A 123 años del asesinato de Vicente García
Duro golpe a la Revolución
El 4 de marzo de 1886, hace 123 años, la inteligencia española conseguía eliminar a uno de los hombres claves dentro de las fuerzas cubanas que se preparaban para llevar adelante la etapa definitiva en la lucha por librar a la Isla del coloniaje hispano: moría envenenado en Venezuela, el Mayor General Vicente García González.
Radicado en Río Chico, Venezuela, luego de ser el último de los principales jefes mambises que abandonó Cuba tras la Protesta de Baraguá, el León de Santa Rita, trabajó intensamente en la preparación de las condiciones para volver a la manigua redentora a terminar la obra comenzada el 10 de octubre de 1868.
Las autoridades españolas sabían del patriotismo y la capacidad militar del bravo general mambí, razón por la cual infiltraron a uno de sus espías, Ramón Dávila, quien se encargó de asesinarlo.
En su lecho de muerte, Vicente exhortó a sus hombres para que regresaran a la Patria y no descansaran hasta lograr la independencia. No es casual que en la preparación de la Guerra Necesaria, José Martí lo considerara uno de los viejos robles que, junto a los pinos nuevos, debían unirse para expulsar a los colonialistas españoles.
Una muestra del pensamiento político y la visión de futuro del León tunero, fue que el 10 de febrero de 1878, fecha en que se firmó el Pacto del Zanjón, escribió al responsable de las comunicaciones, para que dicha correspondencia fuera remitida a los demás centros y el exterior, en la que precisa:
“Careciendo de los medios necesarios para combatir por la fuerza dicha contrarrevolución en ninguna forma, sin embargo no he apoyado tan vergonzosa situación, traída en mi concepto tanto para hundir la revolución, como para que en mis manos perezca la república…”
En esa propia fecha, Vicente escribe desde Camagüey al patriota Calixto Monitor Pudit, a quien le relata los acontecimientos y en una parte de la carta asegura:
“…No importa que unos cuantos hombres débiles, que han principiado por la cobardía y han concluido con la traición quieran y pongan todo su empeño para derribar la obra de diez años de tantos sacrificios, si quedan en Cuba todavía hombres de corazón y de honor que sabrán morir por sostenerla, y vendrán muchos más que sigan sosteniéndola hasta su triunfo definitivo…”
Por eso los colonialistas necesitaban eliminar a Vicente García. Pero su patriotismo y su avanzado pensamiento político, se hizo realidad con el triunfo definitivo que él avizoró y que trajo la libertad al pueblo de Cuba un primero de enero de 1959.
Fuente:
-Vicente García: Leyenda y Realidad, de Víctor Manuel Marrero Zaldívar, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1992.
Duro golpe a la Revolución
El 4 de marzo de 1886, hace 123 años, la inteligencia española conseguía eliminar a uno de los hombres claves dentro de las fuerzas cubanas que se preparaban para llevar adelante la etapa definitiva en la lucha por librar a la Isla del coloniaje hispano: moría envenenado en Venezuela, el Mayor General Vicente García González.
Radicado en Río Chico, Venezuela, luego de ser el último de los principales jefes mambises que abandonó Cuba tras la Protesta de Baraguá, el León de Santa Rita, trabajó intensamente en la preparación de las condiciones para volver a la manigua redentora a terminar la obra comenzada el 10 de octubre de 1868.
Las autoridades españolas sabían del patriotismo y la capacidad militar del bravo general mambí, razón por la cual infiltraron a uno de sus espías, Ramón Dávila, quien se encargó de asesinarlo.
En su lecho de muerte, Vicente exhortó a sus hombres para que regresaran a la Patria y no descansaran hasta lograr la independencia. No es casual que en la preparación de la Guerra Necesaria, José Martí lo considerara uno de los viejos robles que, junto a los pinos nuevos, debían unirse para expulsar a los colonialistas españoles.
Una muestra del pensamiento político y la visión de futuro del León tunero, fue que el 10 de febrero de 1878, fecha en que se firmó el Pacto del Zanjón, escribió al responsable de las comunicaciones, para que dicha correspondencia fuera remitida a los demás centros y el exterior, en la que precisa:
“Careciendo de los medios necesarios para combatir por la fuerza dicha contrarrevolución en ninguna forma, sin embargo no he apoyado tan vergonzosa situación, traída en mi concepto tanto para hundir la revolución, como para que en mis manos perezca la república…”
En esa propia fecha, Vicente escribe desde Camagüey al patriota Calixto Monitor Pudit, a quien le relata los acontecimientos y en una parte de la carta asegura:
“…No importa que unos cuantos hombres débiles, que han principiado por la cobardía y han concluido con la traición quieran y pongan todo su empeño para derribar la obra de diez años de tantos sacrificios, si quedan en Cuba todavía hombres de corazón y de honor que sabrán morir por sostenerla, y vendrán muchos más que sigan sosteniéndola hasta su triunfo definitivo…”
Por eso los colonialistas necesitaban eliminar a Vicente García. Pero su patriotismo y su avanzado pensamiento político, se hizo realidad con el triunfo definitivo que él avizoró y que trajo la libertad al pueblo de Cuba un primero de enero de 1959.
Fuente:
-Vicente García: Leyenda y Realidad, de Víctor Manuel Marrero Zaldívar, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1992.
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