lunes, septiembre 19, 2011

Falleció Florencio Lugones Andrés, fundador de la UPEC



Foto: Ernesto Peña Leyva
La noticia llenó de consternación a la comunidad periodística tunera y especialmente a la familia de la radio: Florencio Lugones Andrés, de 73 años de edad y fundador de la UPEC, falleció este sábado 17 de septiembre en la ciudad de Camagüey como consecuencia de una larga enfermedad, cuando ya se había acogido a la jubilación en la emisora provincial Radio Cadena Agramonte. (En la foto es el tercero de la fila de izquierda a derecha)
Lugones, natural de la ciudad de Holguín, vino a Las Tunas al triunfo de la Revolución y a partir de 1960 formó parte del grupo de jóvenes que fundaron la Asociación de Jóvenes Rebeldes, convertida en UJC el 4 de abril de 1962, en cuya dirección de Victoria de Las Tunas y de la región a la cual se incorporó Puerto Padre, formó parte en la atención a las tareas de propaganda.
En 1963 estuvo en el grupo fundador del semanario El Trabajador, pionero de la prensa revolucionaria en este territorio y de la primera delegación de la Unión de Periodistas de Cuba, formada por corresponsales voluntarios obreros. Fue el iniciador de la redacción informativa en la entonces Radio Circuito (hoy Radio Victoria), donde sostenía, gracias a un esfuerzo extraordinario, el noticiero bautizado con el nombre de Vanguardia.
Lo conocí en 1965, cuando me convertí en corresponsal de la radio desde el tejar Cristino Barreda, de la empresa de Cerámica Roja y él me ayudó a conocer los secretos de la redacción para ese medio, por lo que entablamos una gran amistad, la cual se profundizó, cuando a propuesta suya, la dirección del Partido en la región, me seleccionó para ocupar la nueva plaza de redactor en la emisora local.
Trabajar junto a Florencio Lugones fue para mí una verdadera escuela. Era un profesional extremadamente capaz, dinámico, incansable en la búsqueda de las primicias informativas, pero además, afable y comprensivo, aunque sin dejar de ser exigente a la hora de chequear el cumplimiento de cualquier tarea que confiara a un colega.
Colaboró de manera especial con los semanarios locales El Trabajador, Mochas y Caña, El Forjador y Veintiséis, con los diarios Sierra Maestra y Recta Final (Zafra del 70) de Oriente, los nacionales Hoy, Revolución, Granma y Juventud Rebelde, las emisoras Radio Progreso, Radio Liberación y Radio Revolución, de Santiago de Cuba.
Lugones estuvo entre los delegados de la región Tunas-Puerto Padre que participaron en el II Congreso de la UPEC (La Habana-1966) y en los años iniciales de la década del 70, decidió trasladarse para la vecina provincia de Camagüey, en cuya capital pasó a formar parte del departamento informativo de Radio Cadena Agramonte.
A partir de 1983 regresó a Las Tunas y trabajó en la emisora provincial Radio Victoria. En 1985 recibió la distinción Félix Elmusa, de la UPEC y, a mediados de la década del 90, volvió a trasladarse para la planta matriz de la radiodifusión en Camagüey, hasta su jubilación a principios de este siglo.
Con la desaparición física de Lugones, el periodismo cubano y en especial de Las Tunas y Camagüey, pierden un verdadero baluarte, un ejemplo de lo que debe ser un periodista en nuestra sociedad, un maestro de la redacción informativa radial y paradigma de profesional comprometido con su tiempo y permanencia firme junto a la Revolución y a su pueblo.

