Serie Nacional de Béisbol
Las palmas para mi equipo
Las Tunas, Cuba (25 de febrero).- Después de luchar denodadamente durante el calendario clasificatorio de la Serie Nacional de Béisbol número 49, el equipo de esta, mi provincia, cayó frente al poderoso Santiago; pese a lo cual merece las palmas de especialistas y aficionados por contribuir de forma protagónica al mayor espectáculo del país.
Los tuneros, que tuvieron un magnífico desempeño en dos tercios de la campaña, bajaron su eficacia integral en el último segmento, mas se recuperaron en la recta final y terminaron el calendario oficial con ventaja de media raya en el cuarto lugar de la zona oriental, por lo que se hizo necesario celebrar los dos juegos pendientes con Santiago, uno sellado y el otro no efectuado por afectaciones del clima.
La tropa de casa solo necesitaba una victoria para obtener el boleto, pero no pudo con Norge Luis Vera en el choque sellado el 9 de enero, favorable a Santiago 6 X 5 en el sexto capítulo con un out, corredores en primera y segunda y Henry Urrutia en turno.
En ese partido, reanudado el martes 23 en el estadio Julio A. Mella, Vera se presentó en admirable forma y aunque el local Yoelkis Cruz, también lanzó de maravillas, la pizarra no se movió y Santiago tuvo la gran posibilidad de buscar el boleto en el juego número 90, con mejores condiciones en cuanto a su pitcheo.
A nuestro equipo le quedaba habilitado un solo pítcher con posibilidades reales de desafiar a la poderosa batería montañesa, el zurdo Yudiel Rodríguez, quien le había lanzado bien en dos oportunidades durante esta temporada. La inexperiencia y la presión lógica de un partido definitorio dio al traste con el deseo del joven tirador del municipio de Jobabo.
Racimos de cuatro y seis carreras en los capítulos uno y tres definieron a favor de Santiago, pese a que su abridor Danny Betancourt solo pudo transitar 5,2 innings porque consumió los lanzamientos reglamentarios, debido a que siempre estuvo sobre un volcán. A favor del excelente serpentinero montañés debe señalarse que dominó de manera absoluta a los experimentados Dánel Castro y Joan Carlos Pedroso, tercero y cuarto en la alineación tunera.
Una vez más el pitcheo local de segunda línea estuvo por debajo en todos los sentidos, por lo que los santiagueros marcaron 13 carreras con 16 indiscutibles, frente a 7 anotaciones de los chicos de casa, quienes sumaron solo un jit menos, pero lastraron la falta de productividad, al dejar 14 hombres en las almohadillas.
Habrá que esperar a la próxima campaña para volver a buscar un puesto en la vanguardia de la pelota cubana, pero los leñadores merecen el reconocimiento general no solo por haber caído “con las botas puestas”, sino por el crecimiento general en su filas, especialmente entre figuras muy jóvenes que, a no dudarlo, comienzan a hacer historia.
¿Cuál fue el crecimiento? Henry Urrutia, tercero entre los bateadores con 397 en su cuarta campaña; Alexander Guerrero, 340, l9 jonrones y 88 impulsadas, tercero en este último departamento; Yosvani Alarcón, más de 300 y cuarto entre los jonroneros al disparar 26, cuando en la temporada anterior no produjo ninguno.
Pero hay más, los puertopadrenses Yordan Batista y Jorge Jonson transitaron por su campaña consagratoria; Andrés Quiala volvió a cumplir con su responsabilidad de primer hombre de la tanda; Michel Brito, fijó su calidad como suplente al defender de maravillas en la antesala, el campo corto y la intermedia, en tanto que los experimentados Dánel Castro y Joan Carlos Pedroso, lograron altos dividendos tanto al bate como a la defensa.
Justo es también reconocer que, pese a la deficiencia general del cuerpo de lanzadores, el zurdo Yudiel Rodríguez ganó ocho juegos y pasó del anonimato a tercer abridor del equipo; Jesús Guerra, sin estar del todo bien de su brazo, obtuvo siete éxitos y sumó siete puntos por salvamento, de la misma manera que figuras muy jóvenes como Erick Sánchez y Ariel Guerra, mejoraron ostensiblemente su quehacer desde el montículo.
Desde el punto de vista colectivo, los leñadores fueron los primeros en el bateo colectivo con astronómico promedio de 327 y dejaron atrás sus problemas defensivos al compilar para 976, gracias a lo cual su endeble pitcheo pudo sumar 47 victorias y caer en 13 ocasiones por el margen de una sola carrera.
De todo corazón felicitó a los hermanos de Santiago de Cuba por conseguir el boleto a la postemporada, fase en la cual será un temible rival para los otros aspirantes a la corona, pero también me uno a los aplausos para nuestro equipo, digno heredero de la tradición y fuerza de esta tierra de grandes jugadores, quienes han escrito y siguen escribiendo paginas de oro en el libro del béisbol tunero, con más de un siglo de historia.
