jueves, octubre 02, 2008

Después de 140 años
La misma actitud frente a los opresores
La efervescencia revolucionaria que prevalecía en el año 1868, sobre todo en el departamento oriental, llevó a las reuniones de los principales jefes independentistas en San Miguel de Rompe y Muñoz, de la jurisdicción de Las Tunas; sin embargo, no se había definido la fecha exacta del alzamiento en armas contra el colonialismo español.
En este contexto y con la llegada del mes de octubre, Vicente García se traslada al lugar conocido por el Lavado, en el actual municipio de Jobabo y allí sostiene una entrevista con Francisco Vicente Aguilera, presidente de la Junta Revolucionaria, ocasión en la que concuerdan en la necesidad de acelerar el comienzo de las acciones armadas.
Los patriotas estaban ansiosos por lanzarse a la manigua, conscientes de que la demora del pronunciamiento por la libertad de la Patria, podría ser peligrosa por la constante vigilancia a que los sometían las autoridades coloniales.
En tal situación, Vicente García decidió convocar a una nueva reunión que tendría lugar en la zona de El Mijial, cerca de Vázquez, actual municipio de Puerto Padre, el 4 de octubre, con el objetivo de fijar una fecha definitiva para comenzar la guerra.
Acerca de esta reunión, Francisco Varona González anotó en su diario: “El día 4 y previa citación, salí de Las Tunas para El Mijial, donde habían acudido con igual objeto, Jaime Santiesteban, Vicente García, Donato Mármol y otros varios. Conferenciamos con Rubalcava y se convino aplazar el movimiento para el día 14.”
Francisco Muñoz Rubalcava estaba entre los impacientes y Vicente García explicó que eran muy vigilados y no se podía esperar más tiempo, que por eso él fijaba como plazo máximo para el alzamiento, el 14 de octubre y que si los demás centros de conspiración no se levantaban, él se lanzaría con sus hombres a la lucha.
Las palabras del patriota fueron expuestas con total energía y decisión, por lo que ninguno de los presentes puso reparo a la fecha señalada, hubo una aceptación tácita, lo cual provocó que, después de El Mijial, se apresuraron los preparativos en toda la comarca.
Los revolucionarios tuneros se mostraron muy activos y rápidamente crearon las condiciones para el alzamiento. El día 9, los principales jefes de la zona, encabezados por Vicente García, se reunieron en la finca Ventorrillo, muy cerca de la villa; en la cual se orientó juntar todas las armas y el parque disponible y que, el día 13, cada responsable congregara a sus hombres en los lugares indicados.
En Las Tunas todo estaba listo para pronunciarse el día 14, pero Carlos Manuel de Céspedes, obligado por las circunstancias y avisado de que iba a ser detenido, tuvo que adelantarse y se alzó en armas contra España en su ingenio La Demajagua, luego de darles la libertad a los esclavos.
La noticia llegó a oídos de Vicente García en una reunión del Ayuntamiento y, de inmediato, dio las órdenes precisas para actuar en consecuencia; es así como los tuneros se convirtieron en los primeros en secundar al Padre de la Patria, cuando el 13 de octubre irrumpieron en el poblado y doblegaron a las fuerzas colonialistas.
Hoy a 140 años de la decisiva reunión de El Mijial, los tuneros y los cubanos, herederos de los firmes sentimiento patrióticos de nuestros padres fundadores, tenemos la misma actitud de enfrentar a los opresores de este tiempo, encabezados por el imperialismo norteamericano, para preservar, al preciso que sea necesario la libertad y el derecho a construir una sociedad justa y equitativa, como la soñó Martí, con todos y para el bien de todos.
Fuente:
-Vicente García, Leyenda y realidad, de Víctor Manuel Marrero Zaldívar, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana 1992.

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