sábado, septiembre 10, 2011

Primer estadio de Las Tunas: Glorieta San Carlos

Desde que se jugó por primera vez de manera oficial, allá por el año 1898, el béisbol en Las Tunas tuvo muchos terrenos, en los cuales se practicó de manera sistemática, pero de acuerdo con acucioso investigador, el abogado Luis Galano Torres, el estadio pionero de la actual capital provincial, fue la Glorieta San Carlos.
El estadio, construido por iniciativa del comerciante Gabriel Rodríguez, quedó listo en los últimos años de la década del 20 del pasado siglo en terrenos de la finca La Concordia, propiedad del norteamericano Charles Milligan, quien donó el espacio para que se utilizara con esos fines.
La mencionada finca se extendía por lo que fue después el reparto Buenavista y el área que ocupaba el estadio se ubicaba en lo que es hoy la esquina de la avenida Camilo Cienfuegos y la calle Eddy Martínez, específicamente donde está el establecimiento comercial conocido por La Blanquita.
La Glorieta, que se bautizó con el nombre de San Carlos en honor al yanqui que donó las tierras, estaba cercada de costaneras y tenía una tribuna o grada de madera y techo de zinc, con capacidad para unas mil personas.
En este terreno se efectuaron muchos partidos importantes para el béisbol tunero y de localidades cercanas, incluido el choque decisivo por la llamada Copa Aldana, un popular torneo de la época, en el que se enfrentaron las novenas de Puerto Padre y Manatí.
La Copa quedó en poder de la selección puertopadrense, porque su astro derecho, Eleodoro “Yoyo” Díaz, estrella por muchos años en la Liga de Color de Estados Unidos; superó en memorable duelo a otro de los grandes lanzadores de la época, Alcibíades Palma.
También se registra en la memoria de la pelota tunera, el partido celebrado en ese propio estadio, entre la escuadra local y el trabuco formado por los mejores jugadores de los centrales Delicias (Antonio Guiteras) y Chaparra (Jesús Menéndez).
Beto Ramírez, pítcher estrella de la localidad lanzó una espesa lechada, cuando silenció a toleteros reconocidos de la época como el receptor conocido por Nerón, el inicialista Guito Echavarría, el antesalista Arango y los norteamericanos que se desempeñaban en la Liga de Color, Dixon y Lundy.
La glorieta San Carlos, protagonista de una época remota en la historia del béisbol tunero, tuvo un final trágico: todas las instalaciones fueron destruidas en 1932, por el paso del devastador fenómeno meteorológico, registrado en la memoria como el Ciclón de Santa Cruz.

viernes, septiembre 09, 2011

¡Bravo por Lázaro Bruzón!



Cuántas emociones debió soportar mi corazón en los últimos días. Uno de mis ídolos más preciados, el Gran Maestro Lázaro Bruzón realizaba una extraordinaria labor en la Copa del Mundo de Ajedrez, con sede en la ciudad rusa de Khanty Mansiysk.
La batalla frente a una buena parte de los mejores exponentes del Juego Ciencia en el Planeta, llevó a Bruzón y a su compatriota Leinier Domínguez, poseedor del mayor coeficiente ELO de Cuba, hasta la fase de octavos de final ante los Grandes Maestros Ruslan Ponomariov, de Ucrania y Judit Polgar, de Hungría, respectivamente.
Una fuerte resistencia ofrecieron los cubanitos, quienes obligaron a sus connotados adversarios a decidir en la última de las llamadas partidas Blitz (cinco minutos)
Ambos trebejistas cubanos realizaron una actuación destacada, pero Bruzón fue brillante al dejar en el camino a su compatriota Yunieski Quesada, actual campeón nacional, a los Grandes Maestros Francisco Vallejo, de España y Quang Li, de Vietnam, quienes en conjunto acumulaban un ELO promedio de 2707.
En su épica batalla, el pentacampeón cubano protagonizó 12 días consecutivos de juego al más alto nivel, en los que celebró 22 partidas (ocho clásicas e igual número de semirápidas, cuatro de 10 minutos y dos de cinco, con seis victorias, cuatro de ellas moviendo piezas negras, 12 tablas y solo cuatro derrotas)
Es cierto que Lazarito solo sumó 2,7 a su coeficiente ELO que era de 2682, pero lo más importante es que recuperó el juego brillante que lo situó entre los mejores del mundo, luego de ganar de forma inobjetable, el Campeonato Mundial Juvenil del año 2000 y el fortísimo torneo Young Máster, organizado en Suiza por el Comité Olímpico Internacional en el 2001.
La calidad del juego mostrado por Bruzón en esta Copa del Mundo le permite recuperar la confianza y constiuye un rotundo mentís a quienes, en algún momento, pusieron en entredicho sus potencialidades en el universo del Juego Ciencia.
El humilde muchacho, surgido del barrio Aeropuerto, de la capital tunera, se ratifica como jugador de talla mundial, para orgullo de su comunidad, de Cuba y de millones de aficionados al ajedrez en el mundo entero.
Mi corazón tendrá que prepararse, porque estoy seguro de que en poco tiempo vendrán nuevas victorias que lo harán latir de forma acelerada. Vale la pena correr el riesgo, siempre que el genio de Las Tunas ratifique su posición en la élite mundial del Juego Ciencia.

