domingo, diciembre 24, 2006


1956: PASCUAS DE HORROR EN EL ORIENTE CUBANO
Por Dania Marrero Carralero

La tiranía batistiana gobernante en Cuba en 1956 no siempre pudo ocultar sus crímenes y el pueblo supo que aquella carnicería humana en el norte oriental de la Isla, provenía de manos asesinas de la dictadura.
Dispuestos a no permitir otro 30 de noviembre como el de Santiago de Cuba, los esbirros planearon con sangre fría la muerte de 23 jóvenes revolucionarios en los hechos conocidos como Las Pascuas Sangrientas.
Al frente de la operación estuvo el coronel Fermín Cowley, quien cumplía órdenes del dictador Fulgencio Batista de acabar cualquier intento de alzamiento contra su gobierno, como el llevado a cabo en la ciudad santiaguera para apoyar el desembarco del Granma.
Los esbirros de la dictadura desplegaron una sangrienta represión durante los días 23 al 26 de diciembre de 1956.
Como subraya el general de brigada ® William Gálvez en dos artículos, "lo sucedido sobrecogió a todos, era una prueba más de hasta dónde era capaz de llegar la tiranía y una horrible advertencia a todos los contrarios al gobierno, insurreccionales o no, con pruebas o sin ellas, de que podían perder la vida".
Los crímenes cometidos en diferentes ciudades de Holguín fueron dirigidos (y en algunos casos los llevaron a cabo personalmente) los principales jefes del regimiento local, con los escuadrones y las unidades de la Policía, que desataron una feroz persecución y apresamiento de los revolucionarios.
Pero la idea del sanguinario Cowley no era apresarlos y retenerlos, sino matarlos, y eso hicieron, con la advertencia de que no hubiera ningún muerto en Noche Buena, sino a partir del 25 Día de la Navidad.
El primer crimen se realizó en la noche del 23, contra Rafael Orejón, dirigente del Movimiento 26 de Julio en Nicaro, quien al negarse a salir recibió un balazo en la cabeza y más tarde muere en el hospital local.
La "Operación Pascuas" prosiguió su horrenda trayectoria a partir de la medianoche del 24 y al comienzo de la Navidad se vivirían horas de espanto.
En esa oscura noche fueron muertos los revolucionarios Jesús Feliz Leyva, dirigente del Partido Socialista Popular; Pedro Díaz Coello, destacado combatiente contra la tiranía y máximo dirigente del Movimiento 26 de julio en Holguín; Gilberto González Rojas, en Cacocum y Thelmo Esperance Leville, en Banes.
También fueron torturados y acribillados Armando Guzmán Guide, en Banes; Silverio Núñez, Enrique Morgan, del central Preston; Héctor Infante Pérez, Alejo Tomás Clemente, Pelayo Cusidó Torres y Aquiles Espinosa Salgado, de Las Tunas.
Angel Valero Consuegra, de Manatí, Loynaz Echevarría Cordovez, de Marcané; Enrique Casals, de Jobabo; Antonio Concepción Perodín, de Gibara; José Marcial Pérez Cruz, de San Germán, José Mendoza García, de San Andrés e Isaac Hernández Oliver, de Puerto Padre, fueron también masacrados aquella cruenta noche de Navidad. Igualmente fueron asesinados Luis Sera Moreno y Ramón Téllez Peña.
No fueron más los crímenes porque algunos jóvenes escaparon a la persecución desplegada por una tiranía entonces envalentonada, que sucumbiría en enero de 1959 ante la arrolladora lucha del pueblo cubano por su libertad.
(Tomado del diario digital 26, Las Tunas, Cuba)

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