La vida está llena de sorpresas y tanto los buenos momentos, como los malos, llegan para que nos embarguen encontrados sentimientos, capaces de darle un vuelco a la existencia.
En los últimos días he tenido tristezas, pero también alegrías y, en definitiva, la vida continúa su curso como una corriente que nos arrastra hacia el despeñadero final representado por la inevitable muerte.
Tras mi regreso de la capital de mi país donde recibí atención a los problemas de salud que me aquejan, sufrí el fallecimiento, tras una larga y penosa enfermedad de mi primo y hermano de crianza René Galiano Batista.
Sin prácticamente reponerme de la pérdida, dejó de existir Rosario Santana, la suegra de mi primogénito, Norge Batista y vecina de la acera de enfrente, quien también sufrió varios días de gravedad por una bronconeumonía.
Pero también en estos últimos días, luego de la presentación de mi primer libro en la Casa de la Prensa, de la ciudad de Las Tunas, tuve la satisfacción de que fuera “lanzado” en una reunión de historiadores, efectuada en el emblemático motel El Cornito, paraje en el que vivió el más significativo poeta bucólico del siglo XIX cubano, Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé).
Y este pasado miércoles viví similar satisfacción al ser invitado para dar una conferencia sobre el influjo de la prensa en el desarrollo cultural de Las Tunas a un numeroso grupo de internados del penal ubicado en el lugar conocido por Potosí, unos 12 kilómetros al norte de aquí, en ocasión de la presentación de mi libro por la editora Asiris Espinosa.
Ahora, estoy contento porque este domingo comienza el béisbol, mi pasión de toda la vida, con la inauguración de la edición número 50 de la Serie Nacional, un acontecimiento que constituye una verdadera fiesta para todos los cubanos.
Por esa razón, es preciso mantener la mentalidad positiva, tratar de seguir viviendo cada instante, porque no sabemos lo que pasará mañana, sobre todo cuando, alertados por el eterno Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, estamos a merced de que una camarilla de locos y prepotentes fascistas, desate una guerra nuclear capaz de ponerle fin a la especie humana.
En los últimos días he tenido tristezas, pero también alegrías y, en definitiva, la vida continúa su curso como una corriente que nos arrastra hacia el despeñadero final representado por la inevitable muerte.
Tras mi regreso de la capital de mi país donde recibí atención a los problemas de salud que me aquejan, sufrí el fallecimiento, tras una larga y penosa enfermedad de mi primo y hermano de crianza René Galiano Batista.
Sin prácticamente reponerme de la pérdida, dejó de existir Rosario Santana, la suegra de mi primogénito, Norge Batista y vecina de la acera de enfrente, quien también sufrió varios días de gravedad por una bronconeumonía.
Pero también en estos últimos días, luego de la presentación de mi primer libro en la Casa de la Prensa, de la ciudad de Las Tunas, tuve la satisfacción de que fuera “lanzado” en una reunión de historiadores, efectuada en el emblemático motel El Cornito, paraje en el que vivió el más significativo poeta bucólico del siglo XIX cubano, Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé).
Y este pasado miércoles viví similar satisfacción al ser invitado para dar una conferencia sobre el influjo de la prensa en el desarrollo cultural de Las Tunas a un numeroso grupo de internados del penal ubicado en el lugar conocido por Potosí, unos 12 kilómetros al norte de aquí, en ocasión de la presentación de mi libro por la editora Asiris Espinosa.
Ahora, estoy contento porque este domingo comienza el béisbol, mi pasión de toda la vida, con la inauguración de la edición número 50 de la Serie Nacional, un acontecimiento que constituye una verdadera fiesta para todos los cubanos.
Por esa razón, es preciso mantener la mentalidad positiva, tratar de seguir viviendo cada instante, porque no sabemos lo que pasará mañana, sobre todo cuando, alertados por el eterno Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, estamos a merced de que una camarilla de locos y prepotentes fascistas, desate una guerra nuclear capaz de ponerle fin a la especie humana.
Etiquetas: Cuba, Las Tunas, alegría, tristeza, Guerra, humanidad, Comandante en Jefe Fidel Castro, familia, hijo
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