Copa Mundial de Béisbol
Venció Estados Unidos a Cuba y retuvo la corona
Las Tunas, Cuba (27 de septiembre).- El equipo de Estados Unidos derrotó a Cuba 10 X 5, en el partido decisivo de la Copa Mundial de Béisbol Europa-2009, celebrado hoy en el estadio de la ciudad italiana de Neptuno, ante una gran concurrencia.
Los norteamericanos retuvieron así la corona conquistada en China Taipei-2007, donde también se impusieron a la representación cubana que, esta vez, estuvo por debajo de sus reales potencialidades, especialmente en el bateo y la defensa.
El choque, tenso por su significación, fue abierto por el estelar Norge Luís Vera, quien admitió tres carreras en el principio de la segunda entrada por jonrón con dos a bordo del receptor Lucas May, después de un error en fildeo de Héctor Olivera, quien cometió otro sin consecuencia posteriormente.
Cuba, que estuvo mejor a la ofensiva en esta oportunidad, descontó dos en el cuarto capítulo frente al abridor zurdo norteño, Cory Luebke, pero en el quinto Estados volvió a despegarse por el segundo cuadrangular que permitió Vera, este en solitario.
Los multicampeones lograron la igualada en el sexto episodio, cuando el mentor norteamericano Eddie Rodríguez, trajo al derecho Brad Lincoln, en sustitución del zurdo Luebke. Con un corredor en circulación Ariel Borrero sacó la pelota por el bosque izquierdo para provocar una explosión de júbilo en buena parte de la repleta gradería del estadio de Neptuno.
Poco duró la alegría en el banco cubano y entre sus muchos parciales, porque el principio del séptimo capítulo, el llamado de la suerte, resultó efectivamente afortunado para los yanquis, pero se convirtió en pesadilla para la nave tricolor guiada por Esteban Lombillo.
Norge Luís Vera sacó fácil los dos primeros outs y estuvo por encima del siguiente bateador en el conteo, mas lo transfirió y lo que vino después fue definitivo: un doblete al derecho que determinó la entrada al box de Pedro Luis Lazo; un error en fildeo del inicialista Borrero, en lance que debió ser el tercer out y cuatro imparables consecutivos, dos de ellos frente a Miguel Alfredo González, hasta completar racimo de seis carreras, antes de que Freddy Asiel Álvarez pusiera fin al suplicio.
En el octavo acto Alfredo Despaigne elevó su récord de cuadrangulares a 11, pero en el noveno con las bases llenas y dos outs, su batazo por la pradera izquierda, frente al cerrador derecho Nate Field, se quedó corto para que, en definitiva, se frustrara el intento cubano de recuperar la Copa.
Lo cierto es que el béisbol cubano, por una u otra razón, sigue cediendo terreno en el concierto internacional y es necesario un análisis bien a fondo acerca de nuestros métodos de selección, de los sistemas de preparación, porque es evidente la existencia de una baja en el juego integral.
Durante toda la Copa la ofensiva y la defensa dejaron mucho que desear y si se pudo llegar a la discusión del título fue gracias al trabajo de los lanzadores, especialmente de los veteranos Norge Luis Vera y Pedro Luis Lazo; además del buen comportamiento del ya experimentado Yulieski González y los novatos Miguel Alfredo González y Freddy Asiel Álvarez.
En este último partido, el bateo estuvo bien con 12 imparables, dos de ellos jonrones, pero la mala defensa facilitó siete de las 10 carreras norteamericanas, una por el error de Olivera en el segundo inning y nada menos que seis provocadas por el de Borrero en el séptimo.
No me canso de señalar la necesidad de revisar a fondo lo que está pasando con el mejor departamento histórico de nuestro béisbol, la ofensiva. En la Olimpíada de Beijing se perdió por el pobre bateo, esa misma insuficiencia dejó a Cuba fuera de los cuatro finalistas del II Clásico Mundial y ahora en la Copa imperó igualmente la impotencia en el uso del madero.
Hay que reconocer, ante todo, la tremenda calidad de este equipo norteamericano, en el cual se combinan tacto y fuerza en el bateo, con un pitcheo profundo, aunque debe mejorar en el aspecto defensivo. Son atletas jóvenes, en pleno ascenso, fogueados en los torneos de Doble y Triple A, ansiosos por demostrar su calidad para irrumpir en la meca del béisbol de Estados Unidos, las Grandes Ligas.
No obstante, Cuba ha vencido a equipos norteamericanos superiores y en las Copas Mundiales el balance frente a ellos es de 22 triunfos y cinco reveses; mientras que en nueve partidos por la medalla de oro, ahora la ventaja cubana es de siete ganados y solo dos perdidos.
Precisamente por esos guarismos y la reconocida calidad de nuestro béisbol, la revisión de lo que estamos haciendo no puede esperar más. Tenemos los talentos capaces de mantener la hegemonía, la pelota sigue siendo pasión de los jóvenes cubanos; entonces, ¿qué pasa? Algo anda mal y es preciso cambiarlo, no hay otra alternativa.
