Cuba en el Mundial de Atletismo
Leonel Suárez, plata en decatlón
Las Tunas, Cuba (21 de agosto).- Luego de un comienzo incierto por la baja puntuación obtenida en la prueba de 100 metros planos, el joven cubano Leonel Suárez cerró como los grandes en el salto de altura, la pértiga, la jabalina y los mil 500, para superar el bronce olímpico de Beijing y proclamarse subcampeón en el Campeonato Mundial de Beijing.
Leonel, de solo 21 años de edad, acumuló la respetable marca de ocho mil 640 puntos, solo superada por la extraordinaria actuación del estadounidense Trey Hardee, monarca absoluto con ocho mil 790 unidades. El ruso Alexánder Pogorelov logró el bronce tras sumar ocho mil 528.
Pero lo más sorprendente no fue la gran actuación de Suárez, quien dio la cuarta medalla, segunda de plata, a la delegación de la Mayor de las Antillas, sino la tremenda batalla que dieron otros dos jóvenes. Yordanis García y Júnior Díaz, este último con solo 19 años de edad.
Durante toda la extenuante competencia, que obliga a dar el máximo en 10 pruebas en dos días, cinco en cada uno; los chicos de la Isla de la Libertad se mantuvieron entre los ocho primeros, pese a la presencia de atletas de gran experiencia y resultados reconocidos en las más importantes citas de campo y pista del universo.
Júnior Díaz, por ejemplo, dio muestras de coraje, de nivel competitivo y estuvo por encima de todas sus marcas personales en las distintas pruebas y llegó a estar en el segundo lugar general, luego descendió al cuarto y en definitiva terminó en el noveno por sus ocho mil 387 puntos.
En el caso de Yordanis García, el de más experiencia competitiva de los tres; también se comportó a gran altura y sus ocho mil 397 unidades lo ubicaron en la octava posición, válida para apoyar a la delegación cubana en la clasificación general colectiva en la tabla por puntos.
Los especialistas consideran que el Decatlón define al deportista más completo dentro de una competencia de campo y pista; al extremo de que quienes logran resultados como los conseguidos ahora en Berlín se reconocen como superatletas.
La preparación de un decatleta es extremadamente compleja y costosa, por lo que la mayoría de los más prominentes proceden de países desarrollados o los representan por recibir becas para estudiar en ellos y posteriormente adquieren la nacionalidad.
Por eso no fueron pocos los especialistas que se asombran porque Cuba, una nación del tercer mundo, pobre y bloqueada por el más poderoso imperio de la historia: es capaz de producir atletas de esa calidad en la más exigente competencia del llamado deporte rey.
¿Cómo es posible? Porque en Cuba hay una sociedad justa y equitativa, digna y democrática, en la que el deporte es derecho del pueblo, como lo son también la salud y la educación. Donde la mayoría absoluta de los ciudadanos, desde un niño hasta un anciano, sabe lo que significa la libertad y está dispuesto a defenderla al precio que sea necesario.
Leonel Suárez, plata en decatlón
Las Tunas, Cuba (21 de agosto).- Luego de un comienzo incierto por la baja puntuación obtenida en la prueba de 100 metros planos, el joven cubano Leonel Suárez cerró como los grandes en el salto de altura, la pértiga, la jabalina y los mil 500, para superar el bronce olímpico de Beijing y proclamarse subcampeón en el Campeonato Mundial de Beijing.
Leonel, de solo 21 años de edad, acumuló la respetable marca de ocho mil 640 puntos, solo superada por la extraordinaria actuación del estadounidense Trey Hardee, monarca absoluto con ocho mil 790 unidades. El ruso Alexánder Pogorelov logró el bronce tras sumar ocho mil 528.
Pero lo más sorprendente no fue la gran actuación de Suárez, quien dio la cuarta medalla, segunda de plata, a la delegación de la Mayor de las Antillas, sino la tremenda batalla que dieron otros dos jóvenes. Yordanis García y Júnior Díaz, este último con solo 19 años de edad.
Durante toda la extenuante competencia, que obliga a dar el máximo en 10 pruebas en dos días, cinco en cada uno; los chicos de la Isla de la Libertad se mantuvieron entre los ocho primeros, pese a la presencia de atletas de gran experiencia y resultados reconocidos en las más importantes citas de campo y pista del universo.
Júnior Díaz, por ejemplo, dio muestras de coraje, de nivel competitivo y estuvo por encima de todas sus marcas personales en las distintas pruebas y llegó a estar en el segundo lugar general, luego descendió al cuarto y en definitiva terminó en el noveno por sus ocho mil 387 puntos.
En el caso de Yordanis García, el de más experiencia competitiva de los tres; también se comportó a gran altura y sus ocho mil 397 unidades lo ubicaron en la octava posición, válida para apoyar a la delegación cubana en la clasificación general colectiva en la tabla por puntos.
Los especialistas consideran que el Decatlón define al deportista más completo dentro de una competencia de campo y pista; al extremo de que quienes logran resultados como los conseguidos ahora en Berlín se reconocen como superatletas.
La preparación de un decatleta es extremadamente compleja y costosa, por lo que la mayoría de los más prominentes proceden de países desarrollados o los representan por recibir becas para estudiar en ellos y posteriormente adquieren la nacionalidad.
Por eso no fueron pocos los especialistas que se asombran porque Cuba, una nación del tercer mundo, pobre y bloqueada por el más poderoso imperio de la historia: es capaz de producir atletas de esa calidad en la más exigente competencia del llamado deporte rey.
¿Cómo es posible? Porque en Cuba hay una sociedad justa y equitativa, digna y democrática, en la que el deporte es derecho del pueblo, como lo son también la salud y la educación. Donde la mayoría absoluta de los ciudadanos, desde un niño hasta un anciano, sabe lo que significa la libertad y está dispuesto a defenderla al precio que sea necesario.
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