De luto la familia deportiva
El luto ensombrece otra vez a la familia tunera del deporte, con el fallecimiento ayer de Roberto Báez Diez, expelotero y entrenador de larga trayectoria, querido y respetado por su comportamiento dentro y fuera del diamante.
Báez, cuyo sepelio se efectuó en horas de la mañana de hoy, dejó de existir a los 67 años de edad por una repentina enfermedad, tras varios días en el hospital Ernesto Guevara, donde el personal médico agotó todos los recursos en el combate frontal contra la muerte.
Excelente defensor de las posiciones de torpedero y segunda base, además de efectivo bateador de tacto; Roberto Báez sobresalió en los equipos colegiales y juveniles de la década del 50 del siglo pasado y posteriormente en primera categoría con el Deportivo Tunas.
Después de retirarse del béisbol activo trabajó de entrenador e integró colectivos de dirección en diferentes categorías y lo recuerdo de auxiliar de Rafael Sánchez Montenegro en una selección local juvenil, ganadora del título de Oriente en la década del 70.
La familia deportiva de la provincia y especialmente del béisbol, lo recordará eternamente por su calidad no solo como atleta, sino como ser humano, capaz de contar con el aprecio de quienes, como yo, tuvieron la dicha de conocerlo.
El luto ensombrece otra vez a la familia tunera del deporte, con el fallecimiento ayer de Roberto Báez Diez, expelotero y entrenador de larga trayectoria, querido y respetado por su comportamiento dentro y fuera del diamante.
Báez, cuyo sepelio se efectuó en horas de la mañana de hoy, dejó de existir a los 67 años de edad por una repentina enfermedad, tras varios días en el hospital Ernesto Guevara, donde el personal médico agotó todos los recursos en el combate frontal contra la muerte.
Excelente defensor de las posiciones de torpedero y segunda base, además de efectivo bateador de tacto; Roberto Báez sobresalió en los equipos colegiales y juveniles de la década del 50 del siglo pasado y posteriormente en primera categoría con el Deportivo Tunas.
Después de retirarse del béisbol activo trabajó de entrenador e integró colectivos de dirección en diferentes categorías y lo recuerdo de auxiliar de Rafael Sánchez Montenegro en una selección local juvenil, ganadora del título de Oriente en la década del 70.
La familia deportiva de la provincia y especialmente del béisbol, lo recordará eternamente por su calidad no solo como atleta, sino como ser humano, capaz de contar con el aprecio de quienes, como yo, tuvieron la dicha de conocerlo.
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