Desde la madrugada de este 18 de febrero estalló el júbilo en toda Venezuela, pero especialmente en Caracas, la capital, donde una verdadera marea roja colmó las plazas y calles para festejar el regreso a su Patria del Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, luego de algo más de dos meses de recuperación por una intervención quirúrgica a la que fue sometido en La Habana, Cuba.
El pueblo morocho, que ha apoyado a su líder durante todo este tiempo en respuesta a las mentiras de la derecha y los enemigos de la democracia verdadera, estalló de alegría luego de conocer la llegada de su Comandante, quien arribó al aeropuerto de Maiquetía a las 2:30 de la madrugada y fue trasladado hasta el hospital militar de Caracas, para seguir su tratamiento hasta la recuperación definitiva.
El regreso de Chávez constituye un golpe mortal a las campañas de mentiras relacionadas con su salud que han estado realizando los medios de comunicación en manos de la oposición. Una vez más los enemigos del pueblo venezolano y de su revolución bolivariana quedaron en ridículo y obligados a tragarse sus torpes maniobras desestabilizadoras.
El malsano intento de utilizar los problemas de salud del Presidente Chávez para tratar de revertir el proceso que ha convertido a Venezuela en un país donde impera la justicia social, se ha estrellado contra la convicción del pueblo de Bolívar de acabar con los males del modelo neoliberal, portador de la miseria y la exclusión.
Pero las buenas noticias no se quedan en el regreso de Chávez a la Patria, porque en una nación vecina, en el Ecuador, el actual mandatario, Rafael Correa, ganó de manera contundente las elecciones de este domingo para resultar reelegido en primera vuelta para un segundo mandato de cuatro años en los cuales podrá profundizar en los innegables avances de la Revolución Ciudadana, al frente de su partido Alianza País.
El pueblo ecuatoriano celebra con júbilo extraordinario el triunfo de su líder en las urnas, resultado que echa por tierra los intentos desestabilizadores de los ladrones de las riquezas nacionales y de quienes los apoyan fuera del país, con el objetivo de mantener sus privilegios en detrimento de las mayorías, beneficiadas ahora con los proyectos sociales que impulsa el gobierno de Rafael Correa.
Este resultado se une a la victoria absoluta de Chávez en los últimos comicios de Venezuela y viene a reafirmar la fortaleza de los gobiernos que construyen un modelo revolucionario en la América Nuestra y pone en crisis a los ilusos que aspiran a revertir la avalancha justiciera que se abre paso en las, hasta ahora, sufridas tierras que se extienden del Río Bravo a la Patagonia.
Por eso la felicidad embarga a los pueblos de América Latina y el Caribe. Se reafirman los modelos de integración, de la unidad de todos en torno a la ALBA, la CELAC, PetroCaribe, la UNASUR y MERCOSUR. Definitivamente la región se va convirtiendo en un baluarte económico mundial, luego de la recuperación de sus inmensas riquezas naturales y de capital humano, que durante muchos años fueron robadas por las transnacionales en estrecha alianza con las traidoras oligarquías nacionales.
Es una realidad, Nuestra América ha recuperado el ímpetu de Simón Bolívar y de todos los próceres que lo secundaron en la lucha por expulsar al imperio Español. La Patria Grande y unida que ellos soñaron se vislumbra hoy con los procesos de integración que, poco a poco, convierten a esta región en una verdadera potencia económica.
La América Nuestra, la de José Martí, despierta y avanza, sus pueblos encontraron el camino de la emancipación definitiva, por eso la alegría en Venezuela y en Ecuador, se traduce en felicidad justificada para todos sus pueblos hermanos. Y para el de Cuba, en particular.
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