador reconocido como Serguei Pérez, tradicional impulsador de
carreras, quien contribuyó a los éxitos de la bandera azul, y de un jugador de
cambio codiciado, en el caso de Irakly Chirino. Con todo respeto, ni por encima
de estos y mucho menos de Carlos Tabares, debió jugar el primogénito de Lourdes
Gourriel.
Además, si había tantos peloteros de calidad en la capital, si podían
sostener dos equipos en la Serie Nacional, ¿por qué Industriales llamó a Irandy
Castro y a Michel Martínez Pozo, descartados en Pinar del Río, por qué se
contratan a jugadores de otras provincias. No se consideran capaces a los Jorge
Luis Barcelán, Víctor Muñoz, Joel Mestre, Rigoberto Gómez y otros que vistieron
el uniforme de Metropolitanos y debieron buscar suerte en otros territorios?
Con toda sinceridad, creo que en La Habana debe revisarse el trabajo del
béisbol. Eso no quiere decir que Industriales no sea un buen equipo, que esté
entre los favoritos, pero no creo que nadie sea capaz de discutir que los
leones azules están lejos hoy de aquella nómina sin fisuras que todos, en la
capital y en Cuba entera, disfrutábamos al
verla jugar.
Pinar del Río es, para mi, el conjunto más completo del país en estos
momentos. Brillante campeón en la serie anterior, se presenta ahora con más fuerza,
especialmente en su pitcheo, gracias a un mayor desarrollo de las figuras jóvenes.
Con una defensa envidiable y consistente ofensiva, bajo la dirección de un
técnico ganador por excelencia, como es Alfonso Urquiola, estoy seguro que
avanzará hasta la final, dispuesto a retener su corona.
Matanzas, va de nuevo por la posición cimera. Gran ofensiva y buena defensa
son sus atributos fundamentales, pero habrá que esperar por el rendimiento de
sus lanzadores, especialmente de la segunda línea, con todo y el refuerzo de
lujo que constituye la adquisición del estelar artemiseño Jónder Martínez. La
historia de las últimas dos temporadas es su aval para estar nuevamente en la
pelea.
Villa Clara, algo disminuido, pero con una tradición ganadora imponente,
dependerá de lo que pueda hacer su cuerpo de lanzadores. La defensa debe ser su
principal baluarte, mientras que, desde mi punto de vista, deberá mejorar mucho
a la ofensiva para apoyar a Ramón Moré en el objetivo de volver a estar en el
grupo de Vanguardia.
Estos cuatro conjuntos son los que, a mi modo de ver, deben pasar sin
problemas a la postemporada. La lucha por el otro cuarteto de plazas para la
segunda etapa lo imagino, desde ahora, como una verdadera batalla campal, incluso no
descarto la posibilidad de que alguno de los menos fuertes teóricamente,
terminen por encima de uno de los favoritos.
Ciego de Ávila vuelve a ser un buen equipo, pero nada que ver con aquel que
se llevó el banderín en la Serie 51. Ya no cuenta con figuras claves y aunque
su pitcheo es de los mejores, habrá que ver como responden los que siguen a
Vladimir García, Yánder Guevara y Dachel Duquesne. Después de lo visto en la
pasada temporada y lo ocurrido en el torneo sub-23, deberá hacer mucho para
cumplir su objetivo.
Santiago debe ser una novena a tener en cuenta, especialmente por la
ofensiva que encabezan Alexei Bell, Reutilio Hurtado, Héctor Olivera y Edilse
Silva, pero su defensa es muy pobre y su pitcheo una verdadera incógnita en la
que debe esperarse por lo que puedan hacer los tiradores noveles para apoyar el
trabajo de Danny Betancourt, Yaumier Sánchez, Alain Delá y Eddy Albert
Valentín. Considero que no podrán clasificar.
Del resto de los equipos: Camagüey ha creado muchas expectativas y no dudo
que mejore la actuación de la última temporada, mas no le veo con la fuerza
suficiente para empeños mayores, por ahora. Las Tunas, tiene un gran cuerpo de
lanzadores, buena ofensiva y, de acuerdo con el criterio de los técnicos, ha
avanzado en el orden defensivo. Si Ermidelio Urrutia retorna al puente de mando
con el mismo ímpetu, los Leñadores pueden estar entre los llamados “eléctricos”.
Artemisa cuenta con las herramientas para volver a clasificar y Granma, con Carlos Martí
de timonel nuevamente, se convierte en enemigo bien peligroso. Cienfuegos,
totalmente renovado, Mayabeque, Holguín, Sancti Spíritus y Guantánamo, solo
tienen, creo yo, la posibilidad de un desempeño decoroso.
Así veo el panorama a pocas horas de que arranque la edición 54 de la Serie
Nacional de Béisbol. Esta es mi apreciación, la que suelo poner a disposición
de los que siguen mis análisis, previamente a cada temporada y, como siempre,
habrá quienes concuerden y quienes no la compartan, del todo o parcialmente, un
riesgo que me gusta correr. El final puede o no darme la razón, porque en
definitiva, pronósticos, son pronósticos.