Las Tunas, Cuba.- Esta provincia oriental, como todo el país, estuvo de fiesta este 23 de febrero, al conmemorarse el aniversario 50 de la creación del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), organismo encargado de diversificar y masificar la práctica sistemática de la cultura física en toda la población de este país.
En este territorio, balcón del oriente cubano, un multicolor acto gimnástico, cultural y recreativo convirtió al estadio beisbolero Julio Antonio Mella en el escenario propicio para reconocer a quienes se han destacado durante años como atletas, entrenadores, funcionarios y activistas en el objetivo de ganar lauros para la provincia y la Patria.
Para mi fue un homenaje que jamás podré olvidar, porque el aplauso que me dedicaron miles de personas cuando recibí el diploma de reconocimiento por mi contribución al desarrollo deportivo desde mi posición de periodista y narrador-comentarista, caló hondo, me estremeció de emoción y me reconforta al saber que las horas empleadas en el cumplimiento de mi deber no fueron en vano.
Los miles de personas que asistieron al colorido acto, disfrutaron presentaciones de niños de círculos infantiles, de las escuelas primarias y secundarias, de los centros de enseñanza especial, de los Abuelos que gozan de salud a través de los ejercicios físicos y de los profesores y técnicos que hicieron valer el positivo efecto de la bailoterapia en la elevación de la calidad de vida.
Mientras el espectáculo avanzaba, por mi mente pasaron recuerdos del abandono que caracterizaba al deporte de nuestro país en los años de la república neocolonial, la práctica de algunas disciplinas en instituciones de carácter sectario y exclusivista, mientras para los desposeídos solo quedaba la pelota en los placeres, el boxeo y el fútbol, sin apoyo estatal alguno.
Antes de 1959 en Cuba no había campeones olímpicos o mundiales, salvo contadas excepciones como el esgrimista Ramón Fonst, el ajedrecista José Raúl Capablanca y boxeadores de la talla de Eligio Sardiñas (Kid Chocolate), Gerardo González (Kid Gavilán) y el llamado campeón sin corona, pero casi desconocido en su propio país, Evelio Mustelier (Kid Tunero)
El deporte cubano comenzó a escribir historia después del triunfo de la Revolución y alcanzó su máxima expresión a partir del 23 de febrero de 1961, hace medio siglo, con la creación del INDER y la materialización del objetivo de convertir el deporte en derecho del pueblo.
Desde aquel instante, Cuba comenzó a brillar en el firmamento deportivo mundial y surgieron por decenas, hasta llegar a cientos de campeones olímpicos y mundiale, centroamericanos y panamericanos. La pequeña isla caribeña, bloqueada y amenazada se levantó hasta las posiciones cimeras en las grandes citas, ubicándose incluso por encima de naciones altamente desarrolladas.
En el territorio de la actual provincia de Las Tunas, abandonado totalmente por los desgobiernos de turno, la semilla sembrada por la Revolución en el deporte germinó de manera extraordinaria y ya en los Juegos Olímpicos de Munich, República Federal de Alemania-1972, tuvo su primer campeón en el boxeador de los pesos completos, Teófilo Stévenson Lawrence, humilde hijo de un estibador en Cayo Juan Claro (hoy Carúpano), de Puerto Padre.
Otros campeones olímpicos aportaría esta tierra: el boxeador José Gómez y los peloteros Juan Carlos Pérez, Ermidelio y Osmani Urrutia y el subtitular también beisbolista, Dánel Castro, en los Juegos de Moscú-80, Barcelona-92, Atenas-2004 y Sydney-2000, respectivamente. Y la más reciente medallista de oro en la Olimpíada de Ajedrez-2010, Yaniet Marrero, reina entre las defensoras del tercer tablero.
Otros muchos ganaron títulos mundiales, panamericanos y centroamericanos: Félix Núñez y Gregorio Pérez, de béisbol; Omar Santiesteban, Damián Austin, Ramiro Ramos y Regino Chapman, de boxeo; Luis Vaquero, de tiro deportivo; Lázaro Bruzón, de ajedrez, los especialistas de jockey sobre césped Roberto Lemus, Yakelín y Yanelis Drike, los pesistas Ernesto Agüero, Modesto Sánchez y Yohandrys Hernández, entre otros.
Nada, que no existe comparación posible. En este país no se puede hablar de un movimiento deportivo en los primeros 50 años de una nefasta república plegada a los intereses de los amos del Norte.
La práctica del deporte, la cultura física y la recreación como un derecho inalienable del pueblo es obra de la Revolución que llegó para quedarse el primero de enero de 1959. A ella le debemos contar con miles de estelares atletas que sin pensar en mezquinos intereses, ganaron, ganan y ganarán muchos títulos y medallas para el engrandecimiento de la Patria.
