Las Tunas en Juegos Olímpicos
Teófilo Stévenson, el más laureado
La actual provincia oriental de Las Tunas tiene, como todas las regiones de Cuba, una significativa participación en la delegaciones del país a los Juegos Olímpicos, sobre todo después del triunfo de la Revolución, el `primero de enero de 1959.
A las puertas de la edición 29 de la más importante fiesta del deporte mundial, organizada por la ciudad de Beijing, capital de la República Popular China, propongo un breve recuento sobre la actuación de los representantes de este territorio que integraron las delegaciones cubanas hasta la cita de Atenas, Grecia, en el 2004.
Empiezo por decir que ningún tunero estuvo en Juegos Olímpicos antes de 1959 y que el honor de ser el primero en una delegación tricolor fue el remero Norge Marrero, de la atlántica ciudad de Puerto Padre, en Tokio, Japón-1964, quien repitió en la única en la historia celebrada en América Latina, la de México-1968.
Marrero no consiguió una actuación relevante porque los botes cubanos no pasaron de las pruebas eliminatorias, pero abrió camino a la presencia de sus coterráneos en las citas posteriores.
Cuatro años después, cuando Munich, la capital de la región alemana de Baviera, acogió la gran contienda en 1972, ocasión en la que otro hijo del municipio de Puerto Padre, el gigante del central Antonio Guiteras (Delicias), Teófilo Stévenson Lawrence, ganó la primera medalla olímpica de Las Tunas, nada menos que de oro.
El extraordinario boxeador de los pesos máximos, que también fue proclamado el más técnico del pugilismo en aquella contienda; destrozó a la Gran Esperanza Blanca de Estados Unidos, Duane Bobick, quien lo había derrotado un año antes en los Juegos Panamericanos de Cali, Colombia, en controvertida decisión 3-2.
Stévenson conquistó su segundo título olímpico en los Juegos de Montreal, Canadá-1976 y en aquella oportunidad en la delegación cubana hubo otro hijo de esta tierra, Ramón Núñez Armas, integrante de la selección nacional de fútbol, que no pudo avanzar en el organigrama frente a onces muy poderosos.
Creció la nómina de esta provincia en la cita de la capital de la entonces Unión Soviética, Moscú-1980, cuando acompañaron a Stévenson, el también boxeador José Gómez (75 kilogramos) y el propio futbolista Ramón Núñez Armas.
En la formidable actuación de la delegación cubana, sobresalió el Gigante del central Antonio Guiteras, quien conquistó su tercer título olímpico, para igualar la hazaña del húngaro Lazlo Pap; en tanto José Gómez se cubrió de gloria al proclamarse campeón en su división.
Por razones de solidaridad con el Campo Socialista, primero y en apoyo al reclamo de la República Popular Democrática de Corea, de compartir la sede de los Juegos, Cuba no participó en las citas de Los Ángeles, Estados Unidos-1984 y Seúl, Corea del Sur en 1988.
Después de 12 años fuera del concierto olímpico, Cuba regresó en los Juegos de Barcelona, España en 1992 y en la delegación cubana que se ubicó quinta en la clasificación por países, Las Tunas tuvo la más numerosa representación en estas lides, con los peloteros Ermidelio Urrutia y Juan Carlos Pérez, el halterista Ernesto Agüero, de la división supercompleta; la jabalinista Dulce Margarita García y el corredor de 400 metros, Jorge Valentín.
La cosecha de los hijos de la tierra del Mayor General Vicente García González fue de las medallas de oro de los integrantes del equipo de béisbol, campeón absoluto. Dulce Margarita estuvo en la fase final de la jabalina, pero no pudo subir al podio.
Tras la ausencia de tuneros en la Olimpíada de Atlanta, Estados Unidos-1996; en la de Sydney, Australia-2000, asistieron el pelotero Dánel Castro, integrante del conjunto subcampeón y la softbolista Yamila Flor.
Hace cuatro años en los Juegos de Atenas, Grecia; Las Tunas estuvo representada por Osmani Urrutia, campeón en el béisbol; el judoca Yordanis Arencibia, bronce en los 66 kilogramos y el halterista Yohandrys Hernández.
El balance de la participación de los atletas de esta provincia en los Juegos Olímpicos, constituye un aporte considerable a las delegaciones cubanas: siete medallas de oro, una de plata y otra de bronce. La historia en el deporte ratifica que esta tierra nunca se ha quedado atrás.