Béisbol tunero: El "Mella" es un enjambre



Por Dúbler R. Vázquez Colomé (periódico 26)
Las Tunas.- El estadio Julio Antonio Mella lleva aires en estos días de gigantesco hormiguero; o mejor, de enorme panal en el que proliferan las abejas obreras y, afortunadamente, los zánganos brillan por su ausencia.



Casi seis decenas de peloteros comparten jornada tras jornada un espacio que se hace pequeño para tanto quehacer, mientras el reloj sigue desbocado en pos del último domingo de noviembre, fecha señalada para que arranque la Serie Nacional en su edición 51.



De modo que en medio de tanto ajetreo, se convierte en una misión casi imposible detenerse a conversar con algún jugador. Por acá se ve a Yoelkis Cruz con paso presuroso camino del bullpen, al tiempo que elude la entrevista y disfraza su parquedad con el más acertado de los pretextos: "ahora no, es que estoy trabajando...".Sin embargo, hay otros menos parcos, como Alexánder Guerrero, quien dice estar incorporado de lleno al entrenamiento "para volver a darlo todo por el equipo".



El torpedero más bateador del béisbol cubano, aunque no olvida, reconoce que las injusticias que le excluyeron un año más de la principal selección nacional, nada tienen que ver con Las Tunas y los deseos de los tuneros de volver a disfrutar sus batazos: "me voy a preparar como nunca para que el equipo pueda estar otra vez en los play off y para eso estoy trabajando fuerte desde este primer día en la defensa, sobre todo en los desplazamientos, sin descuidar la ofensiva".



Ya en su posición del campo corto, Alexánder responde al reto de Yordanis Alarcón, para comenzar a definir desde ahora cuál de los dos fildea más roletazos; y en ese clima de competencia se meten todos: Dánel se suma desde segunda, mientras Pedroso da algún consejo a los más jóvenes y se marcha el último a guarecerse del despiadado sol, cuando el número de rollings se ha perdido en la cuenta de los entrenadores Jorge Hierrezuelo y Héctor Tamayo Dueñas.



Así avanza la jornada vespertina de entrenamientos, aderezada por una inhumana sensación térmica que roza los 40 grados y que regala a estas páginas las muy poco comunes declaraciones del mayor de los hermanos Alarcón.



El mejor jugador de la pasada Serie Provincial reconoce tener cierta deuda con el pueblo, tras varias temporadas sin rendir a tope e introduce algunas de las palabras clave del lenguaje que se escucha hoy sobre la grama del "Mella": habla de compromiso, trabajo y confianza.



