domingo, octubre 08, 2006

Memorias de un hijo ilustre

Las grandes emociones primaron en los festejos por el aniversario 210 de nuestra querida ciudad de Las Tunas y una de las facetas más significativas fue el coloquio organizado por la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) en homenaje a Rosano Zamora Padín (Gallo), fundador de la prensa revolucionaria en estos predios y Maestro indiscutido de más de una generación de periodistas en la tierra que lo acogió como su hijo.
Con motivo de este acontecimiento, recibimos en la Cuna del Mayor General Vicente García a un tunero de pura cepa, a un protagonista genuino de las grandes batallas de ideas libradas en los primeros años de la Revolución; Carlos Zamora Rodríguez (Gallito), primogénito del inolvidable Gallo.
Tengo el honor de contarme entre sus amigos de la adolescencia y por eso, sostuve con él una larga conversación que, resumida, quiero poner a disposición de los lectores de 26 como testimonio de reconocimiento a otro de los tuneros que ha hecho historia.
Naciste en Las Tunas el 9 de octubre de 1943, el mismo año en que llegaron a Las Tunas tus padres Rosano Zamora y Luz María Rodríguez. ¿Qué significó para ti, para tu formación, su ejemplar existencia?
“Mis padres emigran a Las Tunas desde Madruga, en la actual provincia de La Habana, donde el viejo, nacido en Güines, conoció a quien fuera su compañera de toda la vida. Llegaron aquí en busca de nuevos horizontes y se enamoraron de esta tierra en la que se afincaron definitivamente.
“Integrante de una familia muy humilde, de 19 hermanos, mi padre realizó diferentes tareas para ayudar al sustento del hogar, hasta que aprendió, de sus hermanos el oficio de fotógrafo y como tal vino hasta acá, donde ejerció junto a un colega espirituano, Mario Gallo. De ese amigo viene el sobrenombre, porque en los inicios trabajaban de manera ambulante en los campos y los llamaban Los Gallos; razón más que suficiente para denominar así al estudio que, posteriormente, montaron en la ciudad.
“Debo decir que mi padre se involucró en la lucha revolucionaria cuando solo era un niño en los años finales de la lucha contra Machado y, adolescente aún se integró a la Juventud Socialista, por lo que desde esa época fue perseguido, golpeado y encarcelado, y esa situación forma parte de los motivos que lo llevaron a emigrar, primero a Santa Clara, luego a Sancti Spíritus, hasta que llegó a Las Tunas.
“Fue fundador del Movimiento 26 de Julio aquí, dirigente del Partido en los primeros momentos, hasta que se dedicó al periodismo, profesión que ejerció hasta el día antes de su fallecimiento, el 11 de septiembre de 1979.
“De mi mamá, ya fallecida tambié, puedo decirte que era el horcón de la familia, sin ella nada hubiera sido posible. Compañera insustituible, apoyaba de manera absoluta las actividades del viejo y era un complemento esencial en su matrimonio. Buena, bondadosa, pero firme, consecuente.”
Hace una pausa, reflexiona y aprovecho para pedirle que me cuente su incorporación a las tareas revolucionarias:
“Bueno, el ejemplo de la casa influyó de manera decisiva en mi formación revolucionaria, a pesar de que el viejo era extremadamente discreto y en no pocas ocasiones me dio tareas sin revelarme el objetivo de las mismas. Por eso desde el momento mismo del triunfo del primero de enero de 1959, trabajé en el movimiento juvenil y estudiantil.
“Estuve en todo el proceso de formación de la Asociación de Jóvenes Rebeldes, junto a otros compañeros creamos el boletín mimeografiado Voz estudiantil y una hora radial en la entonces emisora CMKG, Radio Tunas, en los intentos por hacer un periodismo de nuevo tipo. Fui cuadro de la AJR en Holguín y en la provincia de Oriente, participé en la Campaña de Alfabetización y después, en 1962, fui delegado al Congreso fundacional de la UJC.”
Tu labor en la Juventud se extendió hasta el año 1967, pero hay algo que me llama la atención y es que siendo Economista te involucraste en el trabajo de la diplomacia. ¿Cómo sucedió?
“Imagínate, en la condición de cuadro de la Revolución, me dieron la tarea de trabajar en la Comisión de Relaciones Exteriores del Partido y poco después nos enviaron a cumplir misiones en las actividades de la relaciones internacionales del país.
“De ahí en lo adelante he desarrollado lo que puede considerarse una ya larga carrera diplomática, en la cual he realizado importantes misiones hasta hoy que estoy al frente de la Oficina de Asuntos Consulares del MINREX, la cual se ocupa de todas las actividades de vinculación con los ciudadanos cubanos residentes en el exterior.”
Dicho así, Carlos, no se percibe tu protagonismo en grandes batallas de Cuba y su Revolución en el exterior, en los organismos internacionales, en la Organización de Naciones Unidas. Cuéntame, aunque sea de manera somera, ese difícil quehacer tuyo en el trabajo diplomático:
