miércoles, diciembre 24, 2014

Y Pinar del Río hizo la hombrada en la temporada cubana de béisbol


O Decepcionó Villa Clara. Las Tunas no tuvo fuerzas para rematar y sigue en deuda con su afición
Las Tunas, Cuba.- Con un remate olímpico, los tabaqueros de Pinar del Río ascendieron desde el fondo de la tabla y, a golpe de coraje, se colaron en el séptimo escalón para clasificar a la postemporada y mantener sus posibilidades de retener la corona ganada en la pasada edición, la cual le valió el derecho a representar a Cuba en la venidera Serie del Caribe, señalada para celebrarse en Puerto Rico en febrero próximo.
Cuando parecía imposible, los tabaqueros marearon con su humareda a los cachorros de Holguín al ganarle dos de los tres últimos choques particulares, eliminaron a Villa Clara  en el encuentro suspendido que celebraron en el estadio Sandino de Santa Clara y aseguraron su presencia en el grupo de vanguardia de esta temporada por su triunfo a costa de Las Tunas en la bronca pendiente del parque Capitán San Luis, donde festejaron con su entusiasta afición.
Todavía quedan dos choques suspendidos frente a los alazanes de Granma, pero se programaron para una jornada doble este miércoles, porque los resultados no cambiarán en lo absoluto la tabla de posiciones, que fue dominada durante prácticamente todo el calendario por los cocodrilos de Matanzas que lograron un récord para la estructura establecida hace tres campañas, al acumular 31 triunfos y solo 14 reveses, suficiente para ser el principal favorito en pos de la corona en manos de los Tabaqueros.
Aunque no pocos los califican de sorprendentes, en mi opinión los aguerridos piratas de la Isla de la Juventud no hicieron más que ratificar su capacidad ganadora. Los representantes de la segunda mayor ínsula del archipiélago cubano cerraron con dos éxitos sobre los cachorros de Holguín, dominados sin contemplaciones en el fondeadero de Nueva Gerona, donde su pueblo festejó un contundente tercer lugar.
Los alazanes de Granma, con potencialidad teórica para estar en la batalla final, solo necesitaban la conducción de un jinete con experiencia y amplios conocimientos en la materia, por lo que se transformaron de la mano de Carlos Martí, uno de los técnicos más avezados de Cuba, hasta adueñarse de un segundo escalón tan inesperado como justo.
Los cazadores de Artemisa, ni cortos ni perezosos, ratificaron el magnífico trabajo que se hace con el béisbol en la que es, sin duda alguna, la más destacada de las nuevas provincias, clasificada por vez primera en la contienda anterior y orgullosa de su cuarto escaño igualada con el más ganador de títulos en la historia de la pelota revolucionaria, el Industriales de la capital.
Sin la brillantez de otros torneos, los tigres de Ciego de Ávila, regresaron a la postemporada y, como dato curioso, con el mismo balance de 24-21 de la Serie anterior, mientras que los cachorros de Holguín protagonizaron un tramo final de ensueño que les permitió  aferrarse a la baranda del último coche y repetir, por segunda vez consecutiva su presencia en la etapa definitiva.
Lo más decepcionante, sin lugar a dudas, fue la caída de los leopardos dulces de Villa Clara. El equipo más estable en la historia de los campeonatos nacionales a partir de la edición 17, los anaranjados siempre habían clasificado a la postemporada, sin embargo, su desempeño en esta ocasión estuvo lejos de su capacidad teórica: En su pitcheo, solo Freddy Asiel Álvarez mantuvo la calidad acostumbrada y hasta él falló en partidos importantes, sus tradicionales artilleros como Ariel Borrero, Ramón Lunar y Andy Zamora se quedaron lejos del rendimiento característico, y la defensa descendió notablemente.
Los leñadores de Las Tunas siguen endeudados con sus aficionados. Con todos los ingredientes para clasificar a la postemporada, la tropa de Ermidelio Urrutia volvió a batear en condiciones, mas su cuerpo de lanzadores, especialmente sus estelares, ganó el 40 por ciento menos de juegos en relación con  la anterior campaña; desconocidos se mostraron Yoelkis Cruz, Yudiel Rodríguez y Carlos Juan Viera, en tanto que Darién Núñez y Ubisney Bermúdez tampoco aportaron  lo que debían, al tiempo que la defensa flaqueó en momentos claves, además de que la ofensiva no alcanzó productividad por  dejar muchos corredores en circulación.
Mucho deberán trabajar los técnicos en provincias como Santiago, que estuvo cerca, pero le faltaron fuerzas, Sancti Spíritus, en franca mejoría, Cienfuegos, cuajada de talento joven que debe avanzar en breve plazo, Guantánamo que no es capaz de concretar sus magníficas arrancadas, Mayabeque, con un pitcheo joven muy prometedor y, especialmente Camagüey, con una tradición ganadora, pero sumida en un estancamiento que, esta vez colmó la copa, al ser relegada al oscuro y frío sótano, lo cual sometió al desconsuelo a sus fieles seguidores y a uno de los mejores técnicos del país, Esteban Lombillo, cuyas esperanzas de precontienda se esfumaron.
Ahora solo resta esperar por la petición de los refuerzos, siete para cada equipo en esta ocasión, lo cual nos dará la posibilidad de hacer las valoraciones correspondientes y dar a conocer los pronósticos del tramo final hacia la corona que, para suerte de nuestro béisbol, sí podrá ser defendida por su actual dueño, Pinar del Río, protagonista de una épica embalada con un espectacular remate sobre la raya de sentencia.
Ah y durante el sábado 27 y el domingo 28, tendremos el privilegio de disfrutar de la gran fiesta por el Juego de Las Estrellas en el estadio Mártires de Barbados, de Bayamo, la capital de la provincia de Granma, escenario ideal para que, luego de 43 años de injustificado ostracismo, se realice la exhaltación de 10 glorias de todos los tiempos, en la refundación del Salón de la Fama del Béisbol Cubano.       

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