Es el mismo idioma que hablan en el extremo izquierdo los lanzadores, el que utiliza José Luis Rodríguez para explicar sobre una improvisada pizarra unos esquemas defensivos que matarían de envidia a un resucitado Einstein y que luego se encarga Hierrezuelo de llevar a la práctica; es el único dialecto que entiende el joven grupo de receptores, volcados en el afán de recortar cada día distancias con el titular indiscutido de la posición, Yosvany Alarcón, miembro de la preselección cubana a la Copa Mundial y a los Juegos Panamericanos, e incluido junto a Ariel Pestano en el conjunto principal de los dos en que se ha dividido el concentrado nacional para efectuar partidos internos, mientras se espera la visita de un fuerte equipo de Puerto Rico, entre el 15 y el 19 del presente mes.



Pero para estar completa, la visita al cuartel general de los Leñadores no puede sustraerse del omnipresente accionar del hombre que intenta cambiarle la cara al equipo tunero. El mentor Juan Miguel Gordo, otrora capitán y antesalista, define con claridad su voluntad de "hacer jugar a Las Tunas como un equipo", basado en una filosofía de indudable valía: "no podemos aspirar a hacer en el juego lo que no hayamos hecho en el entrenamiento".



Así, Gordo recomienda aquí y controla allá, al tiempo que reafirma su intención de trasladarle un poco de su antigua garra y explosividad a un equipo que, además de seguir dependiendo de sus sluggers, "tiene que tocar más la bola, correr mejor las almohadillas y robar más bases".



Ya sobre el final, con la sombra del graderío más antiguo del estadio proyectada sobre un terreno bien cuidado por la tropa de mantenimiento, se habla de las bajas definitivas de Yordan Batista (por decisión personal) y de Henry Urrutia (de paradero desconocido hace ya más de una semana). Sin embargo y para contrarrestar ausencias, se incorpora el lanzador zurdo Darién Núñez, tras el aplazamiento para noviembre del Campeonato Panamericano Juvenil. Todo un símbolo que deja en el visitante la sensación de que los únicos imprescindibles en el enjambre del "Mella", son los deseos de trabajar y la voluntad de hacer.

jueves, septiembre 08, 2011

Réquiem por los corresponsales víctimas de un accidente de tránsito hace 40 años

Desde 1971, hace cuatro décadas, el 8 de septiembre es y será una fecha luctuosa para el periodismo cubano, porque ese día perdieron la vida en un trágico accidente, cinco corresponsales voluntarios y un funcionario del Departamento de Orientación Revolucionaria (DOR) del Partido, cuando viajaban desde Puerto Padre hacia Las Tunas.
El hecho, que conmovió a todo el pueblo de este territorio, ocurrió alrededor de las 7:00 de la noche en la curva del lugar conocido por El Roble, cerca del poblado de Vázquez, actual municipio de Puerto Padre, cuando un Zil-157, procedente de Las Tunas, arrolló virtualmente toda la baranda interior del camión Gaz-69 en el que viajaba la delegación de la Villa Azul al acto central del territorio por el Día Internacional del Periodista.
Según el testimonio de Herminio Reynaldo Reyes, secretario general de la UPEC en la región de Puerto Padre, quien viajaba en el vehículo, el impacto fue tan violento que provocó la muerte inmediata de los corresponsales Juan Moreno, Octaviano Velázquez, Raúl Zayas, Leoncio Pérez del Villar y Narcizo Velázquez, y del funcionario del DOR en “Jesús Menéndez” (Chaparra), Mariano López.
En la ciudad de Las Tunas, los periodistas y corresponsales nos preparábamos para recibir a los colegas de Puerto Padre y juntos rendir homenaje al combatiente antifascista checoeslovaco Julius Fucick, ejecutado por las hordas hitlerianas.
Reunidos en el cabaret Taíno, sede de la celebración, fuimos sacudidos por la inesperada noticia que causó conmoción en la sociedad tunera, con repercusión en todo el país. La tragedia marcó de manera sensible aquel Día Internacional del Periodista de triste recordación, especialmente para los informadores profesionales y voluntarios de este territorio oriental.
En memoria de las víctimas de aquella infausta noche, se erigió un obelisco en el cual se les rinde tributo cada 8 de septiembre, con la participación de periodistas, corresponsales, familiares, vecinos y el apoyo de las organizaciones de masas, encabezadas por los Comités de Defensa de la Revolución (CDR)
El paso del tiempo ha hecho mella en la estructura del monumento y es por eso que la UPEC en Las Tunas se dispone a promover su restauración, en aras de que perdure como reconocimiento eterno a quienes fueron fieles exponentes del periodismo cubano de nuevo tipo, defensor a ultranza de las conquistas de la Revolución.