Venció Estados Unidos a Cuba y retuvo la corona
Las Tunas, Cuba (27 de septiembre).- El equipo de Estados Unidos derrotó a Cuba 10 X 5, en el partido decisivo de la Copa Mundial de Béisbol Europa-2009, celebrado hoy en el estadio de la ciudad italiana de Neptuno, ante una gran concurrencia.
Los norteamericanos retuvieron así la corona conquistada en China Taipei-2007, donde también se impusieron a la representación cubana que, esta vez, estuvo por debajo de sus reales potencialidades, especialmente en el bateo y la defensa.
El choque, tenso por su significación, fue abierto por el estelar Norge Luís Vera, quien admitió tres carreras en el principio de la segunda entrada por jonrón con dos a bordo del receptor Lucas May, después de un error en fildeo de Héctor Olivera, quien cometió otro sin consecuencia posteriormente.
Cuba, que estuvo mejor a la ofensiva en esta oportunidad, descontó dos en el cuarto capítulo frente al abridor zurdo norteño, Cory Luebke, pero en el quinto Estados volvió a despegarse por el segundo cuadrangular que permitió Vera, este en solitario.
Los multicampeones lograron la igualada en el sexto episodio, cuando el mentor norteamericano Eddie Rodríguez, trajo al derecho Brad Lincoln, en sustitución del zurdo Luebke. Con un corredor en circulación Ariel Borrero sacó la pelota por el bosque izquierdo para provocar una explosión de júbilo en buena parte de la repleta gradería del estadio de Neptuno.
Poco duró la alegría en el banco cubano y entre sus muchos parciales, porque el principio del séptimo capítulo, el llamado de la suerte, resultó efectivamente afortunado para los yanquis, pero se convirtió en pesadilla para la nave tricolor guiada por Esteban Lombillo.
Norge Luís Vera sacó fácil los dos primeros outs y estuvo por encima del siguiente bateador en el conteo, mas lo transfirió y lo que vino después fue definitivo: un doblete al derecho que determinó la entrada al box de Pedro Luis Lazo; un error en fildeo del inicialista Borrero, en lance que debió ser el tercer out y cuatro imparables consecutivos, dos de ellos frente a Miguel Alfredo González, hasta completar racimo de seis carreras, antes de que Freddy Asiel Álvarez pusiera fin al suplicio.
En el octavo acto Alfredo Despaigne elevó su récord de cuadrangulares a 11, pero en el noveno con las bases llenas y dos outs, su batazo por la pradera izquierda, frente al cerrador derecho Nate Field, se quedó corto para que, en definitiva, se frustrara el intento cubano de recuperar la Copa.
Lo cierto es que el béisbol cubano, por una u otra razón, sigue cediendo terreno en el concierto internacional y es necesario un análisis bien a fondo acerca de nuestros métodos de selección, de los sistemas de preparación, porque es evidente la existencia de una baja en el juego integral.
Durante toda la Copa la ofensiva y la defensa dejaron mucho que desear y si se pudo llegar a la discusión del título fue gracias al trabajo de los lanzadores, especialmente de los veteranos Norge Luis Vera y Pedro Luis Lazo; además del buen comportamiento del ya experimentado Yulieski González y los novatos Miguel Alfredo González y Freddy Asiel Álvarez.
En este último partido, el bateo estuvo bien con 12 imparables, dos de ellos jonrones, pero la mala defensa facilitó siete de las 10 carreras norteamericanas, una por el error de Olivera en el segundo inning y nada menos que seis provocadas por el de Borrero en el séptimo.
No me canso de señalar la necesidad de revisar a fondo lo que está pasando con el mejor departamento histórico de nuestro béisbol, la ofensiva. En la Olimpíada de Beijing se perdió por el pobre bateo, esa misma insuficiencia dejó a Cuba fuera de los cuatro finalistas del II Clásico Mundial y ahora en la Copa imperó igualmente la impotencia en el uso del madero.
Hay que reconocer, ante todo, la tremenda calidad de este equipo norteamericano, en el cual se combinan tacto y fuerza en el bateo, con un pitcheo profundo, aunque debe mejorar en el aspecto defensivo. Son atletas jóvenes, en pleno ascenso, fogueados en los torneos de Doble y Triple A, ansiosos por demostrar su calidad para irrumpir en la meca del béisbol de Estados Unidos, las Grandes Ligas.
No obstante, Cuba ha vencido a equipos norteamericanos superiores y en las Copas Mundiales el balance frente a ellos es de 22 triunfos y cinco reveses; mientras que en nueve partidos por la medalla de oro, ahora la ventaja cubana es de siete ganados y solo dos perdidos.
Precisamente por esos guarismos y la reconocida calidad de nuestro béisbol, la revisión de lo que estamos haciendo no puede esperar más. Tenemos los talentos capaces de mantener la hegemonía, la pelota sigue siendo pasión de los jóvenes cubanos; entonces, ¿qué pasa? Algo anda mal y es preciso cambiarlo, no hay otra alternativa.
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