Juegos Olímpicos Beijing-2008
Fantástico espectáculo de apertura
+Impactante el encendido del pebetero
Las Tunas, Cuba.- Jamás se había visto nada similar. Lo sucedido en el estadio nacional, el conocido Nido de Pájaro, impactó no solo a quienes tuvieron el privilegio de estar presentes, sino a millones de televidentes que en los cinco continentes quedaron estupefactos ante un espectáculo sin precedentes en la historia de tres siglos del olimpismo en la era moderna.
A las 8:08 minutos, del mes ocho y del año ocho del siglo XXI, una lluvia de colores impresionante bañó a los presentes en el Nido de Pájaro, para dar comienzo a la ceremonia inaugural más fabulosa que se recuerde en las magnas citas cuatrienales del deporte mundial.
El espectáculo inicial recorrió en breves fragmentos independientes, con una agilidad, belleza y buen gusto incomparables; la milenaria historia de China. En un espacio breve de tiempo, los organizadores ofrecieron un panorama de las diferentes etapas transitadas por el noble y laborioso pueblo de la Patria de Mao Tse Dong, fundador de la República Popular.
Grecia, anfitriona en la cita de hace cuatro años, abrió el desfile de las 205 delegaciones presentes, integradas por 10 mil 600 deportistas, el cual fue cerrado, con la compañía de una estruendosa ovación, la representación local, favorita para disputar el sitial de honor a la poderosa armada de Estados Unidos de Norteamérica.
Para los cubanos, la emoción alcanzó los límites cuando desfiló el país número 46. La representación de la Isla de la Libertad, con su enseña tricolor de la estrella solitaria, recibió grandes muestras de aprecio y solidaridad. ¡Crecieron los aplausos en el Nido de Pájaro!
Y qué decir del enigmático momento esperado por todos. El secreto de cómo el fuego de la antorcha pasaría a la elevada ubicación del pebetero, fue la comidilla de toda la capital olímpica y las especulaciones se extendieron hasta allende los mares.
La entrada de la antorcha, portada por grandes estrellas en la historia deportiva de China, aumentó la tensión en el estadio. Un clamor ensordecedor arrancó el momento en que el último relevo fue izado por encima del impresionante escenario.
Seguido por un círculo de luz, el atleta parecía correr por una imaginaria pista alrededor del estadio, hasta quedar detenido próximo al pebetero, frente a una especie de tubo. Acercó la antorcha y el fuego olímpico avanzó para que la mítica llama anunciara al Mundo el inicio de los Juegos Olímpicos, en su versión 29 de la Era Moderna.
Fueron cuatro horas de una ceremonia maravillosa, que millones de cubanos tuvimos la oportunidad de disfrutar a través de la pequeña pantalla gracias al esfuerzo económico del país, el cual permitirá, además, que podamos seguir la actuación de nuestros representantes y admirar las hazañas de todos los conquistadores de la Gloria Olímpica.
En lo personal, he tenido la oportunidad de apreciar a través de la televisión, las ceremonias de apertura de Montreal-76, Moscú-80, Barcelona-92, Atlanta-96, Sydney-2000 y Atenas-2004, las cuales tuvieron su encanto, sobre todo la de la capital de Cataluña, España; pero lo que acaba de ver en Beijing, es incomparable.
Comienzan unos Juegos Olímpicos que prometen emociones a granel, en instalaciones idóneas para nuevas hazañas. Serán 16 días inolvidables en los que el noble y laborioso pueblo chino hará realidad su sueño, al tiempo que permite el más grande abrazo de hermandad, paz y solidaridad entre los pueblos del mundo.
Fantástico espectáculo de apertura
+Impactante el encendido del pebetero
Las Tunas, Cuba.- Jamás se había visto nada similar. Lo sucedido en el estadio nacional, el conocido Nido de Pájaro, impactó no solo a quienes tuvieron el privilegio de estar presentes, sino a millones de televidentes que en los cinco continentes quedaron estupefactos ante un espectáculo sin precedentes en la historia de tres siglos del olimpismo en la era moderna.
A las 8:08 minutos, del mes ocho y del año ocho del siglo XXI, una lluvia de colores impresionante bañó a los presentes en el Nido de Pájaro, para dar comienzo a la ceremonia inaugural más fabulosa que se recuerde en las magnas citas cuatrienales del deporte mundial.
El espectáculo inicial recorrió en breves fragmentos independientes, con una agilidad, belleza y buen gusto incomparables; la milenaria historia de China. En un espacio breve de tiempo, los organizadores ofrecieron un panorama de las diferentes etapas transitadas por el noble y laborioso pueblo de la Patria de Mao Tse Dong, fundador de la República Popular.
Grecia, anfitriona en la cita de hace cuatro años, abrió el desfile de las 205 delegaciones presentes, integradas por 10 mil 600 deportistas, el cual fue cerrado, con la compañía de una estruendosa ovación, la representación local, favorita para disputar el sitial de honor a la poderosa armada de Estados Unidos de Norteamérica.
Para los cubanos, la emoción alcanzó los límites cuando desfiló el país número 46. La representación de la Isla de la Libertad, con su enseña tricolor de la estrella solitaria, recibió grandes muestras de aprecio y solidaridad. ¡Crecieron los aplausos en el Nido de Pájaro!
Y qué decir del enigmático momento esperado por todos. El secreto de cómo el fuego de la antorcha pasaría a la elevada ubicación del pebetero, fue la comidilla de toda la capital olímpica y las especulaciones se extendieron hasta allende los mares.
La entrada de la antorcha, portada por grandes estrellas en la historia deportiva de China, aumentó la tensión en el estadio. Un clamor ensordecedor arrancó el momento en que el último relevo fue izado por encima del impresionante escenario.
Seguido por un círculo de luz, el atleta parecía correr por una imaginaria pista alrededor del estadio, hasta quedar detenido próximo al pebetero, frente a una especie de tubo. Acercó la antorcha y el fuego olímpico avanzó para que la mítica llama anunciara al Mundo el inicio de los Juegos Olímpicos, en su versión 29 de la Era Moderna.
Fueron cuatro horas de una ceremonia maravillosa, que millones de cubanos tuvimos la oportunidad de disfrutar a través de la pequeña pantalla gracias al esfuerzo económico del país, el cual permitirá, además, que podamos seguir la actuación de nuestros representantes y admirar las hazañas de todos los conquistadores de la Gloria Olímpica.
En lo personal, he tenido la oportunidad de apreciar a través de la televisión, las ceremonias de apertura de Montreal-76, Moscú-80, Barcelona-92, Atlanta-96, Sydney-2000 y Atenas-2004, las cuales tuvieron su encanto, sobre todo la de la capital de Cataluña, España; pero lo que acaba de ver en Beijing, es incomparable.
Comienzan unos Juegos Olímpicos que prometen emociones a granel, en instalaciones idóneas para nuevas hazañas. Serán 16 días inolvidables en los que el noble y laborioso pueblo chino hará realidad su sueño, al tiempo que permite el más grande abrazo de hermandad, paz y solidaridad entre los pueblos del mundo.
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