Más de un siglo de béisbol en Las Tunas

El béisbol en esta oriental provincia cubana es pasión. Hoy por hoy, es muy difícil que exista otra plaza en el país donde el público alcance el entusiasmo que muestra en los estadios de Las Tunas, principalmente en su instalación por excelencia, el estadio Julio Antonio Mella, con capacidad para albergar a unas 10 mil personas, aproximadamente.
En los últimos cinco años, sobre todo, los aficionados de este territorio, han tenido protagonismo en el apoyo a un equipo que lucha por alcanzar posiciones vanguardistas en la Serie Nacional de Béisbol y que, con su desempeño integral, hace honor a una tradición pelotera de más de un siglo.
No es casual que en el actual territorio de Las Tunas, provincia surgida con la nueva división político-administrativa aprobada por los cubanos en la Constitución Socialista de 1976; el béisbol, deporte nacional en la Isla, constituya la máxima atracción entre las manifestaciones de la cultura física.
Las raíces de esa afición se encuentran bien atrás en la historia, a partir de las primeras manifestaciones del juego de pelota, allá por los años de 1882 a 1887 en la actual capital de la provincia, ciudad fundada en 1796, hace ya más de dos siglos.
Según las investigaciones en esa lejana época, jóvenes de esta localidad que estudiaban en La Habana y conocieron del béisbol, se reunían a practicarlo rudimentariamente en un área existente entre las actuales calles Vicente García, Colón, Ramón Ortuño y 24 de Febrero; cerca del centro histórico.
En ese espacio se jugó pelota por vez primera en Las Tunas, pero la celebración de juegos en regla, organizados, no ocurrió hasta después de la intervención norteamericana en la guerra que libraban los cubanos por su independencia frente al coloniaje español.
Parte de un contingente de marinos yanquis que estaba acantonado en Holguín, fue enviado a la entonces ciudad de Victoria de Las Tunas y esas tropas fijaron campamento en la llamada Plaza Cristina, la cual abarcaba toda el área despoblada entre las actuales calles Ángel Guardia, Lucas Ortiz, Maceo y Adolfo Villamar.
Esos terrenos, parte de los cuales albergan al Parque Maceo, sirvieron para que, en sus momentos de ocio, los soldados imperialistas practicaran el béisbol luego de acondicionar lo que se considera el primer campo oficial en este territorio, a partir de abril de 1898.
Los partidos de pelota celebrados allí entre equipos organizados por los soldados interventores, se ajustaban a las reglas reconocidas de este deporte y poco a poco, los jóvenes de la localidad fueron tomando interés por la práctica del mismo, hasta formar las primeras novenas.
La pelota se convierte en deporte preferido de los tuneros y los campos para practicarla aparecieron en diferentes zonas de la ciudad. Ya en 1910 había varios equipos y el más famoso era el conocido como Los Negros Viejos, porque fue de los primeros y los continuadores, por ser más jóvenes, lo bautizaron con ese apelativo.
Entre las figuras más prominentes de aquel legendario equipo, se recuerda a Beto Ramírez, Virgilio Agüero, Emilio Iglesias, los hermanos Machado, Manuel “Perete” Martínez, Silvino Carballo y Paco Reyes.
En todo el territorio de lo que es hoy la provincia de Las Tunas, el auge del béisbol fue muy notable y por eso surgieron figuras que son paradigmas para las más jóvenes generaciones de peloteros, como Eleodoro “Yoyo” Díaz, de la ciudad de Puerto Padre, un extraordinario lanzador negro que, por su color, no pudo acceder a las llamadas Grandes Ligas de Estados Unidos.
Desde aquellos años, el béisbol en Las Tunas ha sido principal actividad deportiva. Siempre se contó con equipos de mucha calidad, entre ellos el que se considera su mejor exponente durante el período de la república mediatizada y cuya sede fue el estadio Vidal, en el reparto Santo Domingo, desde finales de la década del 30 hasta mediados de la del 40, del siglo 20.