Hay otro elemento que pone de manifiesto la calidad del deporte en este balcón del oriente cubano: tres entrenadores de aquí, dos de ellos en cumplimiento de misiones de ayuda técnica han contribuido a importantes resultados en citas olímpicos.
Eladio Hernández, quien fuera atleta sobresaliente en el lanzamiento del martillo, ha sido el preparador del equipo femenino de esa modalidad atleta en los últimos 10 años. Sus pupilas, Yipsi Moreno y Yunaika Crawford, ganaron las medallas de plata y bronce en Atenas-2004.
El técnico de boxeo, Juan Carlos Maestre, guió a uno de sus púgiles de la selección nacional de Siria a conquistar la presea de bronce en Atenas y su colega Ramón Romero, aunque ninguno de sus alumnos subió al podio, condujo a las escuadras de Benin, en Seúl-1988 y de Botswana, en la capital griega.
¿Qué depara la cita de Beijing a los tuneros que integran la delegación cubana? Las acciones en el programa total comienzan mañana, aunque ya hay resultados de las eliminatorias del fútbol, tanto en la rama masculina, como femenina; pero los tres representantes de esta provincia tienen pronóstico de medallas.
La principal esperanza cubana de las pesas, el tunero de los 94 kilos, Yohandrys Hernández, muestra marcas que deben conducirlo al podio y no sería una sorpresa que se alzara con el título olímpico.
Yordanis Arencibia, judoca de los 66 kilos, ya sabe lo que es el podio por su bronce de hace cuatro años en Atenas. Ahora, los especialistas le pronostican una medalla de cualquier color y muchos consideran que es capaz de alcanzar la máxima gloria olímpica.
El debutante de esta provincia en competencia de tal magnitud, es el boxeador de los 54 kilos, Yankiel León, quien ha tenido un año brillante y está en condiciones de ofrecer una digna demostración. Creo que si el sorteo resulta favorable puede sorprender con una medalla.
En la relativamente corta historia de los deportistas de esta provincia en los Juegos Olímpicos, hay resultados significativos, encabezados por las tres medallas de oro consecutivas de Teófilo Stévenson y las tres doradas y una plateada de los peloteros Ermidelio y Osmani Urrutia, y Juan Carlos Pérez, y Dánel Castro.
Teófilo Stévenson, el más laureado
La actual provincia oriental de Las Tunas tiene, como todas las regiones de Cuba, una significativa participación en la delegaciones del país a los Juegos Olímpicos, sobre todo después del triunfo de la Revolución, el `primero de enero de 1959.
A las puertas de la edición 29 de la más importante fiesta del deporte mundial, organizada por la ciudad de Beijing, capital de la República Popular China, propongo un breve recuento sobre la actuación de los representantes de este territorio que integraron las delegaciones cubanas hasta la cita de Atenas, Grecia, en el 2004.
Empiezo por decir que ningún tunero estuvo en Juegos Olímpicos antes de 1959 y que el honor de ser el primero en una delegación tricolor fue el remero Norge Marrero, de la atlántica ciudad de Puerto Padre, en Tokio, Japón-1964, quien repitió en la única en la historia celebrada en América Latina, la de México-1968.
Marrero no consiguió una actuación relevante porque los botes cubanos no pasaron de las pruebas eliminatorias, pero abrió camino a la presencia de sus coterráneos en las citas posteriores.
Cuatro años después, cuando Munich, la capital de la región alemana de Baviera, acogió la gran contienda en 1972, ocasión en la que otro hijo del municipio de Puerto Padre, el gigante del central Antonio Guiteras (Delicias), Teófilo Stévenson Lawrence, ganó la primera medalla olímpica de Las Tunas, nada menos que de oro.
El extraordinario boxeador de los pesos máximos, que también fue proclamado el más técnico del pugilismo en aquella contienda; destrozó a la Gran Esperanza Blanca de Estados Unidos, Duane Bobick, quien lo había derrotado un año antes en los Juegos Panamericanos de Cali, Colombia, en controvertida decisión 3-2.
Stévenson conquistó su segundo título olímpico en los Juegos de Montreal, Canadá-1976 y en aquella oportunidad en la delegación cubana hubo otro hijo de esta tierra, Ramón Núñez Armas, integrante de la selección nacional de fútbol, que no pudo avanzar en el organigrama frente a onces muy poderosos.
