O Los piratas aplastaron a los
Leones y los Cocodrilos y quieren hacer lo mismo con los Tigres
Las Tunas, Cuba.- Los ya creíbles Piratas de la Isla de la Juventud,
ejemplos de entrega, combatividad y disciplina a toda prueba, lograron una
división de honores en su visita a la cueva de los Tigres de Ciego de Ávila, el
estadio José Ramón Cepero y van ahora para su fondeadero en el puerto de Nueva
Gerona, donde son poco menos que invencibles.
Después de que cayeran en el choque pionero de esta Final por lechada de 4
X 0, los muchachos de José Luis Rodríguez Pantoja, volvieron a emboscar a sus
rivales y en su acostumbrado “abordaje” del último tercio, alcanzaron un triunfo
de gran significación en sus aspiraciones de lograr el título de Cuba.
En la derrota inicial, cuando un racimo de cuatro carreras en el primer
capítulo por jonrón con bases llenas de Yoelvis Fiss, debieron ceder ante la
clase magistral de pitcheo que brindó el derecho Ismel Jiménez, tuvieron, sin
embargo, el acicate de que sus lanzadores relevistas amarraron corto a la recia
artillería avileña, que nada pudo hacer en el resto del partido.
Como ha ocurrido reiteradamente, empezaron las especulaciones y hubo hasta
quien sentenció que los Tigres iban a ganar la corona por barrida. Una vez más
se equivocaron los que no se cansan de subestimar la estirpe de un equipo con
pocos “nombres” pero cuajado de hombres que “se mueren en el terreno” y nunca
están perdidos, que juegan a plena capacidad hasta el último out, no importa
cuál sea la calidad del rival.
Con pizarra adversa 1-2 en el principio del séptimo, sacaron del box al
abridor avileño Alain Sánchez, quien lo había hecho muy bien hasta ese momento,
luego de permitir un doblete con un out. Róger Machado llamó a su estelar
Vladimir García, quien está en proceso de recuperación de una lesión en su
brazo de lanzar. Sin dudas volvió a llevarse por el nombre, porque los Piratas
lo sacaron rápido del box y tomaron el
mando. Evidentemente el estratega local no confió en el hombre que mejor ha
realizado esa función en el equipo, el novel Yunier Cano.
De inmediato la Dirección de la Isla de la Juventud trajo a su estelar
relevista Danny Aguilera quien dominó fácil el séptimo y el octavo innings, mientras
sus compañeros agregaban otras tres anotaciones para abir el marcador. Los
Tigres se rebelaron después de dos outs en el noveno, pero se quedaron cortos
al solo pisar la goma en dos oportunidades, cuando su ímpetu fue detenido por
el estelar cerrador Héctor Mendoza.
Este domingo ambos conjuntos se trasladarán hasta la Isla de la Juventud
para jugar durante lunes, martes y miércoles en el “Cristóbal Labra” una
verdadera trampa para los visitantes, aunque reciban el cariño y el respeto de
un público que, eso sí, apoya a sus
parciales hasta el delirio.
Hay algo que llama la atención en la manada de Tigres y es que luego de
vapulear al pitcheo de los alazanes de Granma, solo sumaron seis aislados
imparables el viernes y aunque en la jornada sabatina dispararon 12, no lo
hicieron con oportunidad. Y, todos debían saberse la lección de que, frente a
los Piratas, los choques cerrados en las postrimerías están, prácticamente
perdidos.
En cuanto a los muchachos de la segunda mayor isla de nuestro archipiélago,
se observa una notable mejoría a la defensa con un solo error en 17 capítulos y
los relevistas intermedios que prácticamente no aguantaban, se mostraron
dominantes.
Que nadie se sorprenda si los Piratas ganan dos de los tres choques
siguientes allá en su estadio, como hicieron frente a los Cocodrilos
matanceros. De ser así, pudieran regresar al José Ramón Cepero con ventaja de
3-2, listos para buscar un solo triunfo que los coronaría por vez primera y
escribirían una página de oro en la historia centenaria de la pelota cubana. Yo
no lo dudo.
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