En aquel conjunto hicieron época peloteros que después brillaron en el béisbol profesional cubano, como Cléveland “Chiflán” Clark, Manuel “Chino” Hidalgo, Manuel “Manolón” Ramírez y otros que nunca abandonaron el amateurismo: “Kike” Torres, Aquiles González, Augusto Licea, Armando Oms, Froilán “Lungo” Suárez y Juan Batista, con calidad suficiente para dar el salto a los circuitos rentados.
Durante los años 50 del siglo pasado la fuerza del béisbol de Las Tunas siempre fue reconocida y de sus filas surgieron jugadores que alcanzaron resultados destacados en circuitos menores de Estados Unidos y tres vistieron uniformes de equipos de Grandes Ligas.
Guillermo “Willy” Miranda, nació en Velazco, Holguín, el año 24 de mayo de 1926 y a los cuatro años la familia pasó a residir en las cercanías del Central Delicias (hoy Antonio Guiteras), de Puerto Padre. Allí su padre le regaló un guante y lo adiestró en el fildeo de roletazos, por lo que cuando, niño aún, pàso a residir en la capital, ya era un experto. Se dio a conocer como pelotero en 1940, cuando con 14 años de edad, integró de torpedero, el equipo juvenil del Parque Martí en La Habana, hasta que llegó al profesionalismo.
Miranda, para muchos el mejor para cortos en la historia del béisbol cubano, jugó para los Yanquis de Nueva York y otros equipos de la Gran Carpa, pese a que su average ofensivo era muy pobre. Su excelencia defensiva le permitió alcanzar ese privilegio.
Los otros dos jugadores de Las Tunas presentes en el Big Show fueron el lanzador Orlando Peña, quien militó en varios equipos, especialmente en los Rojos de Cincinatti en los años 60 del pasado siglo y el receptor Orlando de Jesús McFarlane, que militó en la nómina de los Tigres de Detroit.
Tras el triunfo revolucionario de 1959 y con el deporte como derecho del pueblo, creció la actividad de la cultura física en Las Tunas, especialmente el béisbol, con figuras descollantes en las primeras series nacionales y a partir de la temporada 1977-78, cuando comenzó a participar como equipo.
Muchos peloteros de esta oriental provincia brillaron en los diamantes del país y en la palestra internacional, en los torneos aficionados del mundo, también marcaron su impronta, herederos de aquellos primeros practicantes del deporte de las bolas y los strikes hace más de 100 años.
Los peloteros de esta provincia que han integrado equipos Cuba a las grandes competiciones amateurs, incluidos Campeonatos Mundiales, Juegos Olímpicos, Panamericanos, Centroamericanos y del Caribe y Universiadas, son los lanzadores Gregorio Pérez, Félix Núñez, Juan Carlos Pérez y José Miguel Báez; el inicialista Joan Carlos Pedroso; el torpedero Dánel Castro; los jardineros Santiago Scott, Abeisy Pantoja, Ermidelio Urrutia Quiroga y Osmani Urrutia Ramírez; este último recordista de bateo en el béisbol universal, incluido el profesional.
Con esa tradición y fuerza, con más de un siglo de historia, el béisbol de Las Tunas enfrentó la 46 Serie Nacional; en la cual hizo realidad la aspiración suprema de regalarle a su afición, la mejor del país, un boleto para la postemporada.
Una actuación de mucho mérito realizó el equipo en la etapa de cuartos de final, en la que cayó cerradamente en tres de los cinco juegos de la serie frente al reconocido plantel de Villa Clara, con lo que ratifica su potencialidad para luchar en igualdad de condiciones frente a los mejores.
La novena de Las Tunas clasificó a la postemporada en la Serie 47 y estuvo a punto de hacerlo en la 49. En la edición 50 no pudo acceder tampoco a los play off, pero se mantiene con posibilidades de seguir en el grupo de vanguardia de la pelota cubana.

