En un reñido torneo que no se definió hasta el último juego de la etapa de clasificación, quedaron definidos los ocho equipos que estarán en la segunda fase de la edición 52 de la pelota cubana, con Sancti Spíritus en la cima, acompañado de Cienfuegos, Industriales, Matanzas, Isla de la Juventud, Villa Clara, Ciego de Ávila y Pinar del Río.
Cuando se llegó al último compromiso particular en el calendario inicial de 45 partidos, cuatro equipos peleaban por tres pasaportes para la segunda etapa: Villa Clara, Las Tunas, Ciego de Ávila y Pinar del Río, pero la evidente falta de combatividad de los Leñadores tuneros provocó un decepcionante final que los dejó fuera de competencia.
Los tuneros llegaron al final con una ligera ventaja porque estaban igualados con avileños y pinareños con balance de 22 triunfos y 20 fracasos, pero habían ganado el compromiso particular a los dos, es decir que en caso de empate tendrían su boleto asegurado.
El desconsuelo, sin embargo, embargó a los aficionados de esta provincia oriental, porque después de que tanto los Leñadores como los Tigres y los Tabaqueros, cayeron en sus partidos número 43 ante Isla de la Juventud, Granma y Mayabeque, los chicos de aquí solo pudieron imponerse en el último, en tanto Ciego de Ávila y Pinar del Río, golpearon dos veces a sus rivales para poner fin a la porfía.
Los tuneros volvieron a mostrar falta de aplomo, pusieron de manifiesto que no saben jugar bajo presión y aunque los tiburones de la Isla de la Juventud tras asegurar su boleto a la siguiente fase, se relajaron y no utilizaron a la mayoría de sus regulares, ganaron dos de los tres choques para dejar sin opciones a los apagados representantes de la Tierra de Vicente García.
No es la primera vez que ocurre. Ya los Leñadores habían enseñado su debilidad sicológica en otras oportunidades, la más cercana en la temporada 51 cuando después de estar a punto de clasificar, cayeron cuatro veces consecutiva y, a duras penas, lograron el boleto en el último partido del calendario; de la misma manera que con ventaja de 3-1 sobre Ciego de Ávila en cuartos de finales, cayeron tres veces, dos de ellas en su cuartel general del estadio Julio Antonio Mella.
Ahora, luego de batear a sus anchas el pìtcheo de Ciego de Ávila en el penúltimo compromiso de la etapa clasificatoria y mostrar un juego agresivo, alegre, devastador, los Leñadores llegaron a la Isla de la Juventud en busca de un par de éxitos que les garantizaran el boleto, se desplomaron de manera absoluta, como si la travesía por el Mar Caribe, de Batabanó a Nueva Gerona los hubiera mareado.
Lo cierto es que, una vez más y pudieran llegar a ser demasiadas, los aficionados locales se quedaron con las ganas de ver a su equipo combatir por un título nacional, solo que en esta ocasión es más doloroso, porque probablemente en Las Tunas no se verá béisbol de calidad hasta noviembre, cuando comience la edición 53 de nuestras series nacionales.
Quizás algunos de los mejores jugadores puedan continuar en la contienda 52 en calidad de refuerzos de los conjuntos clasificados. En este caso tienen aval para ser escogidos, los lanzadores Carlos Juan Viera, Darién Núñez, Yoelkis Cruz, Ubisney Bermúdez y Yoandri Fernández, el inicialista Joan Carlos Pedroso y el camarero Dánel Castro.
En Cuba pudiera producirse un vacío beisbolero de al menos un mes, porque ahora se reunirán los aspirantes a integrar la selección nacional para el III Clásico Mundial, cuya nómina definitiva se anunciará después del 10 de febrero, aunque ya existe una relación de 28 que, quizás no sufra cambios y si los hay serán, en mi opinión, muy pocos.
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