domingo, agosto 23, 2009

Joan Carlos Pedroso
Todo por su pueblo
Pese a experimentar el disgusto provocado por una nueva e injusta exclusión de la preselección nacional, Joan Carlos Pedroso Brooks, se prepara intensamente para brillar, una vez más, de inicialista y cuarto bate del equipo de Las Tunas, en la Serie número 49, prevista para comenzar en el cercano mes de octubre.
Después de verlo derrochar entusiasmo en las sesiones de entrenamiento que tienen lugar en el estadio Julio Antonio Mella, de escuchar sus consejos a los compañeros con menos tiempo en la nómina y a quienes buscan un puesto por vez primera, puedo asegurar que al mejor slugger de la pelota cubana actual, no le desaniman las arbitrariedades y continuará dándolo todo por su pueblo.
En reciente jornada de asueto y en la propia sala de su casa en el reparto Aguilera, el Júnior, como le llaman muchos de sus amigos, entre quienes me incluyo; me dijo enfáticamente: “No es la primera vez que me excluyen pese a tener una buena temporada, pero yo amo el béisbol y juego por darle satisfacciones a mi pueblo, a mi familia, a mis amigos, a los niños, a la gente que me quiere; a esa afición que apoya al equipo de manera incondicional.”
Incorporado al entrenamiento desde el primer día, Pedroso se ha trazado una gran meta personal: “Puedes poner en el periódico que en esta campaña que se avecina voy a buscar un récord de jonrones. Estoy listo para superar la marca de 32 impuesta por Alfredo Despaigne y ese será un regalo al esfuerzo que hacen los tuneros día a día en todas las esferas de la vida.”
Acerca de la marcha del entrenamiento, el cuarto bate tunero, opina:
“Es una preparación rigurosa, bien organizada, con actividades específicas distribuidas por áreas, con énfasis en el pitcheo y la defensa, sobre todo en esta última, la cual bajó mucho en la serie anterior y fue causa principal para quedar fuera de los play off.
“La ofensiva fue, en mi opinión, lo mejor que tuvimos y eso debe ratificarse esta vez, pese al adiós de Osmani Urrutia, un bateador insustituible no solo en Las Tunas, sino en la pelota cubana. Nuestro equipo, por el excelente trabajo que se realiza en esta área, volverá a estar entre los primeros en bateo colectivo.
“Quienes nos quedamos tenemos la responsabilidad de hacerle honor a Osmani con el bate en la mano. Para ello, además de lo que pueda aportar, tendré el apoyo de Dánel Castro, Alexander Guerrero, Henry Urrutia, Andrés Quiala y Jorge Johnson, entre otros, quienes se preparan con mucha disciplina y entrega.”
Pedroso considera que este debe ser el año de Jorge Johnson, Yordan Batista y Osdanis Montero, atletas jóvenes que han venido avanzando y deben consolidarse; de la misma manera que el pitcheo, pese a ser prácticamente el mismo, muestra una preparación superior, por lo que está en condiciones de ayudar en el objetivo del conjunto.
Acerca de la importancia de la unidad dentro del equipo, el jonronero mayor de la última década en Cuba, señaló:
“Es preciso lograr la disciplina consciente, sin imposiciones; que cada quien cumpla con su tarea en función del resultado colectivo. Necesitamos funcionar como una familia para lo cual las relaciones de los técnicos y los jugadores tienen que ser de franca camaradería; sin violar el respeto a las decisiones del director y el resto de los entrenadores.”
El Júnior me confesó que está contento por la presencia de muchas figuras noveles con reales perspectivas de garantizar un buen relevo para el futuro, a corto y mediano plazos y sugiere que, cuando comience la Serie, quienes no estén en el equipo sean concentrados en la Academia provincial para darle seguimiento y perfeccionar su quehacer en el diamante.
La sencillez de Joan Carlos Pedroso es proverbial. Jamás alardea de una trayectoria que es impresionante en los equipos Cuba de cadetes y juvenil (dos veces en cada uno) y en la de mayores en la cual debutó con un B en 1999 en Holanda.
Ha hecho la nómina principal cubana desde el 2002 en Copas de América, Juegos Panamericanos, Campeonatos Mundiales, Copas Intercontinentales, torneos preolímpicos y los dos Clásicos; pero en ninguna de esas grandes competiciones recibió la oportunidad de mostrar sus reales potencialidades. En la última versión del Clásico este año, el tratamiento, en mi opinión, fue humillante.
En este encuentro con Pedroso conversamos sobre diversos temas, como corresponde a una profunda relación de amistad; mas cuando cerré la agenda y me dispuse a despedirme, me dijo sonriente: “No dejes de poner que todos vamos a dar el máximo en el terreno para que las luces del estadio Julio Antonio Mella vuelvan a encenderse en la postemporada.”






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