Etiquetas: Aniversario 50 del INDER, deportes, Cuba, evento, desfile gimnástico-deportivo, Reconocimiento atletas, entrenadores, técnicos, activistas, periodistas, Glorias deportivas, deporte derecho del pueblo, Revolución Cubana
En este territorio, balcón del oriente cubano, un multicolor acto gimnástico, cultural y recreativo convirtió al estadio beisbolero Julio Antonio Mella en el escenario propicio para reconocer a quienes se han destacado durante años como atletas, entrenadores, funcionarios y activistas en el objetivo de ganar lauros para la provincia y la Patria.
Para mi fue un homenaje que jamás podré olvidar, porque el aplauso que me dedicaron miles de personas cuando recibí el diploma de reconocimiento por mi contribución al desarrollo deportivo desde mi posición de periodista y narrador-comentarista, caló hondo, me estremeció de emoción y me reconforta al saber que las horas empleadas en el cumplimiento de mi deber no fueron en vano.
Los miles de personas que asistieron al colorido acto, disfrutaron presentaciones de niños de círculos infantiles, de las escuelas primarias y secundarias, de los centros de enseñanza especial, de los Abuelos que gozan de salud a través de los ejercicios físicos y de los profesores y técnicos que hicieron valer el positivo efecto de la bailoterapia en la elevación de la calidad de vida.
Mientras el espectáculo avanzaba, por mi mente pasaron recuerdos del abandono que caracterizaba al deporte de nuestro país en los años de la república neocolonial, la práctica de algunas disciplinas en instituciones de carácter sectario y exclusivista, mientras para los desposeídos solo quedaba la pelota en los placeres, el boxeo y el fútbol, sin apoyo estatal alguno.
Antes de 1959 en Cuba no había campeones olímpicos o mundiales, salvo contadas excepciones como el esgrimista Ramón Fonst, el ajedrecista José Raúl Capablanca y boxeadores de la talla de Eligio Sardiñas (Kid Chocolate), Gerardo González (Kid Gavilán) y el llamado campeón sin corona, pero casi desconocido en su propio país, Evelio Mustelier (Kid Tunero)
El deporte cubano comenzó a escribir historia después del triunfo de la Revolución y alcanzó su máxima expresión a partir del 23 de febrero de 1961, hace medio siglo, con la creación del INDER y la materialización del objetivo de convertir el deporte en derecho del pueblo.
Desde aquel instante, Cuba comenzó a brillar en el firmamento deportivo mundial y surgieron por decenas, hasta llegar a cientos de campeones olímpicos y mundiale, centroamericanos y panamericanos. La pequeña isla caribeña, bloqueada y amenazada se levantó hasta las posiciones cimeras en las grandes citas, ubicándose incluso por encima de naciones altamente desarrolladas.
En el territorio de la actual provincia de Las Tunas, abandonado totalmente por los desgobiernos de turno, la semilla sembrada por la Revolución en el deporte germinó de manera extraordinaria y ya en los Juegos Olímpicos de Munich, República Federal de Alemania-1972, tuvo su primer campeón en el boxeador de los pesos completos, Teófilo Stévenson Lawrence, humilde hijo de un estibador en Cayo Juan Claro (hoy Carúpano), de Puerto Padre.
Otros campeones olímpicos aportaría esta tierra: el boxeador José Gómez y los peloteros Juan Carlos Pérez, Ermidelio y Osmani Urrutia y el subtitular también beisbolista, Dánel Castro, en los Juegos de Moscú-80, Barcelona-92, Atenas-2004 y Sydney-2000, respectivamente. Y la más reciente medallista de oro en la Olimpíada de Ajedrez-2010, Yaniet Marrero, reina entre las defensoras del tercer tablero.
Otros muchos ganaron títulos mundiales, panamericanos y centroamericanos: Félix Núñez y Gregorio Pérez, de béisbol; Omar Santiesteban, Damián Austin, Ramiro Ramos y Regino Chapman, de boxeo; Luis Vaquero, de tiro deportivo; Lázaro Bruzón, de ajedrez, los especialistas de jockey sobre césped Roberto Lemus, Yakelín y Yanelis Drike, los pesistas Ernesto Agüero, Modesto Sánchez y Yohandrys Hernández, entre otros.
Nada, que no existe comparación posible. En este país no se puede hablar de un movimiento deportivo en los primeros 50 años de una nefasta república plegada a los intereses de los amos del Norte.
La práctica del deporte, la cultura física y la recreación como un derecho inalienable del pueblo es obra de la Revolución que llegó para quedarse el primero de enero de 1959. A ella le debemos contar con miles de estelares atletas que sin pensar en mezquinos intereses, ganaron, ganan y ganarán muchos títulos y medallas para el engrandecimiento de la Patria.
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