Creció la nómina de esta provincia en la cita de la capital de la entonces Unión Soviética, Moscú-1980, cuando acompañaron a Stévenson, el también boxeador José Gómez (75 kilogramos) y el propio futbolista Ramón Núñez Armas.
En la formidable actuación de la delegación cubana, sobresalió el Gigante del central Antonio Guiteras, quien conquistó su tercer título olímpico, para igualar la hazaña del húngaro Lazlo Pap; en tanto José Gómez se cubrió de gloria al proclamarse campeón en su división.
Por razones de solidaridad con el Campo Socialista, primero y en apoyo al reclamo de la República Popular Democrática de Corea, de compartir la sede de los Juegos, Cuba no participó en las citas de Los Ángeles, Estados Unidos-1984 y Seúl, Corea del Sur en 1988.
Después de 12 años fuera del concierto olímpico, Cuba regresó en los Juegos de Barcelona, España en 1992 y en la delegación cubana que se ubicó quinta en la clasificación por países, Las Tunas tuvo la más numerosa representación en estas lides, con los peloteros Ermidelio Urrutia y Juan Carlos Pérez, el halterista Ernesto Agüero, de la división supercompleta; la jabalinista Dulce Margarita García y el corredor de 400 metros, Jorge Valentín.
La cosecha de los hijos de la tierra del Mayor General Vicente García González fue de las medallas de oro de los integrantes del equipo de béisbol, campeón absoluto. Dulce Margarita estuvo en la fase final de la jabalina, pero no pudo subir al podio.
Tras la ausencia de tuneros en la Olimpíada de Atlanta, Estados Unidos-1996; en la de Sydney, Australia-2000, asistieron el pelotero Dánel Castro, integrante del conjunto subcampeón y la softbolista Yamila Flor.
Hace cuatro años en los Juegos de Atenas, Grecia; Las Tunas estuvo representada por Osmani Urrutia, campeón en el béisbol; el judoca Yordanis Arencibia, bronce en los 66 kilogramos y el halterista Yohandrys Hernández.
El balance de la participación de los atletas de esta provincia en los Juegos Olímpicos, constituye un aporte considerable a las delegaciones cubanas: siete medallas de oro, una de plata y otra de bronce. La historia en el deporte ratifica que esta tierra nunca se ha quedado atrás.
Hay otro elemento que pone de manifiesto la calidad del deporte en este balcón del oriente cubano: tres entrenadores de aquí, dos de ellos en cumplimiento de misiones de ayuda técnica han contribuido a importantes resultados en citas olímpicos.
Eladio Hernández, quien fuera atleta sobresaliente en el lanzamiento del martillo, ha sido el preparador del equipo femenino de esa modalidad atleta en los últimos 10 años. Sus pupilas, Yipsi Moreno y Yunaika Crawford, ganaron las medallas de plata y bronce en Atenas-2004.
El técnico de boxeo, Juan Carlos Maestre, guió a uno de sus púgiles de la selección nacional de Siria a conquistar la presea de bronce en Atenas y su colega Ramón Romero, aunque ninguno de sus alumnos subió al podio, condujo a las escuadras de Benin, en Seúl-1988 y de Botswana, en la capital griega.
¿Qué depara la cita de Beijing a los tuneros que integran la delegación cubana? Las acciones en el programa total comienzan mañana, aunque ya hay resultados de las eliminatorias del fútbol, tanto en la rama masculina, como femenina; pero los tres representantes de esta provincia tienen pronóstico de medallas.
La principal esperanza cubana de las pesas, el tunero de los 94 kilos, Yohandrys Hernández, muestra marcas que deben conducirlo al podio y no sería una sorpresa que se alzara con el título olímpico.
Yordanis Arencibia, judoca de los 66 kilos, ya sabe lo que es el podio por su bronce de hace cuatro años en Atenas. Ahora, los especialistas le pronostican una medalla de cualquier color y muchos consideran que es capaz de alcanzar la máxima gloria olímpica.
El debutante de esta provincia en competencia de tal magnitud, es el boxeador de los 54 kilos, Yankiel León, quien ha tenido un año brillante y está en condiciones de ofrecer una digna demostración. Creo que si el sorteo resulta favorable puede sorprender con una medalla.
En la relativamente corta historia de los deportistas de esta provincia en los Juegos Olímpicos, hay resultados significativos, encabezados por las tres medallas de oro consecutivas de Teófilo Stévenson y las tres doradas y una plateada de los peloteros Ermidelio y Osmani Urrutia, y Juan Carlos Pérez, y Dánel Castro.
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