Aniversario 50
La caída del revolucionario Roberto Reyes
Los significativos avances del Ejército Rebelde en el territorio llano de la costa suroriental, comprendido entre Bayamo y Las Tunas, permitieron que el capitán Orlando Lara extendiera las operaciones hasta la zona intermedia de los poblados camagüeyanos de Elia y Francisco Guayabal.
Al frente del pelotón que tuvo la tarea de reforzar las acciones en ese territorio del sur agramontino, fue designado el primer teniente Roberto Reyes, conocido por el seudónimo de El Baracoeso, un experimentado y bravo combatiente.
A mediados de 1958, Reyes guió a sus hombres en varios enfrentamientos con la guardia rural y otras acciones que permitieron obtener una considerable cantidad de armamento, municiones y otros efectos necesarios para el cabal cumplimiento de la misión encomendada.
El constante movimiento y las acciones realizadas en diferentes puntos, hizo que el enemigo movilizara tropas para esa zona, tradicionalmente combativa ante las injusticias cometidas con los campesinos y los obreros de la industria azucarera.
El 9 de julio la guerrilla se movió hasta la finca San Fernando y al amanecer del día 11, los campesinos informaron sobre la marcha de tropas batistianas en la zona y poco después se supo que avanzaban en varios caminos por la orilla de la línea del ferrocarril.
La situación se tornó extremadamente peligrosa, por cuanto la vía cruzaba junto al campamento, ubicado en un cayo de monte de forma triangular, en el cual existía una cochiquera. Al parecer los efectivos de la tiranía tenían información sobre la ubicación aproximada de la guerrilla.
Ante la inminencia del enfrentamiento, Roberto Reyes impartió las órdenes oportunas para realizar una emboscada y dispuso que nadie disparara hasta que el enemigo no estuviera a la distancia de unos 20 metros aproximadamente.
Los guardias rodearon el cayo de monte y comenzaron a avanzar, pero temerosos de ser sorprendidos, dispararon a discreción, lo que determinó la respuesta de los rebeldes y la generalización del combate, en medio del cual apareció una avioneta de reconocimiento que, después de un pase rasante, se retiró.
Como era de esperar, minutos después llegaron aviones de combate que “rociaron con plomo” todo el monte y solo se retiraron cuando alrededor de las 2:00 de la tarde comenzó un fuerte aguacero.
En el fragor de la batalla y por el alto volumen de fuego de las ametralladoras accionados desde los aviones, cayó abatido el bravo Roberto Reyes, cuyo cadáver fue encontrado por sus compañeros, pero despojado de las armas, los documentos y el dinero.
Así, de frente al enemigo, en la primera línea, cayó El baracoeso un día como hoy hace 50 años, en aras de la libertad de Cuba, por eso es que un pueblo entero está dispuesto a imitarlo para que, jamás, la Patria sea esclavizada.
Aquel día triste, pero a la vez luminoso, sus compañeros de armas, bajo la dirección de Benigno González, juraron continuar la lucha hasta alcanzar la victoria, concretada unos meses después, con el amanecer glorioso del primero de enero de 1959.
Fuente:
-El libro Frente Camagüey.
La caída del revolucionario Roberto Reyes
Los significativos avances del Ejército Rebelde en el territorio llano de la costa suroriental, comprendido entre Bayamo y Las Tunas, permitieron que el capitán Orlando Lara extendiera las operaciones hasta la zona intermedia de los poblados camagüeyanos de Elia y Francisco Guayabal.
Al frente del pelotón que tuvo la tarea de reforzar las acciones en ese territorio del sur agramontino, fue designado el primer teniente Roberto Reyes, conocido por el seudónimo de El Baracoeso, un experimentado y bravo combatiente.
A mediados de 1958, Reyes guió a sus hombres en varios enfrentamientos con la guardia rural y otras acciones que permitieron obtener una considerable cantidad de armamento, municiones y otros efectos necesarios para el cabal cumplimiento de la misión encomendada.
El constante movimiento y las acciones realizadas en diferentes puntos, hizo que el enemigo movilizara tropas para esa zona, tradicionalmente combativa ante las injusticias cometidas con los campesinos y los obreros de la industria azucarera.
El 9 de julio la guerrilla se movió hasta la finca San Fernando y al amanecer del día 11, los campesinos informaron sobre la marcha de tropas batistianas en la zona y poco después se supo que avanzaban en varios caminos por la orilla de la línea del ferrocarril.
La situación se tornó extremadamente peligrosa, por cuanto la vía cruzaba junto al campamento, ubicado en un cayo de monte de forma triangular, en el cual existía una cochiquera. Al parecer los efectivos de la tiranía tenían información sobre la ubicación aproximada de la guerrilla.
Ante la inminencia del enfrentamiento, Roberto Reyes impartió las órdenes oportunas para realizar una emboscada y dispuso que nadie disparara hasta que el enemigo no estuviera a la distancia de unos 20 metros aproximadamente.
Los guardias rodearon el cayo de monte y comenzaron a avanzar, pero temerosos de ser sorprendidos, dispararon a discreción, lo que determinó la respuesta de los rebeldes y la generalización del combate, en medio del cual apareció una avioneta de reconocimiento que, después de un pase rasante, se retiró.
Como era de esperar, minutos después llegaron aviones de combate que “rociaron con plomo” todo el monte y solo se retiraron cuando alrededor de las 2:00 de la tarde comenzó un fuerte aguacero.
En el fragor de la batalla y por el alto volumen de fuego de las ametralladoras accionados desde los aviones, cayó abatido el bravo Roberto Reyes, cuyo cadáver fue encontrado por sus compañeros, pero despojado de las armas, los documentos y el dinero.
Así, de frente al enemigo, en la primera línea, cayó El baracoeso un día como hoy hace 50 años, en aras de la libertad de Cuba, por eso es que un pueblo entero está dispuesto a imitarlo para que, jamás, la Patria sea esclavizada.
Aquel día triste, pero a la vez luminoso, sus compañeros de armas, bajo la dirección de Benigno González, juraron continuar la lucha hasta alcanzar la victoria, concretada unos meses después, con el amanecer glorioso del primero de enero de 1959.
Fuente:
-El libro Frente Camagüey.
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