martes, septiembre 06, 2011

La danza de los buitres

Sin un control total del país, pero envalentonados por el apoyo incondicional de las grandes potencias de occidente y de las fuerzas de la OTAN, los sublevados contra el gobierno legítimo de Libia, comenzaron a crear las condiciones para el “reparto del botín”.
Cuando los patriotas libios, leales a Muamar El Gadhafi, resisten en varios puntos del país, orientados por su líder, los traidores libios y sus oportunistas “aliados”, ya se disponen a saborear su parte de lo que se perfila como un muy dividido “pastel”.
Las fuerzas más siniestras y oscuras del mundo actual, se reunieron en la Ciudad Luz, -¡vaya paradoja!-, con el objetivo de “legalizar” cómo los opositores van a pagar por sus favores a las potencias de Europa y a Estados Unidos, verdaderos protagonistas mediante mercenarios y el empuje militar de la OTAN, de la terrible tragedia que vive hoy el noble pueblo libio.
El feliz anfitrión, Nicolás Sarkozy, presidente de Francia, pero de origen húngaro, se vanaglorió sobre todo, del protagonismo de su gobierno y el del Reino Unido, en la “victoria” sobre el “régimen de terror”, encabezado por El Ghadafi, algo así como una advertencia a los representantes del denominado Consejo Nacional de Transición, acerca de la forma en que debe hacerse el “reparto”.
Llama la atención, aunque no es una sorpresa, que los delegados de la subversión interna en Libia, no olvidaron la parte del guión redactado por occidente, en la que se aclara que en las relaciones económicas a partir de ahora, quedan excluidos Rusia, China y Brasil, que no reconocieron ni reconocen al “Consejo”.
Estamos en presencia de la Danza de los buitres, aspirantes a tomar para sí la mayor tajada de las grandes riquezas del pueblo libio: Petróleo, oro y otros valiosos minerales y, especialmente, la inmensa reserva de agua dulce almacenada en su subsuelo.
Ah, pero es preciso decir que estos buitres occidentales no son como los convencionales, van a picar en grande, no son carroñeros como sus servidores que ya desde antes de ocupar Trípoli, estaban fajados por el poder y los despojos que pudieran dejarle aquellos autotitulados dueños del mundo.
El gran perdedor, por supuesto, es el pueblo libio, masacrado y testigo de la destrucción de su país que había alcanzado los mayores índices de toda África en su nivel de vida y avanzaba firmemente en el perfeccionamiento de un sistema social equitativo y justo.
Ante los ojos de las Naciones Unidas, cuyo Consejo de Seguridad es el promotor por excelencia de las guerras de rapiña, en franca violación de los principios de su cacareada Carta, otro pueblo del Tercer Mundo ve pisoteados sus derechos inalienables. ¿Cuál será el próximo país digno que intenten atacar los buitres: Siria, Irán…?
Pero, ¡ojo! En Libia no se ha dicho aún la última palabra, las tribus leales a El Ghadafi pelean fieramente. La guerra en el desierto puede ser muy larga y provocar el desgaste de las fuerzas invasoras, las cuales no están exentas de sufrir derrotas tan desmoralizantes como aquellas del colonialismo italiano, que tiñeron de sangre el indomable mar de arena.