Aniversario 50
El combate del 10 de Macagua
En los finales del año 1958, el tránsito por la carretera central estaba totalmente controlado por las fuerzas de la columna guerrillera número 12, Simón Bolívar y las constantes acciones escalonadas impedían el paso de contingentes militares y el trasiego, tanto de mercancía como de pasajeros, entre las provincias de Camagüey y Oriente.
El día 21 de noviembre, hace exactamente medio siglo, a la hora del almuerzo se decidió dejar solo una escuadra que mantuviera la posición en el cruce del 10 de Macagua, en caso de que apareciera alguna fuerza de la tiranía. La tarea recayó en la que estaba encabezada por Ribail Estrada Pérez, conocido como Capitán Toledo.
Minutos después que el grueso de la guerrilla se retiró para almorzar, apareció un convoy militar procedente de Guáimaro, al parecer con el objetivo de reforzar al ejército de la tiranía en Oriente, al sumar unos 300 soldados que custodiaban varios vehículos con mercancía.
La pequeña tropa guerrillera atacó con fuego nutrido que creó el desconcierto entre los soldados enemigos. En los primeros momentos, el arma principal de los emboscados, una ametralladora calibre 30, destrozó la vanguardia de la caravana y aunque un casquillo le obstruyó el cañón, las bajas entre los guardias se calcularon en más de 50.
En medio de la contienda, las fuerzas rebeldes se apoderaron de una de las rastras cargadas de mercancía, pero la escasez de parque obligó a preparar la retirada, que se efectuó sin lamentar una sola baja.
Posteriormente, otros pelotones guerrilleros avanzaron hacia el punto donde se produjo la batalla, pero resultó tan violento y bien organizado el ataque de la escuadra del Capitán Toledo, que la caravana batistiana optó por regresar a Guáimaro, considerablemente debilitada, tanto en hombres como en recursos.
El combate del 10 de Macagua
En los finales del año 1958, el tránsito por la carretera central estaba totalmente controlado por las fuerzas de la columna guerrillera número 12, Simón Bolívar y las constantes acciones escalonadas impedían el paso de contingentes militares y el trasiego, tanto de mercancía como de pasajeros, entre las provincias de Camagüey y Oriente.
El día 21 de noviembre, hace exactamente medio siglo, a la hora del almuerzo se decidió dejar solo una escuadra que mantuviera la posición en el cruce del 10 de Macagua, en caso de que apareciera alguna fuerza de la tiranía. La tarea recayó en la que estaba encabezada por Ribail Estrada Pérez, conocido como Capitán Toledo.
Minutos después que el grueso de la guerrilla se retiró para almorzar, apareció un convoy militar procedente de Guáimaro, al parecer con el objetivo de reforzar al ejército de la tiranía en Oriente, al sumar unos 300 soldados que custodiaban varios vehículos con mercancía.
La pequeña tropa guerrillera atacó con fuego nutrido que creó el desconcierto entre los soldados enemigos. En los primeros momentos, el arma principal de los emboscados, una ametralladora calibre 30, destrozó la vanguardia de la caravana y aunque un casquillo le obstruyó el cañón, las bajas entre los guardias se calcularon en más de 50.
En medio de la contienda, las fuerzas rebeldes se apoderaron de una de las rastras cargadas de mercancía, pero la escasez de parque obligó a preparar la retirada, que se efectuó sin lamentar una sola baja.
Posteriormente, otros pelotones guerrilleros avanzaron hacia el punto donde se produjo la batalla, pero resultó tan violento y bien organizado el ataque de la escuadra del Capitán Toledo, que la caravana batistiana optó por regresar a Guáimaro, considerablemente debilitada, tanto en hombres como en recursos.
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