“Es largo, pero puedo resumirlo. Primero fui de funcionario y luego de embajador ante Naciones Unidas; tuve el honor y el orgullo de ser uno de los cuatro compañeros que representaron a Cuba como miembro no permanente del Consejo de Seguridad en los años 1990 y 1991.
“El compañero Ricardo Alarcón fue designado por la dirección del país, representante permanente ante el Consejo de Seguridad y a mi la misión de representante permanente alterno. Era una época muy difícil, algo así como la graduación de esta asignatura, yo diría un poco más a lo cubano que se trata, como en el caso de los peloteros llegar a las Grandes Ligas, ¿no?
“Representé a Cuba de embajador en Ecuador, donde tuve la dicha de participar de crear las condiciones en 1988, para la primera visita de Fidel a América Latina, después de 15 años, luego del golpe de estado que terminó con el asesinato de Allende en Chile. Aires de cambio caracterizaban a la región en aquellos momentos.
“Puedo decirte que tuve una gran relación con Ecuador como país porque la misión allí me permitió relacionarme con tres de sus presidentes y experimenté el placer inmenso de establecer una entrañable amistad con el maestro Osvaldo Guayasamín, la cual ha perdurado hasta hoy, cuando sus descendientes me consideran parte de la familia. Es un período de mi vida llena de grandes hechos y de grandes recuerdos.
“La última misión de carácter permanente, la hice en Panamá y duró prácticamente seis años. Llegué allí en 1999 cuando se preparaba la Cumbre Iberoamericana de La Habana y la del 2000 sería organizada precisamente por los panameños. La idea era que trabajaría con un gobierno de izquierda ya que se esperaba el triunfo del partido fundado por Omar Torrijos, pero por diversas razones ganó la oposición encabezada por la señora Mireya Moscoso, pese a lo cual contribuimos para que la reunión fuera un éxito.
“Aquello coincidió con todos los planes de atentado contra el Comandante en Jefe, organizados por la mafia de Miami, a través de su estructura terrorista en Centroamérica, dirigida por Luis Posada Carriles. La variante escogida fue hacer estallar el paraninfo de la Universidad de Panamá, donde se llevaría a cabo un acto de solidaridad con Cuba.
“Gracias al trabajo de la seguridad cubana todo se descubrió, los terroristas fueron detenidos y entonces nos dedicamos a trabajar en aquel proceso para que se hiciera justicia. Realmente el tribunal los encontró culpables, pero aplicó una ridícula condena que fue apelada y esperábamos se cambiara por una un poco más dura, aunque no llegara a ser la que merecían, por supuesto.
“La historia es bastante conocida. La mafia de Miami y el gobierno de Estados Unidos presionaron y la señora Moscoso cumplió el compromiso que hizo con ellos al aplicar el indulto, un insulto al pueblo panameño que se lanzó a las calles en un gesto que acabó de liquidarla como figura política. Claro, el 25 de agosto de 2004,un día antes de anunciarlo oficialmente, me expulsó del país para complementar la farsa.”
Sin dudas estas son las tareas más importantes de tu vida diplomática, aunque has realizado otras muchas también significativas en estos casi 40 años en el MINREX.
Carlos, sé que tus tres hermanos también siguen el ejemplo familiar. Háblame de ellos.
“Sí, los dos hermanos varones que me siguen, Rosano (Pupy) y Mario ingresaron a las Fuerzas Armadas de forma voluntaria, sin tener edad. El primero dedicó toda su juventud a las FAR, estudió se hizo ingeniero, llegó a oficial y después que se jubiló siguió colaborando y en la actualidad está en la embajada de Cuba en Moscú.
“Mario se licenció de las FAR, se hizo técnico en equipos de procesamiento lacteo, hizo un curso de especialización en Suecia, fue de los fundadores del Combinado Lacteo de La Habana, donde se mantiene y ha cumplido tareas del Partido en el municipio de El Cotorro. La más chica de la familia, Victoria, estudió todo lo relacionado con los frutales y se incorporó a un centro de investigaciones sobre esta materia y sigue en esa actividad con resultados muy positivos.”
¿Y qué ha significado para ti, este reencuentro con la Patria chica?
“Algo extraordinario. El solo hecho de percibir cuanto cariño y respeto atesora el recuerdo de mi padre, además de palpar cómo ha germinado la semilla que él sembró; reafirma mi amor por esta tierra que me vio nacer y de la cual siento tanto orgullo. No es casual que Las Tunas nunca se ha quedado ni se quedará atrás.”
Orgullosos de coterráneos como tú, nos sentimos los herederos de Vicente García y de El Cucalambé. Hoy en plena batalla de ideas, en cuya trinchera ocupas un puesto en la primera línea; todos los tuneros aplaudimos, de corazón, que la Asamblea Municipal del Poder Popular te otorgara, justamente, la distinción de Hijo Ilustre de esta joven ciudad que vistió las mejores galas para celebrar su cumpleaños 210.

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