Aniversario 50
Victoriosa acción guerrillera
Hace medio siglo y como parte de la constante ofensiva del Ejército Rebelde contra las fuerzas de la tiranía batistiana, en el extremo sur de la actual provincia de Las Tunas, entonces territorio de Camagüey, las acciones eran diarias.
Uno de los duros golpes asestados a los efectivos del régimen, ocurrió el 20 de diciembre de 1958, cuando los guerrilleros emboscaron a dos camiones repletos de soldados en el kilómetro seis de la carretera del entonces central Francisco a Guáimaro.
Aproximadamente a las 7:00 de la mañana de aquel día, unos 40 hombres al mando del capitán rebelde Roberto Cruz, ejecutaron una arriesgada misión, muy cerca del cuartel de la guardia rural en el Francisco.
Los rebeldes colocaron una mina anti-tanque de fabricación casera, con el objetivo de volar el primero de los dos camiones militares, pero el artefacto no hizo explosión y solo se escuchó el ruido del fulminante, el cual llamó la atención de los tripulantes.
El camión delantero se detuvo para investigar la razón de aquel ruido, pero de inmediato cayó sobre ambos vehículos una verdadera lluvia de balas, que hizo estragos en los ocupantes. Momentos después del sorpresivo ataque, algunos guardias lograron escapar hacia el cercano cuartel, pero al cabo de unos 40 minutos, el resto se rindió.
La fuerza revolucionaria se retiró entonces inmediatamente, luego de comprobar que el enemigo había sufrido 13 muertos y 25 heridos. En las filas guerrilleras hubo que lamentar la caída de René Almanza, en tanto que Severo Mugarra resultó herido de gravedad.
Semejante audacia de atacar vehículos militares casi a la vista del poblado del central Francisco, valió la pena; porque la guerrilla requisó 25 fusiles sprinfield, tres garand, igual número de carabinas San Cristóbal, algunos revólveres y pistolas, cuatro mil cápsulas de M-1, tres granadas de mano y abundante equipo de campaña.
Era tal el control de las fuerzas rebeldes en prácticamente toda la zona oriental del país que los militares de la tiranía apenas podían salir de sus cuarteles y acciones como la narrada a unos pocos kilómetros de la zona urbana, ponían de manifiesto la cercanía de la victoria del pueblo.
Fuente
-Frente Camagüey, obra de un colectivo de autores publicada por la Editorial de Ciencias Sociales
Victoriosa acción guerrillera
Hace medio siglo y como parte de la constante ofensiva del Ejército Rebelde contra las fuerzas de la tiranía batistiana, en el extremo sur de la actual provincia de Las Tunas, entonces territorio de Camagüey, las acciones eran diarias.
Uno de los duros golpes asestados a los efectivos del régimen, ocurrió el 20 de diciembre de 1958, cuando los guerrilleros emboscaron a dos camiones repletos de soldados en el kilómetro seis de la carretera del entonces central Francisco a Guáimaro.
Aproximadamente a las 7:00 de la mañana de aquel día, unos 40 hombres al mando del capitán rebelde Roberto Cruz, ejecutaron una arriesgada misión, muy cerca del cuartel de la guardia rural en el Francisco.
Los rebeldes colocaron una mina anti-tanque de fabricación casera, con el objetivo de volar el primero de los dos camiones militares, pero el artefacto no hizo explosión y solo se escuchó el ruido del fulminante, el cual llamó la atención de los tripulantes.
El camión delantero se detuvo para investigar la razón de aquel ruido, pero de inmediato cayó sobre ambos vehículos una verdadera lluvia de balas, que hizo estragos en los ocupantes. Momentos después del sorpresivo ataque, algunos guardias lograron escapar hacia el cercano cuartel, pero al cabo de unos 40 minutos, el resto se rindió.
La fuerza revolucionaria se retiró entonces inmediatamente, luego de comprobar que el enemigo había sufrido 13 muertos y 25 heridos. En las filas guerrilleras hubo que lamentar la caída de René Almanza, en tanto que Severo Mugarra resultó herido de gravedad.
Semejante audacia de atacar vehículos militares casi a la vista del poblado del central Francisco, valió la pena; porque la guerrilla requisó 25 fusiles sprinfield, tres garand, igual número de carabinas San Cristóbal, algunos revólveres y pistolas, cuatro mil cápsulas de M-1, tres granadas de mano y abundante equipo de campaña.
Era tal el control de las fuerzas rebeldes en prácticamente toda la zona oriental del país que los militares de la tiranía apenas podían salir de sus cuarteles y acciones como la narrada a unos pocos kilómetros de la zona urbana, ponían de manifiesto la cercanía de la victoria del pueblo.
Fuente
-Frente Camagüey, obra de un colectivo de autores publicada por la Editorial de Ciencias Sociales
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