La difícil tarea de ser Jurado
En casi 43 años de vida profesional como periodista, he tenido la posibilidad de ejercer de Jurado en decenas de concursos, pero confieso que esta última ocasión cuando me tocó decidir los premios del evento científico de historia de la prensa en esta mi querida provincia, fue extremadamente difícil.
Seis trabajos muy bien elaboradores y defendidos se presentaron en la quinta edición de este certamen, creado para continuar desentrañando las realidades en el quehacer histórico del periodismo, después de algo más de 150 años, desde el nacimiento del semanario El Hórmigo, el 6 de noviembre de 1859.
El Jurado, presidido por la MSc Margarita García Laguna y que también integró junto a mi, la Lic. Esther de la Cruz, debió analizar las ponencias presentadas por los MSc Juan Morales y Rafael Labrada, y las Lic. Ada Cristina Higuera-Mayra Castro, Yelenis Fernández-Yaimara Cruz, Natasha Díaz y Dianela Cano.
Siempre es una tarea compleja, pero esta vez me pareció más complicado porque cinco de los seis trabajos merecían un reconocimiento y hubo que ir al detalle. Lamentablemente los dos MSc, Morales y Labrada, pese a que defendieron su investigación de manera excelente, presentaron problemas de tipo metodológico, de carácter formal, pero inaceptables para quienes poseen esa categoría científica.
La decisión fue unánime, pero a los tres Jurados nos quedó la amargura de no poder premiar a trabajos con tanto mérito como el de los ganadores: Biografía de Gilberto E. Rodríguez, de Ada Cristina Higuera-Mayra Castro (Primer lugar), La Radio en Manatí. Sus orígenes, de Yelenis Fernández-Yaimara Cruz (Segundo) y El internacionalismo en Tunas Visión, de Natasha Díaz (Tercero)
Sé que, ahora, después de mi jubilación, tendré que volver a realizar no pocas veces la difícil tarea de Jurado, pero como en esta ocasión, buscaré la forma de obrar justamente, aún cuando sufra la contrariedad de no poder premiar, debido a problemas formales, trabajos de calidad, escrito además por quienes gozan de mi afecto y del respeto que merece su profesionalidad.
En casi 43 años de vida profesional como periodista, he tenido la posibilidad de ejercer de Jurado en decenas de concursos, pero confieso que esta última ocasión cuando me tocó decidir los premios del evento científico de historia de la prensa en esta mi querida provincia, fue extremadamente difícil.
Seis trabajos muy bien elaboradores y defendidos se presentaron en la quinta edición de este certamen, creado para continuar desentrañando las realidades en el quehacer histórico del periodismo, después de algo más de 150 años, desde el nacimiento del semanario El Hórmigo, el 6 de noviembre de 1859.
El Jurado, presidido por la MSc Margarita García Laguna y que también integró junto a mi, la Lic. Esther de la Cruz, debió analizar las ponencias presentadas por los MSc Juan Morales y Rafael Labrada, y las Lic. Ada Cristina Higuera-Mayra Castro, Yelenis Fernández-Yaimara Cruz, Natasha Díaz y Dianela Cano.
Siempre es una tarea compleja, pero esta vez me pareció más complicado porque cinco de los seis trabajos merecían un reconocimiento y hubo que ir al detalle. Lamentablemente los dos MSc, Morales y Labrada, pese a que defendieron su investigación de manera excelente, presentaron problemas de tipo metodológico, de carácter formal, pero inaceptables para quienes poseen esa categoría científica.
La decisión fue unánime, pero a los tres Jurados nos quedó la amargura de no poder premiar a trabajos con tanto mérito como el de los ganadores: Biografía de Gilberto E. Rodríguez, de Ada Cristina Higuera-Mayra Castro (Primer lugar), La Radio en Manatí. Sus orígenes, de Yelenis Fernández-Yaimara Cruz (Segundo) y El internacionalismo en Tunas Visión, de Natasha Díaz (Tercero)
Sé que, ahora, después de mi jubilación, tendré que volver a realizar no pocas veces la difícil tarea de Jurado, pero como en esta ocasión, buscaré la forma de obrar justamente, aún cuando sufra la contrariedad de no poder premiar, debido a problemas formales, trabajos de calidad, escrito además por quienes gozan de mi afecto y del respeto que merece su profesionalidad.
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