Las palmas para mi equipo
Las Tunas, Cuba (25 de febrero).- Después de luchar denodadamente durante el calendario clasificatorio de la Serie Nacional de Béisbol número 49, el equipo de esta, mi provincia, cayó frente al poderoso Santiago; pese a lo cual merece las palmas de especialistas y aficionados por contribuir de forma protagónica al mayor espectáculo del país.
Los tuneros, que tuvieron un magnífico desempeño en dos tercios de la campaña, bajaron su eficacia integral en el último segmento, mas se recuperaron en la recta final y terminaron el calendario oficial con ventaja de media raya en el cuarto lugar de la zona oriental, por lo que se hizo necesario celebrar los dos juegos pendientes con Santiago, uno sellado y el otro no efectuado por afectaciones del clima.
La tropa de casa solo necesitaba una victoria para obtener el boleto, pero no pudo con Norge Luis Vera en el choque sellado el 9 de enero, favorable a Santiago 6 X 5 en el sexto capítulo con un out, corredores en primera y segunda y Henry Urrutia en turno.
En ese partido, reanudado el martes 23 en el estadio Julio A. Mella, Vera se presentó en admirable forma y aunque el local Yoelkis Cruz, también lanzó de maravillas, la pizarra no se movió y Santiago tuvo la gran posibilidad de buscar el boleto en el juego número 90, con mejores condiciones en cuanto a su pitcheo.
A nuestro equipo le quedaba habilitado un solo pítcher con posibilidades reales de desafiar a la poderosa batería montañesa, el zurdo Yudiel Rodríguez, quien le había lanzado bien en dos oportunidades durante esta temporada. La inexperiencia y la presión lógica de un partido definitorio dio al traste con el deseo del joven tirador del municipio de Jobabo.
Racimos de cuatro y seis carreras en los capítulos uno y tres definieron a favor de Santiago, pese a que su abridor Danny Betancourt solo pudo transitar 5,2 innings porque consumió los lanzamientos reglamentarios, debido a que siempre estuvo sobre un volcán. A favor del excelente serpentinero montañés debe señalarse que dominó de manera absoluta a los experimentados Dánel Castro y Joan Carlos Pedroso, tercero y cuarto en la alineación tunera.
Una vez más el pitcheo local de segunda línea estuvo por debajo en todos los sentidos, por lo que los santiagueros marcaron 13 carreras con 16 indiscutibles, frente a 7 anotaciones de los chicos de casa, quienes sumaron solo un jit menos, pero lastraron la falta de productividad, al dejar 14 hombres en las almohadillas.
Habrá que esperar a la próxima campaña para volver a buscar un puesto en la vanguardia de la pelota cubana, pero los leñadores merecen el reconocimiento general no solo por haber caído “con las botas puestas”, sino por el crecimiento general en su filas, especialmente entre figuras muy jóvenes que, a no dudarlo, comienzan a hacer historia.
¿Cuál fue el crecimiento? Henry Urrutia, tercero entre los bateadores con 397 en su cuarta campaña; Alexander Guerrero, 340, l9 jonrones y 88 impulsadas, tercero en este último departamento; Yosvani Alarcón, más de 300 y cuarto entre los jonroneros al disparar 26, cuando en la temporada anterior no produjo ninguno.
Pero hay más, los puertopadrenses Yordan Batista y Jorge Jonson transitaron por su campaña consagratoria; Andrés Quiala volvió a cumplir con su responsabilidad de primer hombre de la tanda; Michel Brito, fijó su calidad como suplente al defender de maravillas en la antesala, el campo corto y la intermedia, en tanto que los experimentados Dánel Castro y Joan Carlos Pedroso, lograron altos dividendos tanto al bate como a la defensa.
Justo es también reconocer que, pese a la deficiencia general del cuerpo de lanzadores, el zurdo Yudiel Rodríguez ganó ocho juegos y pasó del anonimato a tercer abridor del equipo; Jesús Guerra, sin estar del todo bien de su brazo, obtuvo siete éxitos y sumó siete puntos por salvamento, de la misma manera que figuras muy jóvenes como Erick Sánchez y Ariel Guerra, mejoraron ostensiblemente su quehacer desde el montículo.
Desde el punto de vista colectivo, los leñadores fueron los primeros en el bateo colectivo con astronómico promedio de 327 y dejaron atrás sus problemas defensivos al compilar para 976, gracias a lo cual su endeble pitcheo pudo sumar 47 victorias y caer en 13 ocasiones por el margen de una sola carrera.
De todo corazón felicitó a los hermanos de Santiago de Cuba por conseguir el boleto a la postemporada, fase en la cual será un temible rival para los otros aspirantes a la corona, pero también me uno a los aplausos para nuestro equipo, digno heredero de la tradición y fuerza de esta tierra de grandes jugadores, quienes han escrito y siguen escribiendo paginas de oro en el libro del béisbol tunero, con más